viernes, 20 de abril de 2012

Sobre Mayo del 68 y otros mayos más cercanos.






En el horizonte temporal de la 2ª mitad del siglo XX y los años que lleva transcurridos el siglo XXI, ha habido diversos fenómenos sociales y geopolíticos de gran transcendencia, pero de muy diferente grado de comparabilidad.
Por citar algunos de dichos acontecimientos, el fenómeno maoísta en China, la revolución cubana o la guerra de Vietnam tuvieron efectos sociales y políticos de diferente nivel en distintas partes del mundo. Sin temor a equivocarnos podemos considerarlos como fenómenos geopolíticos previos a la etapa de globalización o más bien pseudoglobalización que estamos viviendo. 
Así mismo, la caída del muro de Berlín, la unificación alemana, el derrumbe de la Unión Soviética y la consiguiente desaparición del Bloque del Este de Europa fueron ya procesos clave en la estrategia geopolítica de las grandes potencias políticas y financieras para avanzar de modo efectivo hacia una globalización mundial de signo neoliberal que facilita principalmente los libres flujos financieros y la explotación de recursos naturales, con sus evidentes consecuencias humanas y sociales. 
Paralelamente, la Unión Europea se iba ampliando y “llenando” de contenido hasta llegar a la moneda única, el euro, y el limitado Gobierno Europeo que ahora conocemos, conservando aún las características peculiares de cada Estado-Nación de la UE, y  en términos generales, veremos cuanto dura, las prestaciones sociales del Estado del Bienestar, aunque de forma heterogénea si comparamos entre el Occidente Europeo y los nuevos países de la UE procedentes del centro y este de Europa. 
Guerras como la de Kuwait, Irak y Afganistán han repercutido poco en los movimientos sociales mundiales y europeos, debido al miedo antiterrorista inducido, y la desinformación mediática, y han favorecido el avance y control de Occidente, en defensa de intereses políticos, financieros y petroleros, entre otros, en una fase en la que ya claramente el poder financiero escapa a cualquier intento de control por parte de los gobiernos formalmente democráticos.
Por otra parte, la llamada Primavera Árabe comparte el contexto anterior, pero con unas características de alzamientos populares que pueden despistar acerca de sus causas y consecuencias, y que por su coincidencia temporal con otros movimientos podría hacer suponer características compartidas que no existen. 
Todo ello, en general, se nos ha “vendido” como si fuesen luchas democráticas y liberalizadoras, cuando en realidad han tenido muy poco de defensa de intereses populares. 

Quizás el fenómeno más “relativamente similar” al de los Indignados, por lo menos por su utilidad a efectos de comparar causas y efectos, y poder sacar conclusiones o realizar propuestas de acción, sea el Mayo del 68 Francés, aunque vaya por delante que la enorme crisis financiera, económica, industrial, de empleo y de consumo iniciada en el 2008 hace difícil cualquier comparación.

Pero analizaremos si es sólo el mes de Mayo (Mayo 1968-Mayo 2011) lo que tienen en común o es algo más. Para ello conviene recordar, siquiera brevemente, qué fue Mayo de 1968 en Francia. 

Se conoce como Mayo del 68 francés la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia, y especialmente en París, durante los meses de mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales y, finalmente y de forma menos entusiasta, los sindicatos y el Partido Comunista Francés. Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa Occidental.
La magnitud de las protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso contra las cuerdas al gobierno de Charles de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario tras la extensión de la huelga general.         
Sin embargo, la mayor parte de los sectores participantes en la protesta no llegaron a plantearse la toma del poder ni la insurrección abierta contra el estado. El grueso de las protestas finalizó cuando De Gaulle anunció elecciones anticipadas.
Los sucesos de mayo y junio del 68 en Francia se encuadran dentro de una ola de protestas protagonizadas principalmente por sectores politizados de la juventud que recorrió el mundo durante 1968.
Como contexto económico de Mayo del 68, cabe decir que surge tras una década de prosperidad económica sin precedentes, aunque sin embargo se manifestaban los primeros síntomas serios de un grave deterioro de la situación, con una crisis industrial que amenazaba ya a muchos sectores.
Políticamente, la década de los 60 había sido testigo del triunfo de la Revolución Cubana y de la guerra de Vietnam, con un amplio movimiento de solidaridad en gran parte de Europa y de los propios Estados Unidos, que canalizaba la oposición al imperialismo. En Francia estos movimientos tuvieron su origen durante la guerra de Indochina y la de Argelia, que provocaron una fuerte polarización en la sociedad francesa desde principios de la década de los 60. 
El desarrollo de la Revolución Cultural en China hizo que el maoísmo fuese una nueva base ideológica en las izquierdas francesas, mientras que a raíz de la guerra de Argelia surgieron importantes movimientos ultraderechistas, que se enfrentaron durante la década de los 60 con los movimientos estudiantiles y obreros izquierdistas tanto en las universidades como en las calles de las principales ciudades de Francia, mientras la figura del general De Gaulle, en el poder desde 1958, sufría un desgaste palpable. 
El movimiento obrero francés experimentó esa década una fuerte radicalización y cierto alejamiento de las cúpulas sindicales, con huelgas violentas y ocupaciones de fábricas, contra los acuerdos de los dirigentes sindicales.
El acercamiento entre el movimiento estudiantil y un movimiento obrero radicalizado al margen de las cúpulas sindicales sentó las bases para la agitación de mayo y junio del 68.
Culturalmente, los años 60 en Francia, al igual que en el resto de occidente, fueron una época de acelerados cambios culturales. La época estaba caracterizada por la aceleración del éxodo rural     y el surgimiento de la sociedad de consumo, cada vez más influida por los medios masivos de comunicación que generalizaban la cultura de masas. Es además en los años 60 cuando los jóvenes se convierten en una categoría socio-cultural, logrando su reconocimiento como un actor social que establece procesos de adscripción y diferenciación entre sus opciones y las de los adultos. 
Se realiza además una ácida crítica al sistema educativo francés y sus mecanismos de reproducción social, que permitían a las élites conservar su poder de generación en generación. 
Cuando los conflictos se inician en Nanterre, en La Sorbona y en el Barrio Latino, los derechistas acusaron a los estudiantes movilizados de “terroristas” y les gritan “! Vietcongs asesinos!”, con el objetivo de contrarrestar el crecimiento del movimiento de protesta.
Los estudiantes y los profesores llamaron a la huelga, exigiendo la retirada de la policía y la reapertura de La Sorbona, así como la liberación de los estudiantes detenidos hasta el momento.
Con los grandes enfrentamientos entre las barricadas levantadas en el Barrio Latino, la violencia de la policía provocó un sentimiento de solidaridad entre la mayor parte de la sociedad francesa ( el 61% de los franceses simpatizaban en esos momentos con los estudiantes). Las manifestaciones llegaron hasta las inmediaciones del Elíseo.
El 10 de Mayo, en una noche de barricadas, decenas de miles de estudiantes acuden a las barricadas del Barrio Latino. La policía disuelve las barricadas por la fuerza y se producen los más duros enfrentamientos de todo el mes de mayo con cientos de heridos.
Al día siguiente, carros blindados se desplegaron por París. 
El 13 de Mayo se convoca huelga general, la manifestación de ese día congregó a 200.000 personas, mientras 9 millones de trabajadores en toda Francia seguían la convocatoria de huelga. 
En esos momentos, en muchos de los centros de trabajo en huelga, comienza a plantearse la cuestión del poder obrero en las empresas, poniendo verdaderamente en cuestión la autoridad del Estado y generando un auténtico vacío de poder. 

Ante esta situación, el gabinete de Pompidou acepta, el 25 de Mayo, el abrir negociaciones con los representantes de los obreros en huelga. Estas negociaciones se plantean a tres bandas: patronos, sindicatos y gobierno. Las negociaciones concluyen el 27 de Mayo con los Acuerdos de Grenelle , en los que se recoge un incremento del 35% en el salario mínimo industrial y del 12% de media para todos los trabajadores. Sin embargo, la mayor parte de los trabajadores en huelga rechazaron el acuerdo. Al día siguiente François Miterrand, en rueda de prensa, pide al gobierno de De Gaulle su dimisión, afirmando que desde el 3 de Mayo “no había Estado”, y se postula como candidato a la presidencia.

El 29 de Mayo De Gaulle no asiste al Consejo de Ministros convocado aquella mañana. Se entrevista con el general comandante en jefe de las fuerzas francesas en Alemania, provocando una gran inquietud ante la posibilidad de que el Presidente decidiera recurrir al ejército.
El mismo 30 de Mayo De Gaulle regresa a París y se dirige al país por radio, anunciando que no dimitirá, a la vez que disuelve la Asamblea Nacional y convoca elecciones en un plazo de 40 días.
Quedó claro que la única forma de derribar al gobierno era mediante un alzamiento que ninguna de las partes en lucha estaba dispuesta a llevar a cabo.
El 12 de junio, De Gaulle decretó la disolución e ilegalización de los grupos de extrema izquierda y prohibió las manifestaciones callejeras durante 18 meses, sus publicaciones prohibidas y varios de sus líderes arrestados. 
Durante un violento mes de junio, la totalidad de los centros de trabajo vuelven a la normalidad, bien por acuerdos de los trabajadores, bien por intervención policial.
A fines de junio se celebraron elecciones legislativas. El partido gaullista salió fortalecido, mientras que el partido comunista y el partido de Miterrand perdieron representación fuertemente. Muchos obreros y estudiantes unidos en el rechazo al gaullismo, rechazaron el liderazgo de los partidos comunista y socialista, negando la validez de su autoridad. 
Como consecuencias de Mayo del 68, tras las elecciones de junio, el gobierno francés reconoció la necesidad de emprender una política de reformas profundas para hacer frente al malestar social existente en el país. 
En abril del 69 se celebró un referéndum, que De Gaulle planteó como un plebiscito sobre su gestión al anunciar que abandonaría la presidencia si no triunfaba el SI. Sin embargo, los franceses votaron mayoritariamente por el NO, provocando la retirada de   De Gaulle de la escena política.
La derrota gaullista marcó el inicio del fin de la generación de líderes políticos que habían dirigido Europa Occidental desde el fin de la II Guerra Mundial. 
El sindicalismo comenzó en 1969 las conversaciones previstas en los Acuerdos de Grenelle, y se experimentó un mantenimiento de la conflictividad laboral en Francia durante los años posteriores a 1968.
Son evidentes puntos no comunes entre el Mayo del 68 y el Mayo del 2011,  frente a  otros más en común de lo que pudiera parecer a primera vista 

 En el Mayo indignado del 15M en 2011, versus el Mayo del 1968: 

-Los participantes, jóvenes y no tan jóvenes, se reclaman ciudadanos, pero no específicamente estudiantes u obreros.

-Las quejas contra políticos y bancos quizás son en el fondo antisistema, pero no en primera instancia, habida cuenta de los puntos que reivindican.

-Actúan al margen de sindicatos y partidos políticos

-No utilizan como herramienta la huelga ni las barricadas.

-La crisis no económica no es industrial y restringida a lo nacional, sino financiera y más o menos global.

-Se defiende el Estado del Bienestar, y sólo se ataca indirectamente a la democracia formal, frente a la representativa, y al neoliberalismo, no directamente al capitalismo.

-Hay peticiones concretas.

-Cuentan en general con el apoyo de la población, en cuanto a la existencia sobrada de motivos de indignación.

 -Utilizan las redes sociales, pero no las del 68, aunque dudamos que eso cree opinión, como mucho, coordinación y convocatoria

-Carecen de ideología declarada.

-Todavía no han puesto en un “brete” a los poderes públicos.

-El 68 fue de recorrido corto y fuerte, frente a la reacción del 2011, que parece ser suave y de largo recorrido o de lo contrario, no ser nada.



Pero en cambio , los dos Mayos, de 2011 y de 1968, tienen en común:


-La población, en general, está de acuerdo con ellos.

-Las causas, son aún más descaradas que en el 68 y van a ir en aumento.

-También les han intentado “ningunear”, sobre todo al principio para luego copiar alguna idea, hablar mejor de ellos, etc..

-Molestan, les intentan desalojar, les agreden, etc…

-Actúan al margen de los partidos, sindicatos y poderes públicos.

-Ponen de manifiesto de forma visible un gran problema social y difunden información no interesada y pedagógica sobre el funcionamiento del sistema.  


Nada fácil, pero necesario en este nuevo proceso de reinvención de Europa, agravándose la llamada “crisis”, que no es tal, sino un nuevo "statu quo" del orden económico y social mundial, en el contexto de una gobernanza global, y a favor de los “mercados”, eufemismo que designa al poder financiero mundial y a sus instituciones más representativas.           





domingo, 15 de abril de 2012

Sobre indignaciones e indignados.





Esta vez me inspiro en lo escrito por N.B. a este respecto.

El llamado movimiento de los Indignados es un movimiento ciudadano organizado con una serie de protestas pacíficas en torno a tres colectivos especialmente castigados: los parados, los desahuciados por no hacer frente al pago de hipotecas, y la juventud autodenominada “juventud precaria”.

Cuáles son los antecedentes? Cómo y  por qué se desató el movimiento? Todo comenzó con centenares de acampadas en ciudades españolas y otras de todo el mundo creadas por expatriados españoles, definiéndose como movimiento apartidista, pacífico, horizontal y transparente.

La economía nos somete a su regla especuladora y mercantilista y se aleja de su auténtico objetivo que no debiera ser otro que el bienestar y la felicidad de los ciudadanos.

El 30 de Marzo de 2011, miles de jóvenes, con estudiantes en huelga a la cabeza, hicieron su primera protesta contra el paro, la precariedad laboral, los recortes presupuestarios en educación, el plan Bolonia, y el aumento de tasas universitarias.

Como respuesta a la crisis económica, continuaron las protestas criticando fuertemente la “partitocracia”, instando a que no se vote en respuesta a la ley Sinde y a los partidos que la apoyaban.

Los movimientos sociales, que desde varios años atrás promovían una organización de base, barrial, laboral y política, tuvieron también una influencia decisiva a la hora de culminar en la gran movilización del 15 de Mayo.

En siglos pasados España y Portugal se quedaron al margen de la industrialización, convirtiéndose en satélites de sus vecinos europeos. España viviría su revolución industrial posteriormente, como una defectuosa adaptación al capitalismo.

Siempre hubo algún movimiento antifeudal o de una burguesía manufacturera propia o industrial que hacía frente a la Monarquía, la Iglesia y la Nobleza. Los mejores elementos progresistas, no pudieron luchar contra estos enemigos del progreso y desarrollo de las fuerzas productivas.

La España  de la guerra civil, con su continuidad política y económica en el neoliberalismo de nuestros días, impide avanzar por la senda del verdadero desarrollo de la justicia social.

Ni entonces el oro de América, ni  ahora los ingentes capitales, son reinvertidos para el desarrollo de una sociedad justa, industrial y moderna, cuyo testigo de protesta recogerá más adelante el movimiento 15-M.

Una de las inspiraciones más recientes para los indignados ha sido el libro “Indignáos”, escrito por Stèphane Hesssel, escritor y político  participante en la redacción  de la “Declaración Universal de los derechos Humanos”, el cual insta a alzarse pacíficamente contra la Indiferencia. Otras inspiraciones han venido de la mano de la escritora Rosa María Aital en su libro “Reacciona” o el documental de Charles Ferguson: “Inside Job”.

También se inspiró el movimiento de protesta del 15-M contra los políticos y banqueros en la revuelta de Grecia de 2008 , en las revueltas del mundo árabe de 2010-11, la revuelta ciudadana islandesa por la crisis financiera, o si nos vamos más atrás en el tiempo , en el Mayo del 68 en Francia u Octubre del mismo 68 en México, cuyas protestas de estudiantes y trabajadores dejaron un número indeterminado de muertos y heridos, lo cual fracturó la confianza en los derechos de libre expresión y reunión.

Europa, con Alemania a la cabeza, exige recapitalizar los bancos europeos ya capitalizados con dinero público evitando la quiebra de ciertos países sin importar que los nuevos endeudamientos se garanticen con el derrumbe del Estado de Bienestar y el desmantelamiento de la esfera pública a favor de la privada.
Toda la indignación de la sociedad civil se fue canalizando poco a poco en diversos colectivos ciudadanos, cada uno con su propio lema, como por ejemplo Democracia real ¡Ya! ( no somos mercancía en manos de políticos y banqueros) o el grupo que se hacia llamar “ la generación  Tch!”, movimiento generado un par de años antes, según testimonio de un integrante conocido  que explicó el desencanto y poca ilusión de él y sus compañeros por todo: (Tch!, onomatopeya producida con la lengua y el paladar para expresar descontento y resignación.

No existe movimiento revolucionario que no nazca de la afirmación contundente y precisa de una reivindicación, aunque el movimiento 15-M no es un movimiento revolucionario. Esta necesidad reivindicativa, da origen  al levantamiento, y lo estructura, pero estar indignado es la declaración de un estado emocional, incluso sin saber muy bien lo que se quiere.

Los primeros días de la Asamblea de Sol, el 20 de mayo ,los manifestantes   elaboraron las siguientes propuestas:

1.- Cambio de la ley electoral para que las listas sean abiertas y con circunscripción única. La obtención de escaños debe ser proporcional al número de votos.

2.-Atención a los derechos básicos y fundamentales recogidos en la Constitución como son: derecho a una vivienda digna, articulando una reforma de la Ley Hipotecaria para que la entrega de la vivienda en caso de impago cancele la deuda; sanidad pública gratuita y universal; libre circulación de personas y refuerzo de una educación pública y laica.

3.-Abolición de las leyes y medidas discriminatorias e injustas como han calificado la Ley del Plan Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior, la Ley de Extranjería y la conocida como Ley Sinde.

4.-Reforma fiscal favorable para las rentas más bajas, una reforma de los impuestos de patrimonio y sucesiones. Implantación de la tasa Tobin, que grava las transferencias financieras internacionales y supresión de los paraísos fiscales.

5.-Reforma de las condiciones laborales de la clase política para la abolición de sus sueldos vitalicios, así como que los programas y las propuestas políticas tengan carácter vinculante.

6.-Rechazo y condena de la corrupción. Que sea obligatorio por la Ley Electoral presentar unas listas libres de imputados o condenados por corrupción.

7.-Medidas plurales con respecto a la banca y los mercados financieros en cumplimiento del artículo 128 de la Constitución, que determina que    “toda riqueza del país en sus diferentes formas sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Reducción del poder del FMI y del BCE. Nacionalización inmediata de todas aquellas en para evitar posibles abusos entidades bancarias que hayan tenido que ser rescatadas por el Estado. Endurecimiento de los controles sobre entidades y operaciones financieras para evitar posibles abusos en cualquiera de sus formas.

8.-Desvinculación verdadera entre la Iglesia y el Estado como establece el artículo 16 de la Constitución.

9.-Democracia participativa y directa en la que la ciudadanía tome parte activa. Acceso popular a los medios de comunicación, que deberán ser éticos.

10.-Verdadera regularización de las condiciones laborales y que se vigile su cumplimiento por parte de los poderes del Estado.

11.-Cierre de todas las centrales nucleares y la promoción de energías renovables y gratuitas.

12.-Recuperación de las empresas públicas privatizadas.

13.-Efectiva separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

14.-Reducción del gasto militar, cierre inmediato de las fábricas de armas y un mayor control de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

15.-Recuperación de la Memoria Histórica y de los principios fundadores de la lucha por la Democracia en el Estado.

16.-Total transparencia de las cuentas y de la financiación de los partidos políticos como medida de contención de la corrupción política.

Estas son las propuestas en las que hubo consenso.

Lo novedoso de este movimiento 15-M, es la denominación, las causas y el método, ya que movimientos sociales los ha habido a lo largo de toda la historia.

 Realmente notable es el papel  jugado por las redes sociales de Internet. Se consiguió convocar a miles de personas  a la vez en diversas ciudades del mundo con pleno éxito. Twitter  tuvo un papel decisivo. Diversos “Hashtags” (Etiquetas) relacionados con las manifestaciones alcanzaron inmensa popularidad a nivel internacional rápidamente.  Ahora se quiere cambiar el Código Penal para que algo así, o la mera resistencia pasiva, constituyan delito de desacato a la autoridad o algo peor, (la calle es todos, pero de unos más que otros, y esto molesta, sobre todo a la hora de “recortar”, es más manejable y cómodo llamar democracia al hecho de votar cada 4 años, y punto).

Aunque estas concentraciones provocaron diversas reacciones en los partidos políticos, casi ninguno quiso pronunciarse acerca de la situación. Algunas Juntas Generales, decidieron abiertamente no permitir las concentraciones ( Madrid, Oviedo, Gasteiz, etc…).

Algunos intelectuales han  apoyado sin reservas el movimiento, no lo ha apoyado sin embargo la Iglesia, cuya doctrina básica es la igualdad de los hombres. Un cristiano que ejerza como tal, no debería tener cabida en partidos parlamentarios que negocian con principios no siempre negociables, o incluso contra alguno de los Derechos Humanos.

 En Londres, fueron desalojadas las personas que acampaban en la plaza de Saint Paul, frente a la Catedral del mismo nombre, a instancias del Obispo, como comentaba Tammy Samede, la activista de “Occupy London”, en artículo escrito para el periódico “Público” por David Bollero: “ Soy  cristiana y como tal, apelé al obispo para que apoyara la causa, pues los valores que defendemos son de igualdad y justicia”. Sin embargo la activista considera “poco cristianas” las últimas acciones de la Iglesia.

Con la acampada de Sol en boca de todos  sus miembros , ya se ha extendido a  40 ocupaciones más en todo Reino Unido: “es un movimiento global que exige cerrar la brecha  existente entre ricos y pobres”, argumenta esta mujer de 33 años, madre de cuatro hijos, desempleada, sin casa y sin ayudas del Estado: “Es un movimiento social pacífico que busca un cambio, algo que ningún Estado debería ignorar”.

Los gobiernos  tienen motivos de sobra para estar preocupados, es un movimiento que hace pensar y reaccionar a la gente.