sábado, 27 de diciembre de 2014

Relaciones personales.





La inmensa mayoría de las relaciones son tangenciales, se trata con personas de una manera relativamente automática, pero surge de vez en cuando algo profundamente distinto. Cuando el encuentro rigurosamente personal tiene plenitud, constituye algo así como una revelación. (…)

El descubrimiento de la persona es inagotable, envuelve un proceso rigurosamente interminable. Si se lo da por concluso, si se siente el “ya sé”, es que ha terminado la vivencia del otro como rigurosamente personal. Es la causa de la disolución o degeneración de las relaciones que exigen el mantenimiento de la tensión argumental, y que por eso son incompatibles con el aburrimiento, cuyo poder destructor suele desconocerse. (…)
Hay casos en que se siente por una persona una ilusión pasajera, que se extingue pronto, sin que haya propiamente decepción. A veces se encuentra a una persona que aparece con un carácter ilusionante. La atención se vuelve hacia ella con complacencia, pero esa curiosidad, ese deseo de asistir a su vida se disipa pronto. ¿Por qué? No es que esa persona nos haya defraudado, nos haya hecho una mala impresión, no nos parezca estimable. Es más bien que hemos empezado a acompañarla en una trayectoria vital que ella ha abandonado apenas iniciada, o que no puede ser nuestra, no podemos asociarnos a ella. Sentimos una vaga nostalgia de algo que no ha existido, que no hemos poseído. Tenemos la impresión de que esa persona podría haber seguido esa trayectoria que nos ilusionó un momento, o acaso hubiésemos podido, en otras circunstancias, asociarnos a ella; pero de hecho no ha ocurrido así y nos quedamos con la mera posibilidad de una relación personal que no llegó a existir.
Hay otra posibilidad en que la ilusión también interviene, y que tiene mayor alcance. A veces hemos sentido ilusión real por una persona que ya no nos la inspira. Tal vez por envejecimiento, pérdida de proyección, estrechamiento del horizonte vital; o bien por cualquier forma de cosificación, por ambición, afán de éxito, versión exclusiva hacia las cosas, invasión del prosaísmo. Pero recordamos la persona que ha sido, y la asociamos a la que vimos y vivimos con ilusión en otro tiempo. Tenemos una curiosa ilusión por la persona pasada, no por la actual, que no la deja renacer. Y vemos con nostalgia la pretérita, que sigue perteneciendo a la memoria de nuestro mundo personal, estorbada por la actual y viviente, que destruye la ilusión. (…)
Y si se considera una larga relación, que abarca varias edades de sus miembros, se ve que puede haber épocas de entorpecimiento o decaimiento, de disminución de la tensión argumental, pero también esos rebrotes o renacimientos, en que se descubre la novedad de una persona a la que se daba por bien conocidas y acaso conclusa, y que de pronto manifiesta un escorzo vital con el que no se contaba, y que hace posible una nueva etapa descubridora.
Esta condición argumental es la decisiva. Hay personas que la mantienen a lo largo de toda la vida, incluso en la extrema vejez cuando no va acompañado de deterioro psicofísico; pero hay casos en que se produce, frecuentemente en la edad madura, una reducción de los proyectos, casi siempre por simplificación o exclusivismo.
Julián Marías  (1914 – 2005)
 
 

 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Neguko solstizioa - 2014 - Solsticio de invierno.



 
 
 
 
Ez nau izutzen
negu hurbilak
uda betezko beroan
dakidalako irauten duela
orainak eta geroan
nolabaitezko kate geldian
unez uneko lerroan
guztia present bihurtu arte
nor izanaren erroan.
 
 Ez nau beldurtzen
egunsentian
arnas zuridun izotzak
non dirudien bizirik gabe
natura zabal hilotzak
eguzki eder joan guztien
argia baitu bihotzak
eta begien mila ernegai
iraganaren oroitzak.
 
 Ez nau larritzen
azken orduan
arnasa galdu beharrak
bide xumea hesituarren
amildegiaren larrak,
ardo berriak onduko ditu
mahastietan aihen zaharrak
gure oraina arrazoiturik
beste batzuen biharrak.
 
 Ez nau iluntzen
baratzatikan
azken loreak biltzeak
muga guztien arrazoi bila
arnas gabe ibiltzeak
arratsaldeko argi betera
zentzu denak umiltzeak
amets betezko loa baitakar
behin betirako hiltzeak.
 
 
 
Traducción:
No me espanta el cercano invierno en el calor del pleno verano, porque sé que el ahora dura también en el después de alguna forma, en una quieta cadena, en una fila de momentos, hasta transformar todo en presente, en raíz del ser de cada quién.
No me da miedo al amanecer el blanco hielo del aliento, en el que parece cadáver sin vida la amplia naturaleza, porque el corazón tiene luz de todos los hermosos soles idos, y las mil atenciones de los ojos se vuelven recuerdos del pasado.
No me apura la necesidad de perder el aliento en la última hora, a pesar de vallar sencillos caminos llegan praderas de precipicio, el viejo sarmiento de las vides madurará nuevos vinos, nuestro ahora razonado será los mañanas de algunos otros.
No me entristece coger las últimas flores en el huerto, andar sin aliento en busca de la razón de todos los límites, el flaquear de los sentidos a plena luz de la tarde, porque morir para siempre trae dormir cumpliendo sueños.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Las causas profundas de un síndrome.



 

Es de suponer que en el tema de que se trata a continuación se cumplen al menos dos dichos populares. Uno es: “No es oro todo lo que reluce”, el otro: “Ni son todos los que están, ni están todos los que son”.
La profunda y duradera crisis financiera iniciada en 2008 ha afectado a la economía real (de realidad, no de realeza) poniendo de manifiesto “lo nunca visto”. Al igual que cuando disminuye el caudal de agua de un río aparecen las piedras de su lecho, así han aparecido los “defectos estructurales” de muchas realidades.
Por estos lares no ha sido para menos, sino más bien al revés. Siendo el tema peliagudo, manido, y debatido ya desde muchos frentes, no es cuestión de entrar aquí en el análisis de causas y efectos, ni de salidas y alternativas, ni de conclusiones sociales, económicas, o políticas del mismo. El problema es sistémico, y el saqueo financiero generado ha sido aprovechado para recortar, atacar, y poner en causa el Estado del Bienestar desde la ideología neoliberal imperante.  
Hay un tema específico que se ha puesto especialmente de manifiesto, porque las diferencias y desigualdades generadas por la llamada “crisis” (en realidad es el cambio de un paradigma que ya no volverá), que hasta ahora era poco conocido y  quizás consentido o tolerado, incluso no muy mal visto por mucha “gente de a pie”: la corrupción (incluida la evasión fiscal). Dicen que en el extranjero llaman ahora “síndrome español” al hecho de que personalidades afectadas judicialmente en casos semejantes no dimitan en primera instancia, e incluso la gente les siga votando, si llega el caso y viene a cuento, o a cuenta.
Bien es verdad que existen indicadores y ratings internacionales de corrupción y trasparencia, jueces y fiscales anti-corrupción trabajan meritoriamente, se promulgan leyes al respecto, se hacen públicos datos en aras de la trasparencia, etc. Pero las razones de la existencia de tal fenómeno y su tolerancia son generalmente superficiales, y aunque es verdad que la falta de trasparencia y control facilita esa laxitud ética, no es menos cierto que las causas estructurales, culturales, e idiosincrásicas que la generan no parecen haber sido analizadas en profundidad. Pero causas hay, y muy antiguas, seculares, casi olvidadas en el inconsciente colectivo (salvo para algunos especialistas que minoritariamente puedan conocerlas y tenerlas presentes).
Las causas profundas podrían tener sus raíces en:
 
-          La débil influencia de la Ilustración en el siglo XVIII.
 
-          La ausencia de revoluciones burguesas en la modernidad.
 
-          El poco arraigo de las ciencias.
 
-          La débil influencia de la Revolución Industrial en el siglo XIX.
 
-          La débil industrialización en el siglo XX.
 
-          La tardía introducción de la democracia.
 
-          La inadecuación entre época y valores.


El problema empieza en los siglos XVI Y XVII, al comienzo de la modernidad, tras el descubrimiento y conquista de América, en pleno periodo hegemónico español. Recordemos que varios estados europeos, entre otros las actuales  Alemania y Francia, sufrieron crueles guerras internas de religión entre católicos y protestantes. No así España, cuya reconquista secular contra los musulmanes fue culminada en el siglo XV, y cuya monarquía se posicionó contra la reforma protestante en Europa, y contra los musulmanes en la cuenca mediterránea, principalmente el Imperio turco Otomano. Internamente no había cuestión: monarquía, nobleza, y pueblo eran monolíticamente católicos y contrarreformistas. Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, cuando llegó el siglo XVIII y surgió el fenómeno de la Ilustración en Europa, el llamado Siglo de las Luces, o de la Razón, o del despotismo ilustrado, ello ocurrió no casualmente en la librepensadora Francia y en Alemania, pero no en España.
Citando a Kant:
La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento, sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la Ilustración.

La pereza y la cobardía son las causas de que una gran parte de los hombres permanezca, gustosamente, en minoría de edad a lo largo de la vida, a pesar de que hace ya tiempo la naturaleza los liberó de dirección ajena y por eso es tan fácil para otros erigirse en sus tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un director espiritual que reemplaza mi conciencia moral, un médico que me prescribe la dieta, etc, entonces no necesito esforzarme. Si puedo pagar, no tengo necesidad de pensar: otro asumirá por mi tan fastidiosa tarea. Aquellos tutores que tan bondadosamente han tomado sobre sí la tarea de supervisión se encargan ya de que el paso hacia la mayoría de edad, además de ser difícil, sea considerado peligroso para la mayoría de los hombres (y entre ellos todo el bello sexo). Después de haber entontecido a sus animales domésticos, y procurar cuidadosamente que estas pacíficas criaturas no puedan atreverse a dar un paso sin las andaderas en que han sido encerrados, les muestran el peligro que les amenaza si intentan caminar solos. Lo cierto es que este peligro no es tan grande, pues ellos aprenderían a caminar solos después de unas cuantas caídas: sin embargo, un ejemplo de tal naturaleza les asusta y, por lo general, les hace desistir de todo intento.

Por tanto, es difícil para todo individuo lograr salir de esa minoría de edad, casi convertida ya en naturaleza suya. Incluso le ha tomado afición y se siente realmente incapaz de valerse de su propio entendimiento, porque nunca se le ha dejado hacer dicho ensayo. Principios y formulas, instrumentos mecánicos de uso racional -o más bien abuso- de sus dotes naturales, son los grilletes de una permanente minoría de edad. Quien se desprendiera de ellos apenas daría un salto inseguro para salvar la más pequeña zanja, porque no está habituado a tales movimientos libres. Por eso, pocos son los que, por esfuerzo del propio espíritu, han conseguido salir de esa minoría de edad y proseguir, sin embargo, con paso seguro.

Pero, en cambio, es posible que el pueblo se ilustre a sí mismo, algo que es casi inevitable si se le deja en libertad. Ciertamente, siempre se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, incluso entre los establecidos tutores de la gran masa, los cuales, después de haberse autoliberado del yugo de la minoría de edad, difundirán a su alrededor el espíritu de una estimación racional del propio valor y de la vocación de todo hombre a pensar por sí mismo. Pero aquí se ha de señalar algo especial: aquel pueblo que anteriormente había sido sometido a este yugo por ellos obliga más tarde a los propios tutores a someterse al mismo yugo; y esto es algo que sucede cuando el pueblo es incitado a ello por algunos de sus tutores incapaces de cualquier Ilustración. Por eso es tan perjudicial inculcar prejuicios, pues al final terminan vengándose de sus mismos predecesores y autores. De ahí que el pueblo pueda alcanzar sólo lentamente la Ilustración. Quizá mediante una revolución sea posible derrocar el despotismo, pero nunca se consigue la verdadera reforma del modo de pensar, sino que tanto los nuevos como los viejos prejuicios servirán de riendas para la mayor parte de la masa carente de pensamiento.

Pero para esta Ilustración únicamente se requiere libertad, y, por cierto, la menos perjudicial entre todas las que llevan ese nombre, a saber, la libertad de hacer siempre y en todo lugar uso público de la propia razón. Mas escucho exclamar por doquier: ¡No razonéis!, el oficial dice: ¡No razones, adiéstrate!, el funcionario de hacienda: ¡No razones, paga!, el sacerdote: ¡No razones, ten fe!. Por todas partes encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿qué limitación impide la Ilustración?, y por el contrario, ¿cuál la fomenta?, mi respuesta es la siguiente: el uso público de la razón debe ser siempre libre; sólo este uso puede traer Ilustración entre los hombres.”(…)

Immanuel Kant, ¿Qué es la Ilustración? (1784).
 

Si bien en España tuvo escaso eco, la Ilustración fue el germen de las revoluciones burguesas y del desarrollo de las ciencias. Como más importantes sucesos del siglo XVIII podemos citar la Independencia de los Estados Unidos de América frente a la corona británica (1776), la Revolución Francesa (1789), y la Enciclopedia.
 
El desarrollo de las ciencias tuvo como consecuencia la Revolución Industrial de los siglos XVIII y XIX, primero en Inglaterra, luego en Europa y en los recientemente independizados Estados Unidos, pero no en España. La máquina de vapor, el ferrocarril, la industria textil, la industria del acero, etc., así como los conocimientos de la termodinámica, el electromagnetismo, la mecánica, la química, las matemáticas, y la ciencia-tecnología, llegaron tarde y desde el exterior a la península. Tras la invasión napoleónica, el absolutismo y la Inquisición se imponían de nuevo, en pleno siglo XIX,  al sur de los Pirineos.
 
El siglo XX es conocido y reciente, ¡que inventen ellos!, religión, dictadura, débil industrialización, democracia tardía, educación sesgada o insuficiente, y una investigación, desarrollo e innovación casi inexistentes (la construcción inmobiliaria y el turismo no son ciencia y tecnología, mucho menos nuevas tecnologías), por no mencionar terratenientes y similares.
 
Y en esas condiciones se llegó a entrar en la Unión Europea (o viceversa, es decir, la UE entró aquí), y el euro, la globalización, Internet y la era digital, junto con la especulación financiera mundial, la nanotecnología, la biotecnología, y las neurociencias. Demasiado “fuerte” la entrada en este siglo XXI, tras tres siglos pasados (XVIII, XIX, y XX) en una existencia pre-ilustrada.
 
En el Medievo el poder feudal se apropiaba de los bienes, en la Modernidad el capital industrial explotó bienes y personas, en la Posmodernidad el capital  financiero especula con todo, incluido lo digital y lo virtual, lo cosifica todo, incluso las personas. Como consecuencia de todo ello, gran parte de la sociedad española vive actualmente en una época digital - global, pero con valores pre-ilustrados y pre-industriales, escasamente democráticos. Esta podría ser una causa profunda del síndrome de corrupción, ni siquiera mal visto socialmente hasta que la “crisis” vivida lo ha puesto de manifiesto, en evidencia frente a la creciente desigualdad,  y se ha cuestionado y rechazado. La apropiación feudal preindustrial, la especulación financiera y digital, el neoliberalismo global, y la democracia formal, forman una extraña mezcla.

¿No era mejor una Ilustración racional, no despótica, democrática y participativa, transparente, sin perezas ni cobardías, esforzándose para que algunos no “tutoricen” a todos los demás, económica, racional, y éticamente, como preconizaba Kant en 1784?.
Parece que vamos un poco retrasados.
 
 
 

lunes, 1 de diciembre de 2014

40 tesis.





 

1.- El mal es el ejercicio del poder de manera intencional para dañar físicamente, herir psicológicamente, destruir mortalmente, y cometer crímenes contra la humanidad. Quien no tiene empatía es psicópata. El mero no sufrir o no hacer sufrir no es el bien. El bien es lo que da sentido a la vida. Lo injusto es que unas personas tengan más medios para evitar sufrir y desarrollar más plenamente sus capacidades que otras. El ser humano mortal no puede ser feliz, pero puede evitar sufrir, puede estar contento, y puede dar un sentido a su vida. Sufrir y sentir dolor no es lo mismo, aunque coincidan con frecuencia.
2.- Los valores e ideologías están condicionados por la época y el lugar, y legitiman la estructura sociopolítica de poder que emana de cada infraestructura económico-productiva.
3.- La coherencia hace sufrir. La incoherencia entre valores y acciones genera disonancia cognitiva, y cada persona la intenta eliminar cambiando su actitud, o la del otro, o su actitud respecto del otro.
4.- La libertad, la racionalidad, y la responsabilidad humanas están limitadas por la biología, la genética, los valores del entorno en que se ha educado y socializado, y su voluntad.
5.- La racionalidad humana reside en el pensamiento, posible mediante el lenguaje que también la limita. El pensamiento no es lógico, por efecto de las emociones. Pensamiento y emociones se generan y residen en el cerebro. El razonamiento lógico debe seguir ciertas reglas. El razonamiento lógico exacto constituye la matemática.
6.- El cerebro es el órgano corporal en el que se genera el Yo-mente, el pensamiento, y la memoria, que hacen del ser humano un animal consciente y pensante, constituido por las mismas partículas elementales del universo surgido o creado mediante el Big Bang hace unos 13800 millones de años. La muerte nos priva de la vida consciente e inconsciente, para pasar a la nada o a lo eterno desconocido.
7.- El pensamiento científico es demostrativo y trata de saber de la forma más exacta posible las leyes que rigen el funcionamiento de la naturaleza. Es un saber limitado que tiene los límites de lo humano, y admite y requiere revisiones cada vez mejores, o más exactas y completas, de sus conclusiones y leyes naturales.
8.- El pensamiento filosófico  es narrativo en sus argumentos y proposiciones conclusivas. Sus narraciones pueden tener razón suficiente para convencer o influir.
9.- Las culturas radican en los valores e ideologías que legitiman las estructuras sociales y de poder emanadas de cada infraestructura productiva y económica en cada época y lugar.
10.- El derecho natural es el sentir instintivo y común, aunque no escrito, de la mayoría de la humanidad respecto de lo que cada ser humano debe o no debe hacer. Ha sido evolutivo y es una base ética de mínimos, no suficiente para la vida en sociedad.
11.- El derecho positivo son las leyes escritas vigentes en cada sociedad. Su base es la desconfianza en el correcto comportamiento social humano. Establecido por las personas que detentan el poder político-social y económico, no garantiza la justicia. Lo legal no siempre es lo justo, y viceversa.
12.- Un principio ético de primer orden obliga a  desobedecer las leyes de derecho positivo cuando no son justas y son contrarias al derecho natural. La obediencia acrítica lleva a la injusticia, y en el extremo a cometer crímenes contra la humanidad. Los procesos sociales que conducen al mal son:
· Dar un pequeño mal paso sin pensarlo mucho.
· Deshumanización de los otros.
· Desindividualización del ser.
. Difuminación de la responsabilidad personal.
· Obediencia ciega a la autoridad.
· Conformidad acrítica a las normas del grupo.
· Tolerancia neutral al mal a través de la pasividad o la indiferencia.
13.- Los Derechos Humanos se han declarado, reconocido y garantizado por evolución del derecho natural y del derecho positivo hasta llegar a constituir una ética universal que sigue evolucionando por generaciones sucesivas de dichos derechos. Los Derechos Humanos son el derecho natural universal positivizado en cada época histórica, social, y económica.
14.- Las especies animales no humanas viven en el presente, sin pasado ni futuro, y como no son racionales actúan por puro instinto, no son ni libres ni responsables, es decir, no son moralmente ni buenas ni malas.
15.- El género humano era una especie más de la naturaleza. Su propia debilidad le hizo evolucionar hacia la racionalidad y la cooperación mediante el desarrollo cerebral y lingüístico. Ya no es una especie más. Somos seres desajustados con la naturaleza, con conciencia propia, de los demás y del universo, y memoria histórica y biográfica. Contenemos en nosotros mismos una mezcla de bondad y maldad de la que somos a la vez referencia y referente, llenos de luces y sombras.  Se diría que somos “pobres gentes”, aunque nos hemos vuelto “importantes o especiales”, pero “poco recomendables” y de “poco fiar”, para la propia especie y para las otras especies del planeta, y para la naturaleza. Las personas tienen capacidad para actuar de manera tierna o cruel, cuidadosa o indiferente, creativa o destructiva. Depende de la disposición interior de cada persona, de la situación externa, y de las amplias influencias del sistema donde reside el poder que crea la situación, con su trasfondo económico, político, y cultural.
16.- Las cosas tienen valor y precio. Las personas tienen dignidad. Por eso, cosificar a las personas es deshumanizarlas. Perder la individualidad y responsabilidad personal en un grupo también es una desindividuación deshumanizadora.
17.- El perdón debe merecerse, pero puede ser “gratuito” y liberador.
18.- En la vida vamos ganando cualidades, relaciones y cosas para luego ir perdiendo todo ello. La muerte es algo vitalmente progresivo. Con la muerte definitiva lo perdemos todo.
19.- De la misma forma que no hay animismo en la naturaleza, no hay maniqueísmo, es decir, el bien y el mal no existen separadamente. El ser humano no es pura mecánica fisiológica, ni tampoco un ser dual dotado de cuerpo y alma. El cerebro crea la consciencia corporal, racional y emocional. Somos capaces de realizar actos buenos y malos. Una extraña mezcla limitada, finita y mortal, pero dotada de voluntad y discernimiento.
20.- La igualdad no es la equidad. La igualdad sería dar a todos lo mismo. La equidad sería dar a cada uno lo que precisa para que todos tuviésemos las mismas posibilidades. Todos somos diferentes y cada uno de nosotros es único.
21.- La corporalidad, la emocionalidad y el lenguaje-pensamiento humano interactúan entre sí.
22.- El pensamiento es lenguaje. Al utilizar un idioma u otro cambiamos, si no el fondo, sí la forma de pensar (por ejemplo, en alemán la palabra “schuld” significa tanto culpa como deuda).
23.- La cultura es también la forma en que un grupo humano afronta la vida para sobrevivir.
24.- Los valores-ideología, la estructura socio-política, y la infraestructura económico-productiva interactúan entre sí.
25.- La libertad sin regulaciones hace de cualquier lugar una selva en la que rige la ley del más fuerte.
26.- Creer no es lo mismo que saber (y viceversa).
27.- La utilidad no debe de ser criterio prioritario del saber, la bondad o la justicia.
28.- La macroeconomía implica ideologías. La microeconomía implica contabilidades.
29.- La urbanidad, la formación, y la educación son conceptos diferentes.
30.- La responsabilidad implica la libertad de poder elegir.
31.- El “Big Brother” controlaba acciones. Los “Big Data” lo controlan todo, incluso opiniones, deseos e ideas. Todo sirve para un “Big Deal”. La sociedad de clases digital y de mercado margina a quienes no tienen capacidad de consumo, y a sus disidentes críticos. Cosifica a las personas en función de su utilidad económica.
32.- SPQR (no el de la Roma clásica): Saber, Poder, Querer, Realizar.
La S de Sentir no figura en las siglas porque está omnipresente.
La D de Decir no está. Puede o no existir, pero es poco fiable.
Lo que se dice y no se hace origina incoherencia y disonancia cognitiva, y el  incumplimiento de una promesa genera sufrimiento y rencor.
33.- Ni se debe ni conviene realizar todo lo que el saber científico-tecnológico hace posible. El criterio de lucidez para discernirlo es la ética.
34- Cada persona puede tener su propio criterio racional de utilidad. El criterio de utilidad económica de máximo beneficio es un criterio neoliberal de mercado. No es el único racional, ni mucho menos, y ciertamente no es el más ético. El dinero es un valor más entre otros, no el único criterio de utilidad racional.
35.- El lenguaje-pensamiento humano es creativo. Abre o cierra posibilidades poderosas. Por eso se requiere lucidez, discernimiento y método para distinguir entre la realidad y la abstracción, las afirmaciones y los juicios de valor, lo verdadero y lo falso, lo demostrativo y lo narrativo.
36.- La realidad es lo que existe o ha existido. Dicha existencia requiere ser evidente, mostrable o demostrable, para poder afirmar que es cierta y verdadera o falsa.
La abstracción puede ser o no ser admitida como real, cierta y verdadera, pero no es mostrable. Puede ser demostrable. Si su narrativa no es demostrable requiere convencer con razón suficiente para ser admitida y tenida por cierta y verdadera, pero no se puede saber si es real. Lo real puede ser material o inmaterial, pero no meramente ilusorio o fantasioso.
37.- Haber sido, ser, poder ser, querer ser, deber ser, y llegar a ser son conceptos diferentes, no conviene confundirlos.

38.- La elección para un cargo da el poder, no la razón. El poder y la razón son conceptos diferentes.

39.- Lo bueno y lo justo parecen un dilema, pero no lo son. Lo bueno es un fin subjetivo, mientras que lo justo es un deber y un tipo peculiar de bien objetivo que obliga a todos y cada uno.

40.- Actualmente el ser humano puede alterar la evolución de su propia especie, y la de otras. Que lo haga o no es una cuestión de ética y de conveniencia.