1.
¤ Vascones y Bagaudas
El presente trabajo es fruto de la curiosidad intelectual y de la correlación de ideas.
No obstante,
en él la comparacion es
su única originalidad.
El conjunto
es una recopilacion de textos
de otros autores,
a fin de tenerlos a mano,
recopilados.
Es una síntesis
que pongo a disposición
de quien pueda estar interesado
en tan sugerente y poco conocido tema.
Mezclo temas a mi gusto.
Los que lo lean,
a quienes agradezco su interés, supongo que lo hacen
por el mismo
motivo.
Consciente
de los requisitos culturales
que ello requiere,
pues
los expertos son
las fuentes originales.
Los demás ponemos el interés,
y las ganas de compartir.
Los Bagaudas y los Cosacos
son ambos movimientos
de origen popular.
Presentan similitudes,
si bien
en épocas y zonas geográficas
muy diferenciadas
y con distinta
evolución y final,
aunque
bien pudiera ser
que ninguno de ellos
haya concluido
en los subconscientes colectivos
y sus arquetipos,
sino simplememente
transformado
en otras realidades sociales
vigentes en la actualidad.
Se conoce
por Bagaudas
a los integrantes de las revueltas
que sucedieron
en el Bajo Imperio Romano
y en la Alta Edad Media,
en especial en la Galia
(Aquitania, Suiza, etc.)
y en la Tarraconense Hispana.
Pese a esta descripción genérica, veremos a continuación
que la situación era compleja,
sin olvidar
la nada fácil interpretación
de las escasas fuentes
de la época
y la enorme
descomposición
del otrora
Imperio Romano.
Eran una mezcla de bandidaje y rebelión:
pobres libres, esclavos fugados, etnias guerreras,
contra los terratenientes del imperio con sus cargas y gabelas.
Mezcla de bandidos, esclavos, guerreros y rebeldes,
contra los grandes propietarios terratenientes
de la época,
incluidos los nacientes
obispados cristianos.
Se iniciaron en el S.III y perduraron hasta el S.X, con distinta intensidad. Su punto álgido es del S.V al S.VIII: desde las invasiones germánicas y la caída del Imperio Romano de Occidente hasta la invasión musulmana (452-711).
Actuaron con los suevos, principalmente en el Alto y Medio Valle del Ebro. Los Vascones del Saltum Vasconum actuaron a veces con ellos, tanto en el Ager Vasconum
como en la Aquitania
y en la Tarraconense.
A partir del siglo VI d.C.
los vascones se convirtieron en un enemigo endémico
para visigodos y francos,
protagonizando periódicas expediciones de saqueo
que tuvieron como escenarios principales
el valle del Ebro y la Aquitania.
Para muchos historiadores
resulta difícil creer
que la belicosidad de los vascones surgiera de la noche a la mañana
y han tratado de encontrar precedentes de esas acciones.
En ese sentido
ha tenido mucha aceptación
una hipótesis
que identifica las depredaciones
de los bagaudas
que durante los años centrales
del siglo V
azotaron el valle del Ebro
como incursiones de montañeses vascones.
El fenómeno se diluyó
con las invasiones, repoblaciones y creación de condados
y nuevos reinos cristianos en la Península Ibérica y Aquitania
(antigua Novempopulania).
Sobre los bagaudas,
la historiografía actual también se encuentra en
plena revisión
sobre los datos aportados,
por las escasas fuentes
y la arqueología.
Existe la opinión
de que los protagonistas
de estas revueltas
no eran solo campesinos indignados,
o al menos
que no actuaron solos.
Hoy día
se piensa que tuvieron
un fuerte apoyo
de las clases medias de las ciudades, a las que deberíamos sumar,
los forajidos del sistema,
los desocupados,
o incluso
los miserablemente asalariados: bandidaje social y libertad.
Las revueltas surgen
como una protesta
por la fuerte presión fiscal,
de un Imperio
que ya ofrecía poco a cambio,
pero también para reivindicar
una justicia social
que se había ido perdiendo
con la merma
de las estructuras romanas.
El foco de las miradas recayó
en los dos poderes visibles
de estas estructuras,
que además debían ser
los protectores de las mismas.
Por un lado
los grandes propietarios rurales,
y por el otro
los escasos poderes
civiles y militares
de las ciudades,
o en su defecto
las cabezas más visibles
de la religión.
Dada la escasez de fuentes
es difícil conocer su imagen,
pero posiblemente
no fue muy diferente a esta.
Es decir,
el campo de abono para las revueltas estaba bien preparado,
los poderes de las ciudades escaseaban,
los militares mal pagados
pudieron incluso
pasar al campo contrario.
En dicho entorno
el poder más fuerte
lo constituían los obispos de las ciudades tardorromanas,
pero estos tenían
graves problemas que resolver;
las controversias
en el seno de una iglesia católica envuelta en luchas internas
con los priscilianistas.
Mientras,
los grandes propietarios
posiblemente estaban
más cerca de los bagaudas
de lo que se pudiera pensar,
no en vano
fueron los principales beneficiarios
de estas revueltas:
a menor poder central,
mayor poder
de los aristócratas rurales.
Para comenzar
señalar que lo poco
que conocemos de este colectivo,
se los debemos
al obispo hispanorromano Hidacio, uno de los mejores cronistas
de la Hispania tardorromana.
Las primeras noticias
que surgen
sobre los bagaudas hispanos corresponden al año 441,
es decir
prácticamente 30 años después
de que sucedieran
las primeras en las Galias.
El foco
parece estar muy concentrado
en torno al curso medio del río Ebro, antes de la llegada de este a Caesaraugusta
(Salduba).
Estas primeras
no parece que fueran
muy importantes
y fueron rápidamente reprimidas
por el general Asturio,
mandado por el emperador Valentiniano III
para reprimirlas.
Parece evidente
por la falta de mención de un dirigente,
que fueron más bien
escaramuzas poco organizadas.
Pero el general romano
a pesar de dar muerte
a muchos de ellos,
no consiguió erradicar
el movimiento bagaudico.
No en vano
las revueltas prosiguieron
meses después,
ahora el nuevo enviado
para acabar con ellos
fue el sobrino del primero.
Su nombre
Merobaudes,
un militar hisparromano
que curiosamente también era poeta. Corría el año 443
cuando,
según Hidacio,
los bagaudas dirigieron su posición más al norte,
ya que en el relato
coloca un gentilicio
a la palabra bagaudas,
en este caso 'aracelitanos'.
Se especula
que puedo ser
o bien la actual Huarte-Arakil ,
situada en Navarra,
o Araciel
un pequeño enclave romano
situado en las afueras de Alfaro
en La Rioja.
El resultado fue el mismo
de las primeras revueltas,
los bagaudas
fueron fuertemente reprimidos,
pero no se consiguió acabar con ellos. Mas bien al contrario,
ya que cuando vuelven a aparecer
seis años después
ya están plenamente organizados
en torno a un líder sólido,
Basilio el bagauda.
El origen de este individuo
es totalmente desconocido,
se especula que pudo ser un militar, pero existiendo la posibilidad
de que su origen fuera romano, visigodo o incluso suevo.
Aunque
otra gran mayoría defiende
su origen civil
dotado de un alto estatus social, hipótesis
que de ser cierta
podía significar
un intento más de usurpación
dentro de las estructuras
del Bajo Imperio.
Nos encontramos
ante el hecho más destacado
de la revuelta de los bagaudas.
En el siglo V,
Turiaso,
la Tarazona romana,
pasaba por ser
una de las ciudades más importantes de la zona media del rio Ebro.
Así lo atestigua
la existencia de un obispado,
dirigido en el año 449
por el obispo León.
Su muerte a manos de los bagaudas ese mismo año,
es vista como un ataque directo
al poder más alto
de dicha ciudad tardorromana.
En aquellos momentos
la Iglesia
recibía un alto porcentaje
de los impuestos,
para la construcción
de los edificios de culto,
es decir;
basílicas, iglesias
o palacios episcopales.
Por lo que el hecho de su asesinato,
es visto como una forma
de establecer un poder
dentro de esta ciudad,
desde la cual poder actuar.
Pero además poder financiar
la causa de la revuelta,
ya que es necesario recordar
que los bagaudas
buscan reconocimiento
y sustento económico.
A partir del momento
en que se hacen fuertes en una ciudad, ya no podemos hablar
de unos simples “indignados”.
Basilio y sus bagaudas
debieron conformar un ejército dispuestos a cambiar el régimen establecido,
que a buen seguro
veían factible
debido a las débiles
estructuras romanas
de la Tarraconensis.
De esta manera
los siguientes años
siguieron las conquistas y los saqueos por toda la región del Ebro.
Queda atestiguada
su llegada a Caesaraugusta
y posteriormente
el asedio de la ciudad
de Ilerda.
Pero
el asedio de Ilerda
no fue realizado en solitario,
ya que contaron con la ayuda
de los suevos,
tras una especie de pacto
entre Basilio y el rey de estos, Requiario.
Ante el cariz
que estaba tomando el asunto,
el emperador romano
Valentiniano III
se ve en la necesidad
de volver a pedir ayuda
al reino visigodo de Tolosa.
De esta manera
en el año 454
el rey visigodo Teodorico II
envía un ejército
a la Tarraconense
al mando del cual se encuentra
su hermano Federico.
El ejército visigodo
actuando como federado,
reprime la revuelta de los bagaudas. Las consecuencias
parecen estar cada vez más claras, como se ha dicho con anterioridad
los visigodos
irán progresivamente
ocupando el poder
de una Hispania romana
encaminada a la oscura
Alta Edad Media.
El proceso de “baskonización”
de todos los Pueblos
euskaros prerromanos
hasta convertirse en
un único Pueblo o nación
bajo el paraguas de su propio Estado, empezó tempranamente
con los primeros síntomas
del desmoronamiento
del Imperio Romano Occidental.
La creación
del ducado de Baskonia
fue propiciada
por la invasión del Imperio Romano por hordas bárbaras
en diferentes oleadas
durante
los siglos III al V.
Respecto
a la situación que se vivía
en lo que será
el territorio de Baskonia,
Alberto Pérez de Laborda
en su libro
“Guía para la historia del País Vasco hasta el siglo IX”
comenta que:
“Los bárbaros entraron en el siglo III en dos oleadas,
• La primera llegó a la Catalunya actual: Barcelona, Lleida, Ampurias, Tarragona.
• La segunda también a Pamplona, arrasada por el fuego
según catas arqueológicas
sin que se haya encontrado nada
de esta entrada
al norte de esta ciudad”.
En el “itinerario de Antonino”
del siglo IV,
Pamplona (Pompaelun)
era sólo una “mansión”,
la catedral prerrománica
construida
sobre el foro romano de Pamplona
ya no existía.
En esta segunda oleada
quedaría también arrasada
la ciudad más grande
de lo que será Baskonia,
la ciudad romana de Veleia
en el actual municipio
de Iruña de Oka
(Alaba occidental).
Son también de esta época
las luchas en Orreaga (Roncesvalles) de los baskones-romanizados
Didimo y Viriniano,
emparentados
con el mismísimo emperador romano Honorio
y su padre Teodosio el Grande.
Eran éstos dos hermanos
grandes “possessores”
o terratenientes romanos
que defendieron el Pirineo
con su propio
patrimonio y hombres;
durante años
mantuvieron a raya
las incursiones germánicas.
La cuestión es
que un mando del ejército romano
en Britania
y autoproclamado como emperador con el nombre
de Constantino III,
mandó en el año 407
a su hijo Constante
y a los mercenarios germánicos conocidos como los “Honorios”
contra los hermanos
Dirimo y Viriniano;
los venció y los degolló.
El Pirineo
quedó desprotegido
y los germánicos
entraron en la península hispánica, según relató
Zósino de Contantinopla,
abogado del fisco imperial
a finales
del siglo V.
El historiador del derecho
Paul Ourliac
(1911-1998)
señalaba
que es demostrable
que la aristocracia,
los “ricos-hombres”
hasta la Alta Edad Media,
eran en muchos casos
descendientes directos
de esos “possessores”,
creando por tanto
la aristocracia baskona.
Autores españoles
como el alto medievalista
y arqueólogo
Abilio Barbero (1931-1990)
y el experto en lenguas clásicas Marcelo Vigil (1930-1986)
entre otros,
sostienen
que a partir del siglo III
en Baskonia
se mantuvo y se consolidó
una estructura socioeconómica prerromana,
estrechamente relacionada
con las posteriores,
es decir,
empezó a fraguarse
un poder
que se escapaba
al control de Roma.
El emperador
Diocleciano
(244-311 d. C.)
fue el último
gran Emperador romano
pues dividió el Imperio
en dos mitades:
la Oriental y Occidental,
con capitales en Roma y Bizancio (renombrada ésta por Constantino como Constantinopla en el 330),
con dos Emperadores
llamados “augustos”
que tenían la ayuda
de dos “césares” adjuntos.
Diocleciano
obligó a los campesinos
a permanecer en el lugar donde estaban censados
(siervos de la gleba)
centralizó el Imperio
y lo llevó su ruina,
por lo que
la población
empezó a abandonar las ciudades
y volvió al campo.
Un prestigioso historiador romano
y autor del
“Breviarium historiae romanae”
en el siglo IV,
Flavio Eutropio,
señalaba
que en el año 284
ya se sublevaron
poco después
de la llegada al poder de Diocleciano los campesinos
de la Galia,
donde se encontraba
Novempopulania
que era el núcleo
de los euskaldunes
del Pueblo de los “ausko”
en Aquitania.
¿Quizás
es este el origen
del movimiento popular
de los “bagaudas”,
y que así creará
el núcleo de Baskonia?
Parece ser que sí.
En las Crónicas Gálicas
de códices de los siglos IX-X
pero sobre originales
de los siglos IV y V,
hablan del príncipe
Tibatón
al mando de “bagaudas”
que siembran
el terror en tierras galas
en los años 435, 437 y 448.
El año 473
el conde visigodo Guterio
trata de controlar
la zona de Zaragoza
que se encontraba sublevada
para lo que atravesó
los Pirineos
con su ejército
pasando por
Pamplona.
Estos bagaudas
fueron el comienzo
de la resistencia euskara
o baskona
a las invasiones germánicas
que se concretará
en la creación
de Baskonia,
por tanto,
la baskonización
o la aparición
de un único
Pueblo euskaro
se gestó poco a poco
entre
finales del siglo III
y
finales del siglo V.
“Bagauda” puede venir
del verbo celta “baga”,
que se traduciría como
“andar errante”,
lo que en textos de la época
llamaban “paletos”
y granjeros ignorantes,
es decir,
gente iletrada,
sin romanizar
y mucho menos latinizar
que vivía
fuera de las ciudades romanas
y de su influencia.
En nuestro caso,
la población que vivía
fuera de las ciudades romanas
de los Pueblos euskaros,
según el historiador español
Sánchez Albornoz
entre otros,
serían estos bagaudas,
los cuales
llegaron a tomar
una importante ciudad
como Tarazona,
matando a su obispo,
e impusieron el pánico
en las mismísimas puertas
de Zaragoza
con su jefe Basilio
al frente.
Eran bandas
formadas por euskaldunes
o baskones
del Saltus Vasconum
o de las comarcas
de montaña o boscosa,
los colonos
de las grandes
y medianas
haciendas del Ager Vasconum
y los pequeños propietarios
o campesinos sin tierra;
tierras que habrían pasado
a los grandes hacendados colaboradores con Roma,
los grandes latifundistas
que pretendían extender
sus propiedades
por el Ager
y ahora también
por el Saltus Vasconum.
El detonante final,
además de
una gran población descontenta
y una administración arruinada,
serían las invasiones
de los Pueblos germánicos
con sus saqueos.
El obispo
e historiador romano
Idacio de Gallaecia
(399-469 d.C.)
narró
la llegada de más bárbaros
a nuestras costas:
“Llevados por 7 naves,
unos 400 hérulos
armados a la ligera,
desembarcan por sorpresa
en la costa de Lugo.
Son rechazados
por la multitud que se había reunido, pero sólo pierden dos hombre,
al retornar a su país,
saquean con mayor ferocidad
las localidades costeras
de los cántabros
y de los várdulos”.
Además
de los hérulos,
llegaron
esporádicamente
a las costas del cantábrico
grupos de piratas
germánicos
como
los anglos, los sajones,
pictos, escotos,
jutos o bretones.
Eran siempre
migraciones enormes
pero que no suponían
un desplazamiento de los nativos,
sino la mayoría de las veces
su sometimiento
a un poder militar
superior.
Se logró
cierto orden
con la llegada
de los visigodos
que habían entrado en el año 416
en el Imperio
como aliados de los romanos mediante un “foedus”
y que harán de ejército romano limpiando
las Galias e Hispania
del resto de bárbaros.
Los visigodos
llegaron Hispania
a mediados del siglo V
convertidos
en el ejército de Roma.
El Imperio contaba
con 70 millones de habitantes
y entraron
unos 10 millones de bárbaros.
A Baskonia
llegaron todas estas gentes
a través de la calzada romana
que iba
desde Burdeos hasta Astorga
y que atravesaba Garazi
(Saint Jean de Pied de Port)
y Orreaga
(Roncesvalles),
la autopista de entrada
a la península ibérica
y que todos ellos usaron.
Existían 400 kilómetros
de calzadas romanas
por toda Baskonia
descrita en el itinerario XXXIV
de Antonino,
pero sobre todo
por el Ager Vasconum,
aunque
también existía otra importante ruta entre Herrera del Pisuerga
y Castro Urdiales
o la ría de Bilbao,
que atravesaría en vertical
la parte oriental de la actual Bizkaia, además
de otra calzada por la costa,
cuyos restos
han aparecido
en Galdakano
(Bizkaia).
Según
Julio Caro Baroja
(“Historia del País Vasco”, Tomo II):
“Es probable
que la vía que iba
de Astorga a Burdeos
por Alava
tuviera otra casi paralela
junto al mar
que uniera entre sí
las ciudades marítimas
que menciona Ptolomeo”.
De los 34 caminos
del “Itinerario de Antonino”
4 pasaban
por territorio baskón.
La Galia Narvonense
y la segunda Aquitania
(del Loira a Burdeos-Garona)
pronto cayeron
en manos visigodas
con capital
enToulouse,
después
gran parte de Hispania
donde crearon
el reino toledano.
En esos momentos
Las Hispanias eran
siete provincias romanas
que también abarcaba
el norte de África
desde el año 40 d.C.
(Hispania Tingitana).
Pero,
tras la derrota de Vouillé
en el año 507,
donde el rey franco Clodoveo
venció al rey godo Alarico II
que murió en la batalla
(484-507),
los visigodos
perdieron las Galias
que pasaron en gran parte
a manos
de los vencedores francos
salvo Aquitania I
(del Garona a los Pirineos),
y se replegaron
a la Península Ibérica.
En Vouillé
Clodoveo contó con la ayuda
de los baskones
que tomaron
Toulouse
como su capital,
lo que marcará la frontera
con los francos
en la franja (enorme!) entre los ríos
Garona y Loira.
Los visigodos
se hicieron con casi toda
la península ibérica,
salvo el territorio ocupado
durante los siglos V al VI
por los germánicos suevos
en las actuales
Galicia-norte de Portugal
con capital en Bracara
(Braga en Portugal,
capital de la provincia romana
de Gallecia),
además
de los territorios romanos
en el sur peninsular
de la costa mediterránea
recuperados
por el Imperio Romano
desde Bizancio-Constantinopla,
y, por supuesto,
la Baskonia ibérica,
la cual estuvieron
muy lejos de dominar
los visigodos.
Otros jefes bagaudas
fueron Amando y Eliano,
a los que les dieron títulos
de “césar” y “augusto”
al modo romano.
En el año 441
Flavio Asturio
jefe de los ejércitos romanos, represalió a los bagaudas
causándoles numerosas bajas,
pero se recuperaron
rápidamente
pues en el año 443
Merobaude,
poeta y alto cargo militar romano, luchaba contra ellos
en Araceli,
que sería
probablemente
su centro político
y que se cree estaría
en el actual municipio
de Huarte Arakil
en Alta Nabarra.
Por tanto,
los montes de la Sakana
o Barranka
serían los núcleos
de la resistencia baskona.
La Sakana
la conforman
los valles de la Burunda,
Erkoyena
y Arakil,
entre Araia en Alaba
y Altsasua en Alta Nabarra,
se trata del corredor
que va de Iruña-Pamplona
a Gasteiz-Vitoria,
territorios
que fueron bárdulos
hasta el río Altzania
(Altsasua)
y desde ahí
de los baskones
prerromanos.
Antes de la creación
del Ducado de Baskonia,
existe constancia de
al menos una batalla
importante
que tuvo lugar
en ese 587
y que recoge
el cronista franco
Gregorio Tours,
en la cual los vascos
derrotaron al “dux” (duque)
franco
Bladates:
fue la primera
victoria baskona conocida
y lo fue
contra un ejército franco.
El Ducado de Baskonia
como estructura política
fue creado oficialmente
por los francos merovingios
para intentar dominar
a los baskones del norte
sobre el año 600,
poniendo como duque
al franco Genial.
Dicen las crónicas merovingias
del siglo VII,
de los pocos
testimonios escritos
de esta época, que
dos jefes-reyezuelos
merovingios (francos)
de la zona del río Sena
se unieron
para luchar contra los baskones:
“Thierry II y Teodoberto II
dirigieron conjuntamente
sus ejércitos
contra los baskones (wascones). Gracias a Dios,
establecieron su dominio
y les hicieron pagar tributo.
Les impusieron
un duque
llamado Genial,
que gobernó con ventura”.
Pero,
realmente,
el dominio franco
sobre el ducado de Baskonia
no era tal,
pues
como dejó escrito
Gregorio Tours
en el 587:
“Irrumpieron los vascos
de entre las montañas,
bajaron a los llanos,
devastaron viñas y campos, incendiando las casas,
llevándose a muchos cautivos
con sus ganados.
Contra los cuales
actuó a menudo
el duque Austrovaldo,
pero
causándoles poco daño”.
En el tratado de Andelot
de ese año 587,
se nombró
la civitas “Laburdo” (Baiona)
como las asignadas
por el franco Gontran,
rey de “Burgoña”,
a su sobrino
Chilberto II, rey de Austrasia.
Quizás por eso
los baskones
atacaron a los francos
según el historiador ronkalés
B. Estornés Lasa
(“Orígenes de los Vascos, Tomo III”).
Las crónicas francas hablan de:
"Vasconias depredatur;
Pampilonam capit;
partem Vasconiae occupat;
Vascones una expeditione vastavit; Vascones humiliavit;
cum omni exercitu Vasconiae partes ingreditur;
feroce Uvasconum gentes debellatutus aggreditur;
etc.
(Adolf Schulten).
Fredegario (Script. Rer, Meroving II p.129):
“Teudebertus et Teuderius exercitum contra wasconis…” (…), p.148 “quod rebellione wasconorum”.
Es difícil pensar
que los bagaudas
fueran campesinos descontentos
y que pudieran tomar
grandes ciudades amuralladas
como Tarazona o Zaragoza;
que tropas romanas,
francas o visigodas
no pudieran con simples campesinos mal armados,
y que la rebelión
se mantuviera,
aunque con diferente intensidad, durante un período
tan prolongado en el tiempo.
Es más bien
el inicio de la defensa
de todos los baskones
o vascos de su territorio,
que tendría continuidad
en el nacimiento
del Ducado de Baskonia,
en el año 600-660,
y después el reino de Pamplona
o de Navarra,
desde el año 824,
tras la Segunda Batalla de Orreaga
o Roncesvalles,
al vencer,
una vez más,
a los francos.
Por tanto,
en el “Ager”
las clases campesinas
vieron su sustento arrasado
por la nueva situación política
lejos de la “Pax Romana”,
estando sometidos para entonces
a la explotación agrícola,
por lo que huyeron del campo
y se incorporaron
a los habitantes del “Saltus”
que aún no estaban romanizados
y que mantenían vivos
sus modos de vida,
de organización
e incluso
su religión y cultura
al estar alejados
de las ciudades romanas.
Juntos
crearon el movimiento bagauda
que culminará
con la creación
del Estado vasco:
el Reino de Pamplona,
posterior Reino de Navarra.
(La experiencia histórica
nos demuestra
que los grandes hitos
se van gestando
poco a poco.)
Los francos
serán los que terminen de generalizar el término waskones o baskones
pues nos ven
como un único Pueblo
y no hay posibles interpretaciones
en otro sentido:
son todos vascos,
sobre todo por la lengua
que hablaban,
el “vasco” o euskara.
Así,
Gregorio Tours en el 587
hablaba de “Wasconia” con “w”
pues en latín
la palabra “baskones”
se pronuncia [uuáskones],
los griegos o helenizados
escribían “ouascones” con “ou”,
los musulmanes con “b”,
“baxcones”
(pero con “x” como Ibn Adhari)
y otros escribían “baskonis”
(Ibn Hayyn, El Yacubi, Yacut).
B. Estornés Lasa
en su libro
“Orígenes de los vascos”
(1966),
comenta que
el ducado baskón regentado
por Eudón el Grande
no usó otro nombre
que el de Baskonia.
El término Aquitania
(ausci-tan-ea < auci-tania
> acuitania;
ausci > uasci > va(s)ci)
yacía en el olvido romano:
“Los duques baskones
Eudón, Hunaldo y Waifre
no le dieron
otra denominación.
Los escritores francos,
tampoco”.
▪Duques baskones
impuestos por los francos:
• Genial 602-626
• Aigino 626-638
• Amando 638-660
▪ Duques,
príncipes y reyes independientes llamados de Baskonia:
• Felix 660-670
• Lupo I Otsoa 670-710
• Eudon 710-734
• Hunaldo I 744-768
▪ Duques,
príncipes y reyes independientes
de la Baskonia II, entre Loira y Garona,
(sin la Baskonia I de Aquitania, entre el Garona y los Pirineos)
• Lupo II 768-778
Primera batalla de Orreaga-Roncesvalles 15 de agosto del 778
• Lupo Sancio 778-812
• Singuin 812-816
• Garzi Enekones 816-823
• Lupo III Zentulo “wasco” 819-823
Según Schulten, que cita a Gregorio de Tours y al Cosmógrafo de Rávena (s.VII), la zona entre el Pirineo y el Garona era llamada Spanoguasconia y la zona entre el Garona y el Loira era llamada Guasconia, a secas.
Posteriormente sería la Gascuña:
▪︎Wasconia > Guasconia > Gascuña
frente a la Vasconia, a secas:
▪︎Wasconia > Uasconia > Vasconia
Así que tanto en Aragón como en el Bearne y en la Gascuña
se hablaba euskera.
Aún a comienzos del siglo XIX, el vasco-francés Garat, diputado y ministro con la Revolución, senador y conde con el Imperio, en un informe escrito a Napoleón Bonaparte, le dice que se habla euskera por toda la zona pirenaica hasta la muga con Cataluña.
(Este Garat fue quien comunicó, por razón de su cargo, a Luis XVI su sentencia de muerte, aunque él mismo había votado en contra de tal sentencia.)
De hecho, hasta tiempos de Felipe II a fines del siglo XVI, se había venido prohibiendo el uso del euskera en actas de compra-venta del mercado en Huesca capital, y hasta el primer cuarto del siglo XX, según testimonios vivos, se habló euskera en pueblos de Huesca, y en 1922 en Uncastillo, comarca de Cinco Villas en Zaragoza, se seguía usando el euskera para aprender oraciones tales como el Aita Gurea, Credo y otras, así como en libros de misa.
Vascones de Cinco Villas, Rioja, Berrotza y otros sitios repoblaron Ávila en los siglos XI y XII, a las órdenes de Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI (el del Cid) y posteriormente con Alfonso VII y Alfonso VIII, participando como caballeros serranos en las milicias concejiles de Ávila contra almorávides y almohades, en incursiones y en batallas como las de Alarcos (1195) y las Navas de Tolosa (1212).
☆Nace
el Reino de Pamplona-Nabarra
con Enneco Aritza,
Segunda Batalla de Orreaga,
año 824
En el norte de Aragón
y de Catalunya
y a lo largo de todo el Pirineo,
lo que se hablaba
sin lugar a dudas
para J. Caro Baroja,
era algún dialecto
del euskera.
(Según Coromines, en el Pirineo de Lérida se habló euskera hasta el año ~ 1.000, pasando directamente al catalán sin haber conocido el latín.
Hasta el siglo XVII se prohibía redactar en euskera actas de compra-venta en el mercado de Huesca capital.
Por testimonios directos se sabe que hasta el primer cuarto del siglo XX hubo euskaldunes en pueblos del Pirineo Oscense y en Uncastillo pueblo de la comarca de Cinco Villas (provincia de Zaragoza).
Son las ciudades las latinizadas,
pero como dice Estrabón:
“Las ciudades no ejercen gran influencia,
dado que la mayor parte de la gente sigue viviendo en las selvas
y constituyen
una amenaza permanente”.
El substrato común
de esos pueblos del cantábrico,
del Pirineo
y de la Baskonia continental
sólo puede ser uno
y es el conservado
sobre todo
en la cultura euskara,
de la cual
el idioma
es sin duda
el elemento más significativo
e importante.
Tras
la caída del Imperio Romano
y sobre el euskera,
Julio Caro Baroja
en su libro
“Sobre la lengua vasca
y el vasco-iberismo”
comenta que:
“No hay razón
para dejar de admitir
que en Aquitania
se habló vasco
hasta la Edad Media”.
Serían el euskera
y el gaélico
los únicos idiomas
prerromanos
que sobrevivieron
a los romanos.
La comarca más al Sur
donde se hablaría euskera
desde época romana
y hasta la Edad Media,
estaría probablemente
cerca de
la actual ciudad de Soria
en Garrai
(la antigua Numancia celtíbera),
La Rioja con el Ebro
como frontera natural
hasta los montes de Oca
o Auca- Atapuerca.
Por el Oeste
el límite se situaría
en el valle de la Hoz de Arreba
y entre Santillana del Mar-Santander
al Noroeste por la costa.
Todos ellos son
fronteras del Ducado de Baskonia
en el siglo VI
y después
del reino de Pamplona-Nabarra
en el siglo XI
con Sancho III el Mayor
dadas a su hijo Sancho García (Gartzea) IV el de Nájera,
muchos de estos territorios
serían repoblados de nuevo
en la Edad Media
con “baskones”
para los que luego
se usará el nombre nacional
de “nabarros”
con el Reino de Pamplona-Navarra, pues
se llamaba “nabarros”
a los habitantes euskaldunes
del Reino,
la “lingua navarrorum”,
que lo eran casi todos,
incluso antes
de que el reino de Pamplona
pasara a llamarse de Nabarra
en el siglo XII
con Sancho VI el Sabio.
En La Rioja y en Burgos,
en la zona de los antiguos autrigones
(los autrigones se aliaron con los berones junto a Roma, pero eran acosados por sus enemigos los cántabros, su capital era Birovesca, actual Briviesca, en la Bureba.
hasta Atapuerca, la Bureba, Merindades, Mena, Amaya, este de Cantabria, Tierras Altas de Soria, hasta casi las puertas de Burgos capital,
hubo repoblaciones,
seguramente
con bizkainos y alabeses,
pero según
la máxima autoridad
en la materia,
Merino Urrutia,
lo mismo que
J. Caro Baroja
o más recientemente
Jabier Sainz Peonzaga
en “El euskera en la Ribera de Navarra” (Ed. Pamiela),
los habitantes seguían siendo euskaldunes
y la vasquidad
anterior a la ocupación
asturiana y musulmana
(muy breve)
se mantuvo,
no fue desplazado el euskera,
al menos en Rioja Alta
y las comarcas de Burgos mencionadas .
"Una concordia y acuerdo
acerca de la división del reino
entre Pamplona y Castilla,
como ordenaron
Sancho conde de Castilla
y Sancho rey de Pamplona,
tal como les pareció.
Esto es,
desde la suma cima
al río Valle Venarie,
hasta el Grañe
donde está el mojón sito
y collado Muño,
y desde Biciercas (Briviesca)
y desde siguiendo
hacia el río Razon,
donde nace;
después
por medio del monte de Calcaño, después por la cima de la cuesta
y por medio de Galaza,
y allí está el mojón,
y hasta el río Tera,
allí esta Garrahe,
antigua ciudad
abandonada (Garray),
y hasta el río Duero.
Don Nuño Álvaro de Castilla
y el señor Fortún Oggoiz de Pamplona, testigos y confirmantes.
Año 1016"
[Cartulario de San Millán de la Cogolla, La Rioja (reino de Pamplona-Nabarra) doc. 166.]
Tal y como recogen
los historiadores nabarros
Iribarren y Kanpion,
Sancho III el Mayor
dejó a su primogénito
“toda la población eúskara”.
El historiador español
Menéndez Pidal
es de la misma opinión:
“(Sancho el Mayor) quiso unificar
un gran reino navarro, predominantemente vascón
por su lengua”.
El medievalista bizkaino
Anacleto Ortueta (siglo XIX),
sobre este gran rey Europeo dijo:
“Sancho III el Mayor
eligió sabiamente
las fronteras
del Estado Vasco,
pues los límites
que dio a Navarra
fueron
los geográficos naturales.
Es el genio tutelar
de la nacionalidad vasca.
Gracias a él
vivimos
como pueblo”.
El historiador español
más importante
del siglo XX,
Ramón Menéndez Pidal,
escribió también
en "España y su Historia"
que el rey nabarro
Sancho III el Mayor (1000-1035):
"Reparte sus estados
entre sus cuatro hijos,
apareciendo
como uno de los más audaces estadistas estructuradores
de fronteras y de pueblos,
dejando al primogénito
García (Gartzea)
el solar de la dinastía,
el antiguo reino de Navarra, homogéneamente
vascón
por su lengua».
En la lápida de la tumba
de Sancho III
lo deja claro,
escrita en latín dice:
“Aquí yace Sancho,
Rey de los montes Pirineos
y de Toulouse”
(museo de León).
(“Hic situs est sancius
rex pirineorum montium
et Tolose”).
A. Tovar y K. Mitxelena
en 1968
lo tenían claro:
“La lengua vasca
se conservó
probablemente
porque los vascos
como los cántabros
se rebelaron
contra los invasores
y no llegaron
a ser incorporados
a los reinos francos
y visigodos”.
Son
los primeros testimonios
escritos y por tanto históricos
sobre los euskaros.
Hoy en día
sigue existiendo gente
con una cultura e idioma común heredados
de hace miles de años
en lo que queda
de la histórica Baskonia
y de su hija,
el Estado o reino
de Pamplona-Navarra,
en un territorio mermado
en su extensión natural
por diferentes invasores
y que los nativos llamamos,
en la lengua
que nos oyeron hablar
los romanos, celtas, íberos, francos, godos, árabes
y demás pueblos
que vinieron
mucho después:
Euskal Herria.
El conocido y prestigioso
historiador vallisoletano
Antonio Tovar,
lo resumía así (1987):
“Creemos
que lo que hay aquí
es la identificación del nombre,
ya no tribal,
de vascones,
con las gentes euskaldunes
o de habla euskaldun,
por lo cual se dice
que es parte de Vasconia Vitoria
y se presenta
a los vascones de la montaña,
que probablemente eran los antepasados
de labortanos, bajo-nabarros
y suletinos de Iparralde
al norte de los Pirineos,
con ese nombre” (…)
“Podemos muy bien suponer
que en esa época de aislamiento,
en la que los vascos,
tanto del Norte como al Sur
de los Pirineos,
se mantienen
fuera de los reinos visigodo y franco,
la denominación
de la tribu de los vascones
se convierte en nombre general
y se aplica
tanto a la llanura de Araba y La Rioja como a los confines
del territorio euskaldún
con la Aquitania
franca”.
Desde
la caída del Imperio Romano,
todos los vascos
son conocidos
con el apelativo
de baskones
(gentilicio de vasco),
por la lengua que hablaban
el “vasco” o euskara.
RESUMEN
Ya desde
las primeras invasiones germánicas, desde el siglo III,
los vascos
se habían vuelto muy activos,
se sentían amenazados,
tomando el apenas romanizado
Saltus Vasconum
como cuartel,
se lanzaron
sobre sus territorios
de toda la vida
que estaban
en un proceso de romanización
muy avanzado,
sería un movimiento
de carácter nacional
en busca de los territorios
que perdieron
durante la ocupación romana
como relata el historiador español Sánchez Albornoz.
Los bagaudas
eran vascones
buscando recuperar su territorio
ante las invasiones bárbaras
y la presión latifundista romana
lo sostienen historiadores
como Vigil y Barbero, E.A. Thompson, o J.M. Blazquez.
Se trató
del fenómeno recogido
en las crónicas romanas
como de los "bagaudas"
que se dio en la Tarraconense
y en Novempopulania,
los territorios de los pueblos vascos. “Bagauda”
¿viene del verbo celta “baga”,
que se traduciría
como “andar errante”?
¿o del euskera Ba Gaude?
En los textos de la época
es usado como
llamándoles “paletos”
y granjeros ignorantes,
es decir,
gente iletrada,
sin romanizar
y mucho menos
latinizar.
Los vascos,
según el mencionado historiador español
Sánchez Albornoz
entre otros,
serían estos bagaudas
que llegaron a tomar
una importante ciudad
como Tarazona
e impusieron el pánico
en las mismas puertas
de Zaragoza
con su jefe Basilio
al frente.
Otros jefes fueron
Amando y Eliano,
a los que los bagaudas
les dieron títulos
de “César” y “Augusto”.
En el año 441
Flavio Asturio
jefe de los dos ejércitos,
represalió a los bagaudas
causándoles numerosas bajas,
pero ser recuperaron
rápidamente
pues en el 443
Merobaude,
poeta y alto cargo militar romano, luchaba contra ellos
en Araceli,
que podria ser su centro
y que se cree sería
el actual municipio de Huarte Arakil. Por tanto
la Sakana o Barranka
y la Burunda
serían
sus núcleos.
Eran bandas
formadas por vascos
del Saltus Vasconum,
los colonos
de las grandes y medianas haciendas del Ager Vasconum
y pequeños propietarios
o campesinos sin tierra;
tierras que habrían pasado
a los grandes hacendados colaboradores con Roma,
los grandes latifundistas,
casi señores feudales
en la decadencia romana,
que pretendían
extender sus propiedades
por el Ager
y ahora también
por el Saltus Vasconum;
el detonante final,
además de
una gran población descontenta
y una administración arruinada,
serían
las invasiones
de los pueblos germánicos
con sus saqueos
y la existencia
de grandes zonas baskonas
sin romanizar.
Estos bagaudas
son el comienzo
de la resistencia vasca
a las invasiones germánicas
que se concretará
en la creación
de Baskonia.
Antes
de la creación de Baskonia,
existe constancia de
al menos una
batalla importante
que tiene lugar en ese 587
y la recoge el cronista franco
Gregorio Tours,
en la cual los vascos
derrotaron al “dux” (duque) franco Bladates:
fue la primera victoria vasca
conocida
y lo fue
contra
un ejército franco.
El Ducado de Baskonia
como estructura política
fue creado oficialmente
por los francos merovingios
para intentar dominar
a los baskones y akitanos
sobre el año 600,
poniendo como duque
al franco Genial.
Dicen
las crónicas merovingias
del siglo VII,
de los pocos testimonios
escritos de esta época,
que
dos reyezuelos merovingios
de la zona del río Sena
se unieron
para luchar contra los baskones:
"Thierry II y Teodoberto II
dirigieron
conjuntamente
sus ejércitos
contra
los baskones (wascones).
Gracias a Dios,
establecieron su dominio
y les hicieron pagar tributo.
Les impusieron
un duque
llamado Genial,
que gobernó con ventura".
Los baskones
se sublevaron
al menos
en los años 635-638
contra
el rey franco Dogoberto,
el cual
mandó un gran ejército
con 10 duques
y un jefe que los guiaba,
así como numerosos condes.
Pero
los vascos
retrocedieron
de las llanuras akitanas
ante la superioridad franca,
se refugiaron
en los Pirineos
y se disolvieron.
Según la crónica
de Fredagario,
uno de esos condes,
Arimberto,
murió
en el valle de Subola
(Soule-Zuberoa).
No existía
en época de Clodoveo
dominio franco
sobre Akitania-Baskonia,
pues como dejó escrito
Gregorio Tours
en el 587:
“Irrumpieron
los vascos
de entre las montañas,
bajaron a los llanos,
devastaron viñas y campos, incendiando las casas,
llevándose
a muchos cautivos
con sus ganados.
Contra los cuales
actuó a menudo
el duque
Austrovaldo,
pero
causándoles poco daño”.
Todas
estos hechos
y otros,
demuestran
que los baskones
eran un pueblo poderoso,
temible,
nada atrasado
dentro de su época,
con un “Ager vasconum”
muy cristianizado,
que dominaban
técnicas artesanales
muy exigentes,
con un comercio exterior
y un contacto permanente
con otros pueblos;
para ello contaban
con la calzada romana
de Astorga-Burdeos
(después Camino de Santiago)
y su variante
por Oiasso (Irun)
como autopista
usada por ellos
y también
por todas las migraciones,
conquistas
o movimientos humanos
que pretendían
entrar
en la Península Ibérica
o pasar a la rica
África.
Los Bagaudas
dieron pie
al comienzo
de la lucha vascona
contra visigodos
y francos,
origen
del Ducado de Baskonia
y del posterior
Reino de Pamplona y de Navarra.
Después,
cada vez que
sus fueros,
usos y costumbres
se han visto atacados,
las reacciones
han sido fulminantes:
▪Anexión del Reino de Navarra por Castilla en el S.XVI,
▪Guerras Carlistas Forales en el S.XIX,
▪Abolición Foral Vasconavarra,
y los problemas que tras
▪la Guerra Civil del S.XX y la
Dictadura,
arrastramos aún hoy día,
con la actual
monarquía borbónica parlamentaria más o menos democrática,
por :
▪los Conciertos Económicos,
▪Estatuto de Autonomía,
y
▪ la enseñanza y uso del
Euskera.
○
Conclusión
de Salviano de Marsella
(Siglo V)
“Mientras tanto
a los pobres se les roba,
las viudas se lamentan,
los huérfanos son pisados,
por
lo que muchos,
incluso las personas
de buena cuna,
quienes han disfrutado
de una buena
educación,
buscan refugio
con el enemigo
para escapar
de la muerte
a causa de los procesos
de persecución pública.
Buscan entre los bárbaros
la humanidad romana,
dado que no pueden
soportar
la bárbara inhumanidad
que encuentran
entre los romanos.
Aunque
estos romanos
difieren
en costumbres y lengua
de las gentes
con quienes se han refugiado,
ni tampoco
están acostumbrados,
si se me permite decirlo así,
a los hedores fétidos
de los cuerpos
y las ropas
de los bárbaros,
no obstante,
prefieren
la extraña vida
que allí encuentran
a la abundante
injusticia y crueldad
entre los romanos.
Así que
se marchan
hombres hacia todas partes,
ahora
con los Godos,
ahora
con los Bagaudas,
o con cualquiera
de los otros bárbaros
que hayan
establecido su dominio
en algún lugar,
y no se arrepienten
de su exilio,
porque
preferirían vivir
como hombres libres,
aunque
en aparente cautiverio,
que como cautivos
en aparente
libertad.
De ahí
que el nombre
de ciudadano romano,
antaño
no sólo muy valorado,
sino
comprado muy caro,
es ahora
repudiado y apartado
voluntariamente,
y se tiene
como
no meramente
carente de valor,
sino incluso
como aberrante.
Esta es la mayor prueba
de la
maldad, crueldad
e injusticia romana:
ahora
multitud de ciudadanos nobles rechazan
el título de romanos,
cuando anteriormente
este status
fue
la mayor fuente de resplandor,
gloria, fama
y honor.
El resultado es
que incluso aquellos
que no se refugian
con los bárbaros
están,
con todo,
obligados a ser
ellos mismos bárbaros;
pues este es el caso
de la mayor parte
de los
Hispanos,
no pequeña proporción
de los Galos,
y, en fin,
todos aquellos
pueblos del imperio
que por nuestra injusticia
han sido privados
del título de romanos.
Ahora
debo hablar
de los Bagaudas,
quienes,
despojados, afligidos,
y asesinados
por los malvados
y sanguinarios magistrados,
después
de haber perdido
los derechos
de los romanos,
perdieron
también el honor
del nombre
romano.
¡Nosotros
transformamos sus desgracias
en crímenes,
les etiquetamos
con un nombre
que recuerda sus pérdidas,
con un nombre
que
nosotros mismos
hemos ingeniado
para su vergüenza!
Llamamos
a esos hombres
rebeldes y miserables,
a quienes
nosotros mismos
hemos forzado
al crimen.
Pues,
¿Por qué se hicieron
Bagaudas
sino por nuestros actos injustos,
por las perversas decisiones
de los magistrados,
la
proscripción y la extorsión
de aquellos quienes
han volcado
las exacciones públicas
al aumento
de sus fortunas privadas
y hecho las indicciones
de impuestos
su oportunidad
para
el saqueo?
Como
bestias salvajes,
en vez de gobernar
a aquellos puestos
bajo su poder,
los funcionarios
les han devorado,
nutriéndose
no sólo de sus pertenencias
como los bandidos comunes
lo harían,
sino incluso
de su carne desgarrada
y su sangre.
Así,
ha llegado a pasar
que los hombres
que fueron estrangulados
y medio muertos
por exacciones brutales
comenzaron a ser
realmente bárbaros,
ya que no se les permitía
ser romanos.
Actuaron como lo que no eran,
puesto que
no se les permitió ser como eran;
y se vieron obligados
a defender
al menos sus vidas,
creyendo
que habían perdido
por completo
su libertad.
¿Es diferente
nuestra situación
actual?
Aquellos
que no se habían unido
a los Bagaudas,
ahora
se ven obligados
a unirse a
ellos.
La violencia y el ultraje
que los hombres sufren
les obligan a desear
convertirse en
Bagaudas,
empero
su debilidad se lo impide.
Por lo que son
como cautivos oprimidos
por el yugo de un enemigo,
soportando las torturas
de la necesidad,
contra su voluntad;
en sus corazones
anhelan
la libertad
mientras
que sufren
la aplastante
servidumbre.”
(Salviano de Marsella, S.V)
["Perit ridendo" ~ "Murió riéndose"]
Clarividente texto,
válido
para todo tiempo,
adaptado
a nuevas circunstancias,
siempre cambiantes,
para
una naturaleza humana
dificilmente cambiable.
La ciencia y la tecnología
cambian a velocidad
increíble
y afecta a
nuestras vidas.
Pero
nosotros
los humanos
seguimos con nuestra
naturaleza
prácticamente igual
que en el
neolítico.
♧♧♧
2.
¤ Los Cosacos
Los Cosacos
eran hordas nómadas
de gentes
de distintos orígenes étnicos
que huían
de la brutalidad feudal
en el Imperio Ruso Zarista.
Su capacidad de lucha
y su dureza
era grande,
sobre todo su agilidad
como jinetes.
El cosaco y su caballo
eran pareja inseparable
y bien conjuntada.
Usaban lanza,
sable, daga,
un par de pistolas,
un fusil y látigo.
Viajaban
con sus familias
y todas sus posesiones.
Su presencia consta
desde los S.XIII-XV,
hasta la actualidad.
El sistema imperial
los asimiló
fijándolos en zonas fronterizas
a cambio de tierras,
formando pueblos y villas
con su propia idiosincrasia,
siempre dispuestos a la guerra,
lo que daba a las mujeres
poder y libertad,
por las largas ausencias
guerreras
de los hombres.
Se establecieron
a orillas del Volga,
Don, Dniéper y Dniéster,
en Kazán, Crimea, Caúcaso,
etc,
llegando a ser
las tropas más fieles al Zar
y sus mejores ejércitos
de caballería,
en unidades cosacas
autónomas.
A veces
se considera a los cosacos
como xenófobos,
especialmente
por los historiadores judíos contemporáneos,
quienes acusan a los cosacos ucranianos de Zaporizhia
de la masacre de judíos
durante
la Rebelión de Jmelnytsky
y de participar en los pogroms antijudíos
en los siglos XVI-XVII.
Cada una de estas regiones
cuenta con autoridad administrativa local cosaca.
Además
existen organizaciones cosacas
en Moscú y San Petersburgo
con representaciones
de su región específica:
1. Región de Don
2. Región de Kubán
3. Región de Térek
4. Región de Astracán
5. Región de Ural
6. Región de Oremburgo
7. Región de Semirechie
8. Región de Siberia
9. Región de Transbaikal
10. Región de Amur
11. Región de Ussuri
El último censo efectuado
antes de 1917
indicaba
que la población cosaca
en Rusia
contaba con más de 4 millones
de personas de ambos sexos, repartidos principalmente
por regiones fronterizas
del sur de Rusia.
A partir del año 1920
se inició la persecución sistemática, represalias y ejecuciones en masa
del pueblo cosaco,
desatados por
el Partido Comunista
de la Unión Soviética
(más de dos tercios
de la población cosaca
fueron exterminados
solamente
en los primeros diez años
del gobierno soviético).
Un gran número de los cosacos
fueron forzados a emigrar
y ahora son residentes
de otros países,
como
Francia, Alemania, Bélgica,
Estados Unidos, Canadá, Australia, Argentina, Chile
y muchos otros.
Muchos de estos emigrantes mantienen estrecha relación
con las comunidades cosacas
en Rusia.
Algunos,
como en el caso de los cosacos residentes en Nueva Jersey,
Estados Unidos,
mantienen museos y bibliotecas nacionales cosacos,
destinados a preservar
el patrimonio cultural,
tradicional e histórico
de su pueblo.
De acuerdo
con el censo oficial
de la Federación Rusa
del año 2002,
por primera vez
después del censo del año 1897,
más de 140.000 personas
de ambos sexos
(0,1% del total de la población)
en Rusia
de forma abierta indicaron
y oficialmente declararon
su nacionalidad
como
"cosaca",
residentes y ciudadanos
de Rusia.
A finales
de los años 1980,
en la URSS
de la aligerada perestroika,
muchos herederos
de los cosacos
comenzaron de forma entusiasta
a recuperar
sus tradiciones nacionales. Finalmente,
en 1988
la URSS aprobó una ley
que permitía la formación
de los antiguos voiskos,
junto con los nuevos.
El mayor atamán del voisko
fue condecorado
con el rango de mariscal
y la estrella
y el derecho a reconocer
un nuevo voisko.
Desde entonces
los cosacos
tomaron parte activa
en muchos de los conflictos
que ocurrieron después.
Mientras
el impacto de los cosacos
en el resultado de los conflictos
atraía raramente la atención
de los medios de comunicación,
los cosacos
fueron reconocidos
por su alta moral y bravura,
como lo habían sido
tradicionalmente.
En 2005,
los cosacos adquirieron
nuevos derechos
y quizá su ambición
de crear un territorio autónomo,
que abarque
desde el río Dniéster
a través de la estepa
hasta el río Ural,
se pueda ver realizada
algún día.
El mito
sobre
la composición y organización originaria
de la comunidad cosaca,
donde se apunta
a la admisión masiva
en sus filas
de los fugitivos de la ley,
esclavos
y campesinos endeudados
no tiene sentido
o base seria alguna.
La versión
sobre el carácter subversivo
y bandolero
de la sociedad cosaca
fue alimentada
principalmente
por los historiadores
contemporáneos rusos
del periodo soviético,
con objetivos
claramente específicos:
comprometer
de manera perjudicial
el origen y la existencia
de una comunidad étnica
completa
como tal.
La tradicional
cooperación y alianza
de los cosacos
con grandes lugartenientes
y distintas autoridades extranjeras,
no podría haber tenido lugar
en caso de que
la sociedad cosaca
fuera compuesta
en su totalidad
por delincuentes
y esclavos
fugados de sus propietarios, terratenientes y caudillos extranjeros. La hipótesis
sobre los esclavos fugados,
quienes
primero se refugiaron en las estepas
y posteriormente,
al crear
una potente organización armada,
de nuevo obedecieron
a las órdenes
de sus anteriores opresores,
suena
por
lo menos
como un absurdo.
Sin embargo,
en toda su historia
los cosacos cooperaron
con agrado
con las aristocracias,
los propietarios de grandes tierras
y los latifundistas
de la época.
Solamente este factor
elimina la versión
sobre los campesinos fugados
que se hicieron llamar “cosacos”.
Los cosacos originarios
de la época
no conocían
los antagonismos sociales.
Por tanto
con mucha facilidad
y de manera independiente
los líderes cosacos
se relacionaban
y establecían acuerdos
de todo tipo
con sus pares
de otras naciones y pueblos,
con autoridades respetables extranjeras vecinas:
tártaras, polacas,
rusas, ucranianas,
etc.
Estas relaciones
tenían además
otros propósitos
netamente estratégicos
para el beneficio
de la comunidad cosaca.
La participación
y la alianza de los magnates
y de las distintas autoridades, permitían ver
las excursiones
y expediciones militares
propiamente cosacas,
como objetivos
con características
de necesidades de un estado
y/o patrocinio de autoridades reconocidas oficialmente.
Por tanto
permitía desligar
la responsabilidad por la participación en muchas
de las acciones de carácter bélico,
en resguardo
de los intereses
de sus socios en alianzas,
les ofrecía
cierta protección necesaria,
legal y oficialista.
La comunidad cosaca
era más o menos
autónoma;
podía consistir en una aldea
(stanitsa en singular, stanitsi en plural) o un campamento fortificado (gorodki).
Inicialmente,
los cosacos
tenían
un enorme grado de autonomía,
pero andando el tiempo
su asociación al Imperio ruso
los llevó
a que sus autoridades
(los Atamán)
fueran
directamente elegidas
por el Zar,
aunque
con ciertas restricciones.
El pueblo cosaco
se rige por normas
que castigan duramente
los delitos
de robo, homicidio,
traición y otros muchos,
sobre todo
cuando estos fueran cometidos
en contra
de un representante
o intereses de su comunidad.
La sanción
aplicada a una persona que se embriaga en público,
o maltrata a una mujer
es de un número indeterminado
de latigazos
en el maidán
(plaza),
con el nagaika,
látigo tradicional cosaco
que además
es considerado un arma
(los cosacos
desde muy temprana edad
aprendían a manejarla
como parte de su enseñanza
en artes marciales).
Las sanciones
no perdonan
a nadie,
y un cosaco
sin importar su estatus
y nivel económico
puede ser condenado
a la pena de muerte
por robar fondos de la comunidad
o por traición.
La sanción común
es recibir latigazos
en un lugar público
delante
de toda la comunidad local.
Es característico
que tras recibir la sanción
el infractor se incline
y agradezca
en voz alta
a los mayores
por la «lección».
Los encargados
de dictar las normas
y ordenar las sanciones
son los jueces locales,
los hombres más respetados,
elegidos
(o reelegidos)
junto al resto de la administración (incluyendo al atamán:
la máxima autoridad
de la comunidad cosaca local)
por toda la comunidad
en forma democrática
una vez al año,
tradición interna cosaca
que rige
aproximadamente
desde el siglo X
hasta ahora.
El juez
tenía facultad de aplicar el castigo
a todos
los miembros de la comunidad, mujeres y hombres,
sin excepciones,
inclusive al atamán.
El atamán o hetman
(jefe de una región
o una comunidad,
elegido democráticamente
por todos
una vez al año,
mayor de 18 años,
respetado y reconocido
por toda la comunidad)
goza de gran prestigio
en toda su zona
y es el comandante militar supremo
en tiempos de guerra,
mientras que
en tiempos de paz
es el administrador
y la cabeza de la autoridad local.
A partir del año 1891,
comunidades cosacas
oficializaron
elevar el límite de edad
para ser elegido
para el cargo de ataman,
a los 33 años
como mínimo.
Para se elegido
como juez
(“sudiá” en ruso)
de la comunidad,
el candidato debía tener,
como mínimo,
45 años de edad,
además de contar
con otros atributos
y características adecudas. Absolutamente
todos los cargos
administrativos cívicos
y militares
cosacos
pasaban por un proceso
de elección interna
de la comunidad.
Entre otros cargos:
contador general
(«kaznachéy»)
encargado
de la administración del presupuesto
y de los fondos comunes;
secretario
(“písar”),
encargado
de llevar el control
de la documentación
interna y externa
de la comunidad,
etc.
En los Krugs
(asambleas populares),
normalmente anuales
se toman las decisiones
importantes,
inclusive las elecciones
(o reelecciones)
de las autoridades.
En su estructura
no hay grandes diferencias
sociales
y todos luchan
y trabajan por el grupo,
por su pueblo.
Los residentes
o vecinos
de las poblaciones cosacas,
no pertenecientes
a la comunidad cosaca
(“inogorodnie”, léase extranjeros) también
podrían participar
en asambleas populares
cosacas
(«krug»),
siempre y cuando
se tratase de los temas
que afectan sus intereses,
sin embargo
solamente
con derecho a voz,
no a voto.
El derecho a voto
en las comunidades
cosacas
se reservaba
exclusivamente
para los cosacos de origen.
Los tres ideales
que rigen la sociedad cosaca son: libertad,
tradición
y disciplina.
Los niños
se apuntan desde jóvenes
a las academias militares,
y el sentimiento militar
dentro de sus costumbres
es muy fuerte.
Si bien es cierto
que la preparación militar
era primaria,
paralelamente
cada miembro de la comunidad
tiene libertad absoluta
para escoger una profesión
u oficio civil
de acuerdo
a su interés y habilidad personal, estudiar y formarse
en ámbitos
que no son necesariamente
bélicos.
La solidaridad interna
también
está muy presente.
A modo de ejemplo:
en tiempos antiguos,
en la comunidad cosaca
de Zaporozhia
(antepasados
de los cosacos de Kubán,
desplazados por las autoridades rusas a las costas del río Kubán
y del mar Negro),
a los jóvenes
que son los únicos
que mantienen a su familia,
y son los únicos descendientes
hombres de familia,
se les colocaba
un pendiente en la oreja
lo cual
para un comandante
significaba
que les exime
de las misiones peligrosas.
En todo caso,
aquello no impedía
la participación de estos jóvenes
en combates
o misiones
de alto riesgo,
en estos casos
la decisión
de participar en ellas
era voluntaria.
Las mujeres
tienen un papel pasivo
dentro de la sociedad,
pero antiguamente
llegaron a luchar
junto a los hombres.
Por lo general
debían criar a los hijos,
atender los campos y negocios
y cuidar los bienes,
mientras sus maridos
permanecían fuera
participando en campañas militares. Pero en ocasiones
familias y comunidades enteras cosacas,
incluyendo niños,
mujeres y ancianos,
seguían detrás de sus tropas
con todas sus pertenencias
(durante la guerra civil
y después,
cuando las tropas cosacas
formaban parte del Ejército alemán
en su lucha
contra
el Ejército Rojo).
El historiador
John Ure
explica esta fascinación
que podían ejercer
las cosacas:
"Las mujeres
en una stanitsa cosaca
eran muy diferentes
de sus congéneres
del norte de Rusia,
explica Ure,
y radicalmente opuestas
a las mujeres
que podían encontrarse
en un harén turco,
más al sur.
Las mujeres cosacas
eran famosas
por su independencia
y espíritu;
participaban
en los mismos trabajos
que los hombres
y también compartían
la camaradería en el campamento".
De todas formas,
la mujer cosaca,
particularmente mayores,
siempre
goza de gran respeto
en la comunidad
cosaca.
Si bien es cierto
que las decisiones importantes
de la comunidad
siempre son tomadas
por los hombres,
las mujeres cosacas
gozan de libertades
y trato igualitario
y de mucho respeto,
inclusive
desde el siglo XV,
inimaginable
en la sociedad
de aquella época
en otras naciones.
Al fundar
una stanitsa
(poblado cosaco),
primero se levantaban
una iglesia y una escuela
(mixta: para hombres y mujeres)
y sólo después
se levantaba el resto
de las construcciones:
hospitales,
casas particulares,
graneros,
estructuras agrarias
y administrativas...
El nivel de educación
en stanitsas cosacas
era muy alto
para aquella época,
incluso
en nuestros tiempos.
En 1850,
en Rusia
el porcentaje de analfebetismo
llegaba al 85%.
Al mismo tiempo
en las comunidades cosacas
este índice
no llegaba al 5%.
Todo
ese desarrollo cultural
fue patrocinado y financiado únicamente
por sus propios medios.
El costo de educación
siempre lo asumía
la comunidad
cosaca local
preocupada
por su futuro
y creación
de su propia
clase intelectual cosaca,
destinando
grandes sumas de dinero
de los fondos comunes.
Todas estas stanitsas
enviaban a su juventud
para largo servicio
en regimiento
y cada uno de ellos
era equipado por sus padres
con su propio caballo,
montura,
uniforme
(de tradicional estilo cosaco),
armas y municiones.
Por lo tanto
cada familia
cedía al servicio militar,
no solamente
sus más fuertes,
saludables y valiosos
representantes,
sino que patrocinaba también aportando
significativas sumas de dinero
para el equipamiento de sus hijo, jóvenes combatientes cosacos.
A pesar de todo,
se trataba de gente esforzada y trabajadora,
con corazón e inteligencia
que trataba de obtener
el máximo provecho
de sus tierras ricas
en recursos naturales;
sus stanitsas brillaban
por sus logros económicos
y culturales.
Durante la guerra civil y posteriormente, en tiempos soviéticos, el sistema administrativo, educacional y militar cosaco fue condenado a desaparecer. Durante mucho tiempo la pertenencia a la comunidad cosaca o la palabra misma «cosaco» significaría represión, hostigamiento, desplazamiento forzado, castigo o simplemente la pena capital - la muerte. Uno de los principales motivos para las políticas y prácticas de genocidio abierto en contra de la comunidad cosaca, aplicadas por las autoridades bolcheviques y del Partido Comunista y Socialista de la época, se puede ver en los comentarios de León Trotsky: “La comunidad cosaca es la única comunidad de todos los pueblos de Rusia con capacidad de auto-organización y autodeterminación. Por este motivo ellos (los cosacos) deben ser exterminados cabeza por cabeza (sic – “por completo”)”.
Semejantes comentarios de los líderes bolcheviques sobre la «aplicación del terror» (textual) se oficializaron el 24 de enero de 1919 por la Directiva del VTsIK (ВЦИК – en ruso) con decreto y Ley (!) «Sobre Exterminio de los Cosacos» (!) – un caso que no tuvo precedentes hasta aquel entonces en la historia de Rusia, donde toda una etnia completa fue declarada y condenada al exterminio de manera legal y por decreto. Existen decretos escritos, firmados por líderes comunistas de la época soviética ordenando literalmente «imponer el terror y el exterminio físico (textual) en las comunidades cosacas, sin discriminación edad y de sexo... y la expropiación total de sus bienes para el beneficio del pueblo soviético» (textual)...
(Fuente del Archivo: Izvestia, Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (K.P.S.S.), año 1989 , N°6, páginas 177-178 - Directiva del Comité Central del R.K.P. (Partido Comunista de Rusia), Firmado: Presidente del Buró Organizacional - Yákov Sverdlov, 24 de enero de 1919.)
El día 24 de enero es declarado por la comunidad cosaca en Rusia como el Día de Recuerdo Cosaco –en memoria y en honor al pueblo cosaco, víctima de la represión políticay de genocidio abierto, iniciado oficialmente con la firma del decreto el 24 de enero de 1919 por Yákov Sverdlov, uno de los máximos líderes del Partido Comunista de Rusia de la época. La represión y el exterminiosistemático del pueblo cosaco se prolongó por más de una década; desde el 1919 hasta el 1931 inclusive, causando la muerte de más de dos tercios de la población total cosaca. 70 años más tarde, en año 1991 fue aprobada la Ley de Federación de Rusia «Sobre la rehabilitación de los pueblos reprimidos». Con la aprobación de la Ley, la comunidad cosaca residente en Rusia fue reconocida como un pueblo que ha sufrido terror y represiones en el periodo del poder soviético y posteriormente rehabilitado por el Tribunal Supremo de Federación Rusa con Decreto Nº3321-1 del 16 de julio del año 1992, «Sobre la rehabilitación del pueblo cosaco». En este decreto, Tribunal Supremo de Federación Rusa declara como objetivo «la rehabilitación completa del pueblo cosaco y la creación de las condiciones necesarias para su renacimiento» y decreta ilegales y decide suspender «todas las acciones cometidas en contra del pueblo cosaco a partir del año 1918 específicamente relacionadas con represiones en su contra».
Hoy en día algunas comunidades cosacas exigen que se les devuelva las posesiones tradicionales y que se les otorgue la autoadministración para poder establecer sus leyes y costumbres en los territorios tradicionalmente poblados por cosacos. De todos modos actualmente los cosacos son tratados con respeto y se sienten parte de la sociedad civil de la Federación de Rusia - un estado multicultural, formado por más de 100 nacionalidades distintas que conviven en el mismo territorio bajo la misma Constitución y las mismas leyes. La misma situación se observa en Ucrania, donde los cosacos al igual que en Rusia forman parte inseparable de la historia del país.
Militarmente, los cosacos se dividían en ejércitos o huestes (voisko en singular, voiska en plural). Estos se dividían en regimientos, que a su vez estaban integrados por escuadrones (sotnias, palabra que significa centurias). Cada voisko estaba a cargo de un atamán, la máxima autoridad militar (en tiempos de guerra) y civil (en tiempos de paz) de las huestes y comunidades cosacas locales; la confirmación oficial en este cargo venía directamente del tsar (zar), pero el nombrado para el puesto debía ser siempre cosaco de origen.
La capacidad de respuesta de los cosacos ante una amenaza bélica era extraordinaria para la época. A modo de ejemplo – para una movilización masiva de un ejército regular de la época se necesitaba al menos 2-3 meses - entrenamiento básico y traslado inclusive. Sin embargo, la estructura organizacional cosaca en caso de un conflicto permitía triplicar la cantidad de combatientes movilizados de todas las tropas cosacas altamente capacitadas, sin necesidad alguna de preparación previa y desplegarlos en una a dos semanas. Al desatarse la Primera Guerra Mundial, en un tiempo muy corto sólo los cosacos de Kubán entregaron al Ejército de Rusia un número máximo de regimientos y batallones: 4 Sotnias de guardia, 37 regimientos de caballería, 22 batallones de infantería (cosacos «plastún»), 38 sotnias especiales (tropas especiales), 9 comandas de artillería montada y 11 sotnias de reserva.
Suministraban primariamente caballería al ejército del zar, aunque andando el tiempo proporcionaron también contingentes de infantería, e incluso baterías de artillería y aviadores. De hecho, el primer Comandante de la Fuerza Aérea Rusa, era el piloto de guerra general Vyacheslav Tkachov, cosaco nativo de Kubán.
En emboscadas, misiones de alto riesgo y operaciones especiales las tropas cosacas eran imbatibles. Las tácticas de guerrillasdesarrolladas y perfeccionadas por los cosacos para enfrentar y derrotar a sus enemigos son ampliamente utilizadas inclusive en nuestros días por las fuerzas especiales de todo el mundo. Sin embargo, los observadores militares occidentales tenían opiniones encontradas sobre su eficacia en las guerras, principalmente por su disciplina «poco convencional». De todas maneras, la importancia de los cosacos en el ejército zarista era tal, que aportaban cerca de las dos terceras partes de los regimientos de caballería en 1914, incluyendo el Konvói o escolta personal del Zar que estaba compuesto totalmente por integrantes cosacos de Kubán y del Térek. La Guardia Imperial, por su parte (el cuerpo de élite del ejército zarista), recibía aportes del voisko de cosacos del Don.
Un testigo describe el cruce de cordillera de los Alpes por las tropas cosacas en año 1945:
«...éste era un Ejército extremadamente extraño… (.) Con sus gorros de piel cosacos, sus largos bigotes tendidos y las botas hasta las rodillas les daban un toque muy especial y colorido… (.) …se trasladaban tradicionalmente con todas sus pertenencias cargadas sobre los carros y carretas, con sus esposas y niños, acompañados de miles de caballos… (.) Este era el cuadro restablecido de los tiempos de la guerra del 1812. Los cosacos son muy conocidos de ser los jinetes notables y por excelencia, y durante todo el recorrido confirmaban esta reputación. Las escuadrillas de caballería galopaban al revés y al derecho por todos los caminos, obstaculizando el movimiento no menos que los carros y carretas. Era absolutamente inútil ordenarles cualquier cosa: muy pocos de ellos entendían el idioma alemán ó inglés y los que sí entendían algo en otro idioma, de ningún modo manifestaban interés mínimo de obedecer a las órdenes de los ingleses o de cualquiera que no era su comandante cosaco. Con todo ese caos solamente podíamos maravillarnos cómo ellos de una manera extremadamente rápida y ordenada respondieron a la orden de reunirse en los puntos planificados de concentración – ya en la mañana del día siguiente todos ellos estaban en los lugares asignados.
¡Absolutamente todos - hombres, mujeres, niños, su equipaje, sus miles de caballos, los carros y carretas, las vacas y buey, incluso los camellos!»
N.D.Tolstói, «Las víctimas de Yalta», capítulo 7
Quizás una de las proezas militares más grandes de los cosacos haya sido el servicio prestado al Ejército del Imperio ruso, durante la invasión napoleónica, a principios del siglo XIX. Como los franceses, el teórico prusiano de la guerra, von Clausewitz, habría de asombrarse por el modo en el que los cosacos se lanzaban con la mayor ferocidad sobre la retaguardia de las tropas de París que se retiraban en desorden y en pleno invierno de Rusia. Las tropas rusas llegaron hasta la capital francesa, junto con los cosacos, y uno de ellos, el atamán Matvéi Plátov, habría de hacerse famoso entre los ingleses y desfilaría con sus tropas cosacas en Hyde Park. En Londres, como antes en París, los legendarios cosacos se habían convertido en una de las grandes atracciones del público que asistía a los desfiles de la victoria contra Napoleón.
♧♧♧
3.
¤ Euskaldunontzat atzizki bat:
'1868an liberalek Isabel II.a kanporatu eta Madrilen politika laiko eta aurrerakoiari ekin ziotenean,
Euskal Herrian ordura arte nahiko isilik zeuden karlistek indarra hartu eta erlijio katolikoaren defentsan hasi ziren mobilizatzen,
Karlos erregegaiaren inguruan:
"...aitaren seme irtengo gera Karlos Borbonen soldado /
bandera beltzak jarri ez gaitzan lege zikinen esklabo."
1872ko apirilaren 21a arte ez zen matxinadarik izan ordea, lau urtez tentsioak eta ezinikusiak elikatu zituzten beraz.
Gerrilari karlistek segituan bereganatu zituzten Euskal Herriko eskualde gehienak, hiriburuak eta zenbait herri koxkor izan ezik.
Espainian Errepublika aldarrikatzeak are gehiago piztu zuen katolikoen sua eta 24.000 txapelgorriz osatutako armada izatera iritsi ziren.
Baina Madrilgo “alborotuak” amaitu zirenean, behin Alfontso XII.a berrezarrita, liberalen armadak, profesionalagoa eta hornituagoa, problemarik gabe zapaldu zituen karlista insurrektoak:
"Karlistak irten giñan fedearen alde,
fanfarroi gerrarako giñanak alegre;
alferrik lan eginda umilduak gaude,
gure enpeño hoiek juan dira debalde."
1876ko otsailean Karlosek muga igaro zuen eta urte horretan bertan abolitu zituzten foruak Canovasen ekimenez. Milaka hildako eta erbesteratu zenbatu ziren lau urtean, gerra totala izan baitzen hura, eta arlo guztietan ireki ziren lubakiak.
Zentzu horretan, alde bietako propagandak berebiziko garrantzia izan zuen, eta herri alfabetatu gabean, bertso-paperak arma ikaragarria bihurtu ziren.'
(Urko Apaokaza Avila,
Argia,
2011ko maiatzaren 22a)
@fga51
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