En
1517 tiene lugar en Alemania la reforma de Lutero, que trae como consecuencia enfrentamientos
religiosos y políticos, tomando la religión como “excusa” y oportunidad para
hacerse fuertes frente a Carlos V. En 1555, gracias a la paz de Ausburgo, se
divide Alemania en pequeños estados, cada uno de los cuales elige su religión;
los del norte, que estaban más directamente bajo el dominio del emperador,
serán más luteranos, mientras que los del sur, estarán más influenciados por la
religión católica (están en frontera con Italia).
En
el siglo XVII, habrá nuevos enfrentamientos entre La Unión Evangélica y
La Liga Católica. Como consecuencia, habrá una separación en pequeños
estados con independencia política.
Con
la Rebelión de Bohemia, diferentes embajadores españoles serán defenestrados.
Francia aprovecha la ocasión para tomar el control militar
de Europa. En los pequeños estados independientes, mandarán príncipes, duques, condes
ó concejos ciudadanos. Según en qué estado vivía Bach y para quién trabajaba,
hacía un tipo de música u otra, siempre por encargo.
En
el norte donde vivió, se “frenó” más la música por prejuicios religiosos. Lutero
introduce con la reforma la lengua vernácula y cantos populares sencillos
adaptados a la misa: los corales. Se hacen variaciones
e introducen fantasías convirtiéndose en obras diferentes. Bach
llegó a hacer hasta 203 variaciones de un mismo coral.
“El Magnificat” es la única misa que Bach
tiene entera en latín, y la hizo con diferentes fragmentos compuestos a lo
largo de su vida: hizo un “autoplagio” (un “best of”) de sí mismo. Utilizó La
Biblia de Bach, es decir, su famosa biblia en la que hacía anotaciones, donde
subrayaba los textos que le gustaban para utilizarlos como letras. Las letras
suelen ser frases que se repiten muchas veces. Empieza
con coloraturas con un coro mixto. Se escuchan las trompetas tocadas
por los ángeles, oboe, violines y un contrabajo. Las trompetas eran
en aquella época como un cornetín, y al ser muy “primitivas” producían
muy pocas notas, según lo fuerte que se soplaba salía la nota, y no se podían
emitir muchas seguidas. Es una experiencia impresionante escucharla.
Bach
hizo en todas sus composiciones variaciones de la melodía, demostrando
un virtuosismo y una capacidad de recursos musicales muy superior
a otros. Alguien con una mente así estructurada, una mente con tanta capacidad
para escuchar en ella tantas cosas a la vez, y capaz de plasmarlas en un pentagrama,
es una mente prodigiosa, y una persona que quiere demostrar lo que sabe y puede hacer.
Pocos
compositores han estado tan capacitados para componer como Bach,
por ejemplo hasta para seis voces a la vez, reto lanzado por Federico II de
Prusia durante la visita que le hizo en Postdam.
Bach
componía para quien le pagaba, casi siempre música religiosa, casi la totalidad
de su vida, pero hubo excepciones. Dada la ausencia en aquella época de salas
de conciertos, los músicos tocaban donde podían: edificios públicos, salas de
equitación, salas de baile y especialmente en salas de café, que se habían
expandido desde la reciente llegada a Europa del café en grano.
En
Leipzig, las salas de café eran lugares donde la gente se reunía para
sostener conversaciones intelectuales, y varias veces a la semana
solía haber tardes musicales, en las que los clientes tomaban café
mientras escuchaban música. Las cafeterías que suministraban a la vez sitio y
audiencia , eran ideales para ello. Bach firmó un contrato con la cafetería que
poseía Gottfrid Zimmermann, en cuyos locales ejecutó unos 600 conciertos en el
periodo 1729-1741. En verano los conciertos se realizaba en el exterior, bajo
los tilos, en los jardines de la cafetería Zimmermann, justo en el exterior de
la puerta Este de la ciudad. El resto del año los conciertos tenían lugar en
las instalaciones de la cafetería, en la calle Katherine Strasse, en la planta baja
del edificio. Lamentablemente esa parte de la calle en Leipzig fue destruida
por los bombardeos en 1943.
Bach
era un hombre más bien taciturno, de mente privilegiada, lo que se dice “un
cabeza cuadrada”, pero genial. No destacaba por su apego a la imaginación, sino
a la tradición. Un genio del que se podrían decir todas las alabanzas posibles.
Su “falta” de creatividad la compensaba con una desarrolladísima técnica
armónica, por lo que hacía múltiples variaciones de la misma melodía con
diferentes técnicas virtuosas. Como otros músicos, todavía en el Barroco del siglo XVIII y
posteriormente hasta el Romanticismo en el siglo XIX, Bach trabajaba como
asalariado y se veía en la obligación de componer para otros, casi nunca lo
hacía para sí mismo.
En
sus últimos años de vida, algunos de sus contemporáneos pensaron que
Bach representaba ya una música caduca: el Barroco llegaba
a su fin y comenzaba el Clasicismo. No sabían lo que decían: Johann Sebastian
Bach ha sido uno de los mayores genios de la música de todos los tiempos.
Fuente N.B.
Fuente N.B.
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