Estando en la terraza de una cafetería una persona me ha preguntado si yo me llamo como efectivamente me llamo. Le he dicho que sí, que era yo, y entonces él me ha dicho su nombre. Entonces he recordado, el nombre y una cara, pero era la cara de un adolescente. Era un compañero de colegio a quien no veía desde hace 46 años. Me ha impresionado verle, y a la vez me ha hecho ilusión.
Tras una breve charla, hemos
descubierto que actualmente vivimos en la misma zona. Quizás nos volvamos a
ver. Me gustaría. Antes de despedirnos le he preguntado qué tal estaba y me ha
respondido: “Ya sabes, ahora cerrando temas. Fueron tiempos bonitos aquellos”.
Y tras darnos la mano nos hemos despedido, hasta otra.
Todo ha sido muy natural, pero me ha
impresionado. Siempre es ahora, no vivimos en el pasado aunque lo recordemos en
parte, ni en el futuro aunque lo planifiquemos. Pero la vida es un proceso y su
respuesta me ha parecido madura y profunda. Nos educaron bien. Efectivamente
fueron tiempos bonitos aquellos, los de la adolescencia casi siempre lo son,
otros también. Esa parte es nostalgia. La parte madura y profunda de su
respuesta es la otra: “cerrando temas”. Porque en la vida hay épocas en las que
abrimos temas que luego evolucionan y llegan a donde llegan, y otras épocas en
las que nos toca ir cerrando temas, y hacerlo bien, para que estos tiempos
también sean “lo más bonito posible”.
Feliz Navidad!!!
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