Los campos de actividad de la biotecnología abarcan un amplio abanico, todavía bastante desconocido para el gran público, y que sin embargo han ido creciendo durante los últimos años, adquiriendo cada vez mayor relevancia económica y ocupando a un número cada vez mayor de científicos y tecnólogos en distintas áreas, tales como: genética, inmunología, microbiología, bioquímica, agronomía, ciencia de los alimentos y Ciencias de la Vida en general.
La biotecnología cubre actividades tales como: biotecnología de los alimentos, enzimas, ingeniería genética, virus, anticuerpos, vacunas, biotecnología ambiental, transgénicos, biotecnología analítica y genoma humano. Como se puede ver, todos ellos temas clave, de una amplitud y complejidad llenas de oportunidades pero no exentas de riesgos.
Así pues se podría definir la
biotecnología como la ciencia aplicada (tecnología) que utiliza organismos
vivos y procesos bioquímicos con la finalidad de obtener, crear o modificar
productos para usos concretos. Es sin duda una de las principales tecnologías
de futuro en este siglo XXI, de alto valor añadido, con un elevado contenido
científico de vanguardia, y que moverá cada vez más enormes cantidades de
dinero en formación, inversión y beneficio.
Evidentemente la biotecnología es
susceptible de mejorar de modo apreciable la vida de los seres humanos, si se
utiliza bien: para quiénes ya es otra cuestión, la de siempre, con los
consabidos problemas de acceso y reparto ligados a su financiación y propiedad
de patentes, etc.
Ahí es donde la biotecnología, o
mejor dicho su uso y “disfrute”, se convierten en una de las grandes cuestiones
éticas del siglo XXI. Salvo que, como casi siempre, las multinacionales y el
“mercado” se encarguen de arreglar ese aspecto a su manera. Que gobiernos e
instituciones estatales o mundiales,
globales, regulen dichas actividades parecería lo más adecuado. El cómo,
dónde y cuándo vuelven a ser otras cuestiones: la bioética y el derecho. En
ello andan múltiples especialistas, comités, cátedras, universidades y
organismos en el mundo “desarrollado”.
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