El próximo
jueves, el Manchester United devuelve visita en partido de vuelta al Athletic
de Bilbao en San Mamés, donde todos esperamos redondear la impresionante
victoria del Athletic en el Old Trafford de Manchester del pasado jueves. Esto
me ha hecho recordar que San Mamés se inauguró el 21 de Agosto de 1913, por lo
cual el próximo año la Catedral cumplirá un siglo.
A principios del siglo XX, el Athletic quiso construir un campo propio y en
Bilbao, ya que tanto el de Lamiako como el de Jolaseta, utilizados hasta
entonces, se encontraban muy lejos de la Villa.
Tras muchas gestiones, la Directiva presidida por Alejandro de la Sota
encontró el solar que se precisaba, un terreno que pertenecía a los herederos
de Novia Salcedo ubicado en la prolongación de la Gran Vía, colindante con el asilo
de San Mamés.
Para la construcción del campo se estimó que harían falta unas 50.000
pesetas, que el Athletic no tenía, ante lo cual la Directiva acudió a un grupo de grandes aficionados del club, para
exponerles el proyecto y pedirles su apoyo monetario. Conseguido éste, el 10 de
diciembre de 1912 se reunió a los socios en una Junta General Extraordinaria,
con el objeto de aprobar la construcción del nuevo campo, objetivo que
consiguió la Directiva. Y no sólo eso, sino que además una gran cantidad de
socios, mediante suscripción popular, aportaron voluntariamente fondos, desde
1000 pesetas hasta cantidades mucho más modestas, por un montante total de
40.770 pesetas, con lo que las obras empezaron con toda rapidez.
Fragmento del cartel anunciando la inauguración de San Mamés, obra de Aurelio Arteta.
En la tarde del 20 de enero de 1913 se dio comienzo a los trabajos,
dirigidos por el arquitecto Manuel María Smith, autor del proyecto del nuevo
campo del Athletic. Siete meses más tarde este nuevo campo era una flamante
realidad. El costo total de la obra ascendió a 80.962 pesetas, y sus resultados
espectaculares.
El campo contaba con capacidad para más de siete mil espectadores, de los
cuales tres mil estaban sentados; sobre talud se levantaba una magnífica
tribuna de madera de tonos claros, donde estaban instalados los servicios
higiénicos para el público y jugadores. Las señoras tenían una instalación
aparte, con acceso desde la misma tribuna. A cada lado de ésta, sobre taludes
de césped salpicados de macizos de flores, se extendía una terraza desde donde
se dominaba todo el terreno de juego, disfrutándose de un estupendo paisaje.
Una de estas terrazas, a su vez, disponía de servicio de ambigú y bar. El
terreno de juego, sembrado de fina y tupida hierba, hacía el efecto de una
inmensa alfombra verde, rematada de una valla ligera y sencilla. La parte
interior del muro que rodeaba el campo fue pintada de un color verde suave. Un
gran mástil con la bandera del club presidía el terreno.
Cuadro de José Arrue. Primer campo de fútbol en San Mamés.
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«Me había figurado que la tribuna
era espléndida, que las localidades eran todas cómodas, pero lo que nunca me
pude imaginar, lo que realmente nunca pensé es que el campo de juego fuese tan
maravilloso. Me daban ganas de coger un balón y correr en el campo con él. Sólo
el campo del Chelsea puede compararse con éste, ningún otro».
Opinión compartida por los
componentes del Sheperd´s Bush, equipo inglés invitado a los partidos de
inauguración:
«No hemos visto jamás campo tan
bonito. El terreno de juego parece un gran campo de tenis. Es la perfección de
lo liso».
Los bilbainos habían superado a sus
maestros británicos, lo cual se está repitiendo…el notable arquitecto D.Manuel
Smith podía realmente estar muy satisfecho de su obra.
Todo estaba dispuesto para la gran fecha: 21 de agosto de 1913, día de la inauguración de San Mamés. Las
esquinas de Bilbao se poblaron con el anuncio de los tres partidos programados
para la inauguración entre el Athletic Club, Racing Club de Irun y Sheperd´s
Bush de Londres. El anuncio en cuestión fue un admirable cartel, obra de
Arteta. Los precios para presenciar cada encuentro oscilaban entre las 18
pesetas para los palcos con seis asientos, a la peseta de la entrada en
general.
El jueves 21 de agosto de 1913, a las 15.30 de la tarde, se abrieron por
vez primera al público las puertas de San Mamés. En la Gran Vía se podía
observar, hasta la puerta del parque de la Santa Casa de Misericordia donde
quedaban aparcados, dos larguísimas filas de automóviles y coches. Por las
aceras una interminable muchedumbre se aproximaba a pie al nuevo recinto.
A las 17.15, momentos antes del comienzo del encuentro, San Mamés registró
su primer lleno, más de 7000 espectadores. El partido era de la máxima
expectación: el Campeón de España, Racing Club de Irún, y el Athletic Club de
Bilbao: el resultado final fue de empate a uno. A pesar de que se intuía la
grandeza y majestuosidad del campo, pocos podían prever la grandeza que poco a
poco fue cogiendo ese, entonces, nuevo terreno: San Mamés, la Catedral.
La alineación del Athletic en el partido de inauguración del campo de San Mamés
que enfrentó al Athletic de Bilbao con el Racing de Irún el 21 de Agosto de
1913 fue: Ansoleaga (preparador), Pinillos, Hurtado, Ibarreche, Iceta, José
María Belauste, Solaun, Pichichi, Eguia, Aquilino Acedo, Zuazo y Cortadi.
Conviene señalar que en el Athletic han jugado dos Acedo, hermanos, y que
el Acedo que jugó en este partido de inauguración del Campo de San Mamés fue
Aquilino Gómez-Acedo, hermano mayor de Domingo Gómez-Acedo, Txomin Acedo, quien
posteriormente también jugó en el Athletic muchos años, siendo hasta la fecha el jugador más joven que
ha jugado en el club, ganando varias copas, siendo internacional, y jugando en
la Olimpiada de Amberes, donde en el famoso partido de los “diablos rojos”
marcó el gol de la victoria contra Suecia, que le valió a España la medalla de
plata olímpica. Aquilino Acedo está en la foto sentado en el centro encima de
la raya blanca y abrazándose las piernas, y dejó el fútbol, por grave lesión de
rodilla, algo después, fue el primer jugador a quien el club pagó un par de
botas de fútbol, y en el 50 aniversario de San Mamés, en 1963, recibió la
insignia de oro y brillantes del club.
A las 17.20 Seve Zuazo puso a rodar el balón. Apenas cinco minutos después
Pichichi anotó el primer tanto en la Catedral: “tras un pase de José Mari
Belauste desde su campo a Aquilino Acedo, quien lo pasó a Zuazo, quien cede a
Moreno (Pichichi), quien desde lejos lanza un fenomenal shoot atravesado,
colocando la pelota dentro de la red por uno de los rincones”. Diez minutos después
Patricio marcó el gol del empate, resultado con el que finalizó el primer
encuentro disputado en San Mamés.
San Mamés desde su nacimiento hasta el día de hoy ha sido considerado un
campo modélico, entre otras cosas por haber sabido adaptarse a las necesidades
de su tiempo. El viejo campo que hoy día conocemos nada tiene que ver con el
proyectado por Smith, es, por el contrario, el producto de múltiples
transformaciones realizadas desde 1924, siempre con el mismo objetivo:
conseguir un mayor aforo y mayores comodidades para los espectadores.
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A la memoria de mi aitite Aquilino… Aupa Athletic, eta aurrera beti !!!
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