Karl Friedrich Gauss contó en una carta cómo había demostrado un teorema en el que había trabajado en vano desde hacía veinte años:
“Por fin, hace dos días lo he
logrado, no a costa de grandes esfuerzos, sino por inspiración divina, por así
decir. El enigma se ha resuelto como iluminado de repente por un relámpago. Por mi parte
no soy capaz de decir qué tipo de hilo unía lo que yo sabía anteriormente con
lo que ha hecho mi éxito posible.”
K. F. Gauss (1777-1855).
No hay comentarios:
Publicar un comentario