Los Derechos Humanos han sido
formulados, aceptados y aplicados de forma paulatina, y son inherentes a toda persona, debido a la dignidad humana.
Acabada la Segunda Guerra Mundial, la
ONU formuló la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, y ha ido
evolucionando de forma progresiva, con las llamadas “generaciones” de derechos,
tanto en su formulación como en su aceptación, aplicación y control.
Tras la “generación” de Derechos
Humanos Civiles y Políticos, llegó la de los Derechos Humanos Económicos,
Sociales y Culturales, y el proceso continúa.
Actualmente las tecnologías de
información y comunicación, así como otras nuevas tecnologías, constituyen lo que se podría llamar quinta
revolución o paradigma tecnológico de los dos pasados siglos. Efectivamente, la
primera revolución tecnológica de ese período fue la revolución industrial
inglesa de 1771, seguida por la era del vapor y los ferrocarriles desde 1829,
la era del acero, la electricidad y la ingeniería pesada desde 1875, la era del
petróleo, el automóvil y la producción en masa desde 1908 y la era de la
informática y de las comunicaciones desde 1971.
Las tecnologías de la información y
comunicación han permitido establecer comunicaciones a escala planetaria, y
junto con otras nuevas tecnologías como la ingeniería genética y las
biotecnologías, hacen posible por primera vez para la humanidad nuevas formas
de ejercer los derechos, pero como todas las conquistas de la ciencia y de la
técnica también nuevas formas de dominio.
Por todo ello, es necesaria una nueva
“generación” de Derechos Humanos para adaptar los actuales a las nuevas
realidades existentes en este contexto tecnológico, el cual afecta a aspectos
científicos y tecnológicos, pero también a aspectos sociales y humanos que deben ser
regulados por las instituciones jurídicas y políticas, hasta definir el alcance
y ejercicio de esos nuevos Derechos Humanos.
Las sucesivas “generaciones” de
Derechos Humanos suponen un proceso continuo de adaptación y redefinición de
los mismos, no de su sustitución o eliminación.
Esta quinta revolución tecnológica en una sociedad que se proclama globalizada,
implica la aparición de nuevas necesidades
junto con nuevos derechos y
deberes, y los Derechos Humanos no son un conjunto cerrado y acabado.
El mundo y la vida son sistémicos,
holísticos, y cuando algo cambia afecta
a todo lo demás. Así pasa con los Derechos Humanos, siempre dejando a
salvo los valores básicos de la dignidad humana de la que emanan. La dignidad humana ha solido
ser olvidada por ideologías y
comportamientos a lo largo de la Historia, pero no por nuevos paradigmas
tecnológicos, cuando son justa y debidamente utilizados en favor de la
humanidad.
Sin olvidar a otras especies y a la naturaleza del planeta
en que vivimos, que no se deben ni se
pueden olvidar, pero que no son Derechos Humanos, sino temas de
responsabilidad, sostenibilidad y en definitiva Ética.
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