Si el libre mercado y la democracia,
sin la redistribución de la riqueza, o como solemos decir, sin el “Estado del
bienestar”, son incompatibles porque, como decía Adam Smith, el poder de los
números (la democracia) se concilia mal con el poder de la propiedad (el
capitalismo), será necesario exportar, junto con la democracia y el
capitalismo, también la redistribución de la riqueza y el Estado del bienestar.
Sin embargo, parece que la tendencia de nuestro tiempo camina en sentido
inverso, y no solo no está prevista la exportación del Estado del bienestar al
mundo no occidental, sino que se tiende a reducirlo y hasta desmantelarlo en
Occidente. Ya veremos cuáles son las consecuencias.
(U. Galimberti)
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