jueves, 18 de abril de 2013

Wittgenstein y los juegos del lenguaje.






Hay innumerables tipos de frases, innumerables tipos diferentes de empleo de todo lo que llamamos “signos”, “palabras”, “oraciones”. Y esa multiplicidad no es algo fijo, dado de una vez por todas, sino que nuevos tipos de lenguaje, podríamos decir, nacen y otros envejecen y se olvidan.
La expresión “juego del lenguaje” debe poner de relieve aquí que hablar el lenguaje forma parte de una actividad o de una forma de vida.
Veamos la multiplicidad de juegos del lenguaje en estos ejemplos y en otros:
       ·Dar  órdenes y actuar siguiendo órdenes.
          ·Describir un objeto por su apariencia o por sus medidas.
          ·Fabricar un objeto de acuerdo con una descripción o dibujo.
          ·Relatar un suceso
          ·Hacer conjeturas sobre el suceso
          ·Formular y comprobar una hipótesis
          ·Presentar los resultados de un experimento mediante tablas y diagramas
          ·Inventar una historia y leerla
          ·Actuar en teatro
          ·Cantar a coro
          ·Adivinar acertijos
          ·Hacer un chiste o contarlo.
          ·Resolver un problema de aritmética aplicada.
          ·Traducir de un lenguaje a otro.
          ·Suplicar, agradecer, maldecir, saludar, rezar.
 
Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, punto 23.

De donde se deduce que aunque el lenguaje sea primordialmente una práctica social, se utiliza igualmente para uso privado e interno. La existencia de experiencias privadas incomunicables es una “ilusión”. Fuera de los juegos del lenguaje, no hay sentido alguno: lo inefable, lo indecible, puede ser “mostrado”, pero no dicho.
 
 

 

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