viernes, 22 de junio de 2018

Recapitulando.



Prólogo

"No me fío de esa gente que camina, intacta, sobre los problemas."
(E. Stevenson)


La aventura de la Vida
es Rueda de la Fortuna,
sin trabajo no hay salida,
llegada no hay más que una.

1.
Nebuloso, nebuloso,
el mundo se vuelve extraño,
y resulta pesaroso,
¿cómo no volverse huraño?

2.
El que se meta en fregado,
que sepa que va a andar solo,
Dios le pille confesado 
cuando le corten el 'bolo'.

3.
Arriba lo he mencionado,
repito, dale que dale,
lo que ocurre es demasiado,
harto me tiene y ¡ya vale!.

4.
De lo que pasa me entero
porque estoy bien informado,
antes me enojaba, pero
ahora me quedo asombrado.

5.
Durante toda mi vida
no he hecho más que trabajar,
en puestos de gran 'movida',
ya ni me quiero acordar.

6.
Nunca mandar he querido,
me tocó sin yo pedirlo,
y no me torné creído,
y sin embargo, fui un mirlo.

7.
En general, no me quejo
de la adrenalina y retos,
siempre creaba un bosquejo,
campando por mis respetos.

8.
Las cosas se complicaron
y vinieron las sorpresas,
los grandes se conchabaron
para ponérnoslas tiesas.

9.
Aunque ya me daba cuenta,
ocurrió algún incidente:
afronté celada incruenta
y felonía indecente.

10.
Anduve un tiempo alejado,
lo complicó un narcisista,
se armó un lío inesperado,
de nuevo volví a la pista.

11.
Los unos bien que se fueron,
la cosa estaba jodida,
mas los otros no vinieron,
fácil tenían la vida.

12.
Así que lo vio la gente,
procedieron con premura,
cambiaron de presidente,
por mantener compostura.

13.
El equipo era muy bueno,
todo salía redondo,
mas la crisis pisó el freno
y el submarino fue al fondo.

14.
En lo alto no quisieron
saber nada del asunto,
tal parece que tuvieron
del asunto algún barrunto.

15.
Así que allí se batieron
sin ayudas ni refuerzos,
hasta que ya no pudieron
ni con todos los esfuerzos.

16.
El 'Das Boot' no resistía,
'Senderos de Gloria' fueron,
mas la crisis persistía,
y algunos de ellos huyeron.

17.
Con la crisis cuesta arriba,
empinada y duradera,
superar aquella criba
no había Blas que pudiera.

18.
Mas al rato de ausentarse
el asunto fue un desastre,
pues no pudieron librarse
 del peso de todo el lastre.

19.
Aun los propios se quejaron
por lo que había pasado,
los ajenos se burlaron:
no ocurría en su tejado.

20.
En aquellos escenarios
lucharon durante años,
luego, por treinta denarios,
ocurrieron muchos daños.

21.
A quien tiene algo sujeto
aún se le puede caer.
Tras seguro parapeto
nada te puede acontecer.

22.
¿Y qué me dicen ustedes,
de quien sin saber critica?
Mas si le piden mercedes,
es seguro que 'se  pica'...

23.
Hay quien dice que se pierden:
lo primero los valores,
y que irresponsables urden,
sin esperanza, clamores.

24.
Que se equivoca de pleno
se le ha dicho ya a la cara,
de poder estuvo lleno,
alta tenía la vara.

25.
Nadie tuvo culpa alguna,
porque fue muy fortuíto.
Algunos piden la luna:
mas no hubo engaño: ¡Repito!

26.
Quien trabaja y crea bienes,
aunque sufra un descalabro, 
laureles hornan sus sienes:
Un momento,...¡Ya te abro!.

27.
Para héroe son precisas
acciones extraordinarias,
tampoco valen, ¡Avisas!,
circunstancias ordinarias.

28.
Estas y otras necedades
toca escuchar, sin remedio,
de quien no dice verdades
si no cobra tanto y medio.

29.
Mas con esas condiciones,
héroe sólo podría ser
quien logra con sus acciones
sus ambiciones obtener.

30.
Siempre he empleado igual tono
con los de arriba y abajo,
y es tarde para otro abono,
porque ya no queda 'tajo'.

31.
Todo esto les espeto
mas no lo digo por nadie,
y les guardaré respeto
mientras el sol nos irradie.

32.
Echar algunos denuestos
reduce las ansiedades,
a pique se fue lo nuestro,
no me quedan amistades.

33.
Quien no entienda este poema
en esto más no se ocupe,
no saber de qué va el tema
es mejor: ¡No se preocupe!.

34.
Cuando un asunto no tiene
soluciones a la vista,
ni San Pedro te sostiene,
Santa María te asista.

35.
Nada pasa cuando arrasa
el terremoto implacable;
el horror es lo que pasa
cuando ocurre lo impensable.


Epílogo

La Fama no es la Gloria:

▪La Fama es corta:
la poseen los famosos, 
que triunfan,
y luego
son olvidados.

▪La Gloria es larga:
la poseen los héroes,
que mueren 
y son recordados.

Si no somos famosos,
si no fuimos héroes..:

Sólo
Somos 
Supervivientes.

@fga51




miércoles, 13 de junio de 2018

Voltaire y la amistad.



"Sólo entre gente de bien puede existir la amistad,
ya que la gente perversa
sólo tienen cómplices ;
la gente interesada
tiene socios ;
la gente política,
tiene partidarios ;
la gente de la realeza
tiene cortesanos ;
únicamente la gente buena,
tiene amigos."

 Voltaire 

(François-Marie Arouet,
París,
1694 - 1778) 

lunes, 11 de junio de 2018

Vascones, Bagaudas y Cosacos: Historias de Lucha y Libertad.




1.
¤ Vascones y Bagaudas

El presente trabajo es fruto de la curiosidad intelectual y de la correlación de ideas. 
No obstante, 
en él la comparacion es 
su única originalidad. 
El conjunto 
es una recopilacion de textos 
de otros autores,
a fin de tenerlos a mano,
recopilados.

Es una síntesis 
que pongo a disposición 
de quien pueda estar interesado 
en tan sugerente y poco conocido tema. 
Mezclo temas a mi gusto.
 Los que lo lean, 
a quienes agradezco su interés, supongo que lo hacen 
por el mismo 
motivo.
Consciente
de los requisitos culturales 
que ello requiere,
pues
los expertos son 
las fuentes originales. 
Los demás ponemos el interés, 
 y las ganas de compartir. 

Los Bagaudas y los Cosacos 
son ambos movimientos 
de origen popular. 
Presentan similitudes, 
si bien 
en épocas y zonas geográficas 
muy diferenciadas 
y con distinta 
evolución y final, 
aunque 
bien pudiera ser 
que ninguno de ellos 
haya concluido 
en los subconscientes colectivos 
y sus arquetipos, 
sino simplememente 
transformado 
en otras realidades sociales 
vigentes en la actualidad.



Se conoce 
por Bagaudas
 a los integrantes de las revueltas 
que sucedieron 
en el Bajo Imperio Romano
 y en la Alta Edad Media, 
en especial en la Galia
 (Aquitania, Suiza, etc.)
 y en la Tarraconense Hispana. 
Pese a esta descripción genérica, veremos a continuación
 que la situación era compleja, 
sin olvidar
 la nada fácil interpretación
 de las escasas fuentes
 de la época
 y la enorme 
descomposición
 del otrora
 Imperio Romano.

Eran una mezcla de bandidaje y rebelión: 
pobres libres, esclavos fugados, etnias guerreras,
contra los terratenientes del imperio con sus cargas y gabelas. 
Mezcla de bandidos, esclavos, guerreros y rebeldes, 
contra los grandes propietarios terratenientes 
de la época, 
incluidos los nacientes 
obispados cristianos.

Se iniciaron en el S.III y perduraron hasta el S.X, con distinta intensidad. Su punto álgido es del S.V al S.VIII: desde las invasiones germánicas y la caída del Imperio Romano de Occidente hasta la invasión musulmana (452-711).

Actuaron con los suevos, principalmente en el Alto y Medio Valle del Ebro. Los Vascones del Saltum Vasconum actuaron a veces con ellos, tanto en el Ager Vasconum 
como en la Aquitania 
y en la Tarraconense.

A partir del siglo VI d.C.
 los vascones se convirtieron en un enemigo endémico 
para visigodos y francos, 
protagonizando periódicas expediciones de saqueo 
que tuvieron como escenarios principales 
el valle del Ebro y la Aquitania. 
Para muchos historiadores
 resulta difícil creer 
que la belicosidad de los vascones surgiera de la noche a la mañana
 y han tratado de encontrar precedentes de esas acciones. 
En ese sentido
 ha tenido mucha aceptación 
una hipótesis 
que identifica las depredaciones
 de los bagaudas 
que durante los años centrales 
del siglo V 
azotaron el valle del Ebro 
como incursiones de montañeses vascones.

El fenómeno se diluyó 
con las invasiones, repoblaciones y creación de condados 
y nuevos reinos cristianos en la Península Ibérica y Aquitania
 (antigua Novempopulania).

Sobre los bagaudas, 
la historiografía actual también se encuentra en
 plena revisión 
sobre los datos aportados, 
por las escasas fuentes
 y la arqueología. 

Existe la opinión 
de que los protagonistas 
de estas revueltas 
no eran solo campesinos indignados, 
o al menos 
que no actuaron solos. 
Hoy día
 se piensa que tuvieron 
un fuerte apoyo 
de las clases medias de las ciudades, a las que deberíamos sumar, 
los forajidos del sistema, 
los desocupados, 
o incluso
 los miserablemente asalariados: bandidaje social y libertad.

Las revueltas surgen 
como una protesta 
por la fuerte presión fiscal, 
de un Imperio 
que ya ofrecía poco a cambio, 
pero también para reivindicar 
una justicia social 
que se había ido perdiendo
 con la merma 
de las estructuras romanas. 
El foco de las miradas recayó 
en los dos poderes visibles 
de estas estructuras, 
que además debían ser 
los protectores de las mismas. 
Por un lado 
los grandes propietarios rurales, 
y por el otro 
los escasos poderes 
civiles y militares 
de las ciudades, 
o en su defecto
 las cabezas más visibles 
de la religión.

Dada la escasez de fuentes 
es difícil conocer su imagen, 
pero posiblemente
 no fue muy diferente a esta.

Es decir, 
el campo de abono para las revueltas estaba bien preparado, 
los poderes de las ciudades escaseaban, 
los militares mal pagados 
pudieron incluso 
pasar al campo contrario. 
En dicho entorno
 el poder más fuerte
 lo constituían los obispos de las ciudades tardorromanas, 
pero estos tenían 
graves problemas que resolver; 
las controversias
 en el seno de una iglesia católica envuelta en luchas internas
 con los priscilianistas. 

Mientras, 
los grandes propietarios
 posiblemente estaban 
más cerca de los bagaudas
 de lo que se pudiera pensar, 
no en vano 
fueron los principales beneficiarios 
de estas revueltas: 
a menor poder central, 
mayor poder 
de los aristócratas rurales.

Para comenzar 
señalar que lo poco 
que conocemos de este colectivo, 
se los debemos
 al obispo hispanorromano Hidacio, uno de los mejores cronistas 
de la Hispania tardorromana.

Las primeras noticias 
que surgen 
sobre los bagaudas hispanos corresponden al año 441, 
es decir
 prácticamente 30 años después 
de que sucedieran
 las primeras en las Galias.
 El foco
 parece estar muy concentrado 
en torno al curso medio del río Ebro, antes de la llegada de este a Caesaraugusta 
(Salduba).

Estas primeras
 no parece que fueran 
muy importantes 
y fueron rápidamente reprimidas 
por el general Asturio, 
mandado por el emperador Valentiniano III 
para reprimirlas. 
Parece evidente
 por la falta de mención de un dirigente, 
que fueron más bien 
escaramuzas poco organizadas.

Pero el general romano
 a pesar de dar muerte 
a muchos de ellos, 
no consiguió erradicar 
el movimiento bagaudico. 

No en vano 
las revueltas prosiguieron 
meses después, 
ahora el nuevo enviado 
para acabar con ellos
 fue el sobrino del primero. 
Su nombre 
Merobaudes, 
un militar hisparromano 
que curiosamente también era poeta.  Corría el año 443 
cuando, 
según Hidacio, 
los bagaudas dirigieron su posición más al norte, 
ya que en el relato 
coloca un gentilicio 
a la palabra bagaudas, 
en este caso 'aracelitanos'. 
Se especula 
que puedo ser 
o bien la actual Huarte-Arakil , 
situada en Navarra, 
o Araciel 
un pequeño enclave romano 
situado en las afueras de Alfaro
 en La Rioja.

El resultado fue el mismo 
de las primeras revueltas, 
los bagaudas
 fueron fuertemente reprimidos,
 pero no se consiguió acabar con ellos. Mas bien al contrario, 
ya que cuando vuelven a aparecer
 seis años después 
ya están plenamente organizados 
en torno a un líder sólido, 
Basilio el bagauda. 
El origen de este individuo 
es totalmente desconocido,
 se especula que pudo ser un militar, pero existiendo la posibilidad 
de que su origen fuera romano, visigodo o incluso suevo. 
Aunque
 otra gran mayoría defiende
 su origen civil 
dotado de un alto estatus social, hipótesis 
que de ser cierta 
podía significar 
un intento más de usurpación 
dentro de las estructuras 
del Bajo Imperio.

Nos encontramos
 ante el hecho más destacado
 de la revuelta de los bagaudas. 
En el siglo V, 
Turiaso, 
la Tarazona romana, 
pasaba por ser 
una de las ciudades más importantes de la zona media del rio Ebro. 
Así lo atestigua 
la existencia de un obispado, 
dirigido en el año 449 
por el obispo León. 
Su muerte a manos de los bagaudas ese mismo año,
 es vista como un ataque directo
 al poder más alto 
de dicha ciudad tardorromana.

En aquellos momentos 
la Iglesia
 recibía un alto porcentaje 
de los impuestos, 
para la construcción 
de los edificios de culto, 
es decir; 
basílicas, iglesias 
o palacios episcopales. 
Por lo que el hecho de su asesinato, 
es visto como una forma 
de establecer un poder 
dentro de esta ciudad, 
desde la cual poder actuar. 
Pero además poder financiar
 la causa de la revuelta, 
ya que es necesario recordar
 que los bagaudas
 buscan reconocimiento
 y sustento económico.

A partir del momento 
en que se hacen fuertes en una ciudad, ya no podemos hablar 
de unos simples “indignados”. 
Basilio y sus bagaudas 
debieron conformar un ejército dispuestos a cambiar el régimen establecido, 
que a buen seguro 
veían factible 
debido a las débiles 
estructuras romanas 
de la Tarraconensis. 
De esta manera 
los siguientes años 
siguieron las conquistas y los saqueos por toda la región del Ebro.

 Queda atestiguada
 su llegada a Caesaraugusta 
y posteriormente
 el asedio de la ciudad 
de Ilerda.

Pero 
el asedio de Ilerda 
no fue realizado en solitario, 
ya que contaron con la ayuda 
de los suevos, 
tras una especie de pacto 
entre Basilio y el rey de estos, Requiario. 
Ante el cariz 
que estaba tomando el asunto,
 el emperador romano
 Valentiniano III 
se ve en la necesidad 
de volver a pedir ayuda 
al reino visigodo de Tolosa. 
De esta manera 
en el año 454 
el rey visigodo Teodorico II 
envía un ejército 
a la Tarraconense
 al mando del cual se encuentra 
su hermano Federico.

El ejército visigodo
 actuando como federado, 
reprime la revuelta de los bagaudas. Las consecuencias 
parecen estar cada vez más claras, como se ha dicho con anterioridad
 los visigodos
 irán progresivamente 
ocupando el poder 
de una Hispania romana 
encaminada a la oscura 
Alta Edad Media.

El proceso de “baskonización” 
de todos los Pueblos 
euskaros prerromanos
 hasta convertirse en 
un único Pueblo o nación 
bajo el paraguas de su propio Estado, empezó tempranamente
 con los primeros síntomas 
del desmoronamiento 
del Imperio Romano Occidental. 
La creación
 del ducado de Baskonia
 fue propiciada
 por la invasión del Imperio Romano por hordas bárbaras 
en diferentes oleadas 
durante
 los siglos III al V.

Respecto
 a la situación que se vivía 
en lo que será 
el territorio de Baskonia, 
Alberto Pérez de Laborda 
en su libro 
“Guía para la historia del País Vasco hasta el siglo IX” 
comenta que:

 “Los bárbaros entraron en el siglo III en dos oleadas, 
• La primera llegó a la Catalunya actual: Barcelona, Lleida, Ampurias, Tarragona. 
• La segunda también a Pamplona, arrasada por el fuego 
según catas arqueológicas
 sin que se haya encontrado nada 
de esta entrada
 al norte de esta ciudad”. 

En el “itinerario de Antonino” 
del siglo IV, 
Pamplona (Pompaelun) 
era sólo una “mansión”, 
la catedral prerrománica 
construida 
sobre el foro romano de Pamplona 
ya no existía. 
En esta segunda oleada 
quedaría también arrasada 
la ciudad más grande
 de lo que será Baskonia, 
la ciudad romana de Veleia 
en el actual municipio 
de Iruña de Oka 
(Alaba occidental).

Son también de esta época 
las luchas en Orreaga (Roncesvalles) de los baskones-romanizados 
Didimo y Viriniano,
 emparentados 
con el mismísimo emperador romano Honorio 
y su padre Teodosio el Grande. 
Eran éstos dos hermanos
 grandes “possessores” 
o terratenientes romanos 
que defendieron el Pirineo 
con su propio 
patrimonio y hombres; 
durante años 
mantuvieron a raya
 las incursiones germánicas.
 La cuestión es 
que un mando del ejército romano 
en Britania 
y autoproclamado como emperador con el nombre 
de Constantino III, 
mandó en el año 407 
a su hijo Constante 
y a los mercenarios germánicos conocidos como los “Honorios” 
contra los hermanos
 Dirimo y Viriniano; 
los venció y los degolló. 
El Pirineo 
quedó desprotegido 
y los germánicos 
entraron en la península hispánica, según relató 
Zósino de Contantinopla, 
abogado del fisco imperial 
a finales 
del siglo V.

El historiador del derecho 
Paul Ourliac 
(1911-1998) 
señalaba 
que es demostrable 
que la aristocracia, 
los “ricos-hombres” 
hasta la Alta Edad Media,
 eran en muchos casos 
descendientes directos 
de esos “possessores”, 
creando por tanto
 la aristocracia baskona. 
Autores españoles 
como el alto medievalista 
y arqueólogo 
Abilio Barbero (1931-1990)
 y el experto en lenguas clásicas Marcelo Vigil (1930-1986) 
entre otros, 
sostienen  
que a partir del siglo III 
en Baskonia 
se mantuvo y se consolidó 
una estructura socioeconómica prerromana, 
estrechamente relacionada 
con las posteriores, 
es decir, 
empezó a fraguarse 
un poder 
que se escapaba 
al control de Roma.

El emperador 
Diocleciano
 (244-311 d. C.) 
fue el último 
gran Emperador romano 
pues dividió el Imperio 
en dos mitades: 
la Oriental y Occidental,
 con capitales en Roma y Bizancio (renombrada ésta por Constantino como Constantinopla en el 330), 
con dos Emperadores 
llamados “augustos” 
que tenían la ayuda 
de dos “césares” adjuntos. 
Diocleciano 
obligó a los campesinos 
a permanecer en el lugar donde estaban censados
(siervos de la gleba)
centralizó el Imperio 
y lo llevó su ruina,
 por lo que 
la población 
empezó a abandonar las ciudades
 y volvió al campo. 

Un prestigioso historiador romano
 y autor del 
 “Breviarium historiae romanae” 
en el siglo IV,
 Flavio Eutropio, 
señalaba 
que en el año 284 
ya se sublevaron 
poco después 
de la llegada al poder de Diocleciano los campesinos 
de la Galia, 
donde se encontraba 
Novempopulania 
que era el núcleo 
de los euskaldunes 
del Pueblo de los “ausko” 
en Aquitania.

¿Quizás 
es este el origen 
del movimiento popular 
de los “bagaudas”,    
y que así creará 
el núcleo de Baskonia?
Parece ser que sí. 

En las Crónicas Gálicas 
de códices de los siglos IX-X
 pero sobre originales 
de los siglos IV y V, 
hablan del príncipe 
Tibatón 
al mando de “bagaudas” 
que siembran 
el terror en tierras galas 
en los años 435, 437 y 448. 
El año 473 
el conde visigodo Guterio
 trata de controlar
 la zona de Zaragoza
 que se encontraba sublevada
 para lo que atravesó
 los Pirineos
 con su ejército 
pasando por 
Pamplona. 
Estos bagaudas
 fueron el comienzo 
de la resistencia euskara 
o baskona 
a las invasiones germánicas 
que se concretará 
en la creación 
de Baskonia, 
por tanto,
 la baskonización 
o la aparición 
de un único 
Pueblo euskaro 
se gestó poco a poco 
entre 
finales del siglo III 
finales del  siglo V.

“Bagauda” puede venir 
del verbo celta “baga”, 
que se traduciría como 
“andar errante”, 
lo que en textos de la época
 llamaban “paletos”
 y granjeros ignorantes, 
es decir, 
gente iletrada, 
sin romanizar
 y mucho menos latinizar 
que vivía 
fuera de las ciudades romanas 
y de su influencia. 

En nuestro caso, 
la población que vivía
 fuera de las ciudades romanas
 de los Pueblos euskaros, 
según el historiador español 
Sánchez Albornoz 
entre otros, 
serían estos bagaudas,
 los cuales
 llegaron a tomar 
una importante ciudad 
como Tarazona, 
matando a su obispo,
e impusieron el pánico 
en las mismísimas puertas
 de Zaragoza 
con su jefe Basilio 
al frente. 
Eran bandas 
formadas por euskaldunes 
o baskones 
del Saltus Vasconum 
o de las comarcas 
de montaña o boscosa,
los colonos 
de las grandes
 y medianas 
haciendas del Ager Vasconum
 y los pequeños propietarios 
o campesinos sin tierra; 
tierras que habrían pasado 
a los grandes hacendados colaboradores con Roma,
 los grandes latifundistas 
que pretendían extender 
sus propiedades 
por el Ager 
y ahora también 
por el Saltus Vasconum. 
El detonante final, 
además de 
una gran población descontenta
 y una administración arruinada, 
serían las invasiones 
de los Pueblos germánicos 
con sus saqueos.

El obispo 
e historiador romano 
Idacio de Gallaecia  
(399-469 d.C.)
 narró
 la llegada de más bárbaros 
a nuestras costas:

 “Llevados por 7 naves, 
unos 400 hérulos 
armados a la ligera, 
desembarcan por sorpresa 
en la costa de Lugo. 
Son rechazados
 por la multitud que se había reunido, pero sólo pierden dos hombre, 
al retornar a su país, 
saquean con mayor ferocidad 
las localidades costeras 
de los cántabros 
y de los várdulos”. 

Además 
de los hérulos, 
llegaron
 esporádicamente
 a las costas del cantábrico 
grupos de piratas
 germánicos 
como 
los anglos, los sajones, 
pictos, escotos, 
jutos o bretones. 
Eran siempre 
migraciones enormes 
pero que no suponían 
un desplazamiento de los nativos, 
sino la mayoría de las veces 
su sometimiento
 a un poder militar 
superior. 
Se logró
 cierto orden 
con la llegada
 de los visigodos 
que habían entrado en el año 416 
en el Imperio 
como aliados de los romanos mediante un “foedus”
 y que harán de ejército romano limpiando
 las Galias e Hispania 
del resto de bárbaros. 
Los visigodos 
llegaron Hispania 
a mediados del siglo V
 convertidos 
en el ejército de Roma. 
El Imperio contaba 
con 70 millones de habitantes
 y entraron 
unos 10 millones de bárbaros.

A Baskonia
 llegaron todas estas gentes
 a través de la calzada romana 
que iba 
desde Burdeos hasta Astorga
 y que atravesaba Garazi 
(Saint Jean de Pied de Port) 
y Orreaga 
(Roncesvalles), 
la autopista de entrada 
a la península ibérica 
y que todos ellos usaron. 

Existían 400 kilómetros 
de calzadas romanas 
por toda Baskonia 
descrita en el itinerario XXXIV 
de Antonino, 
pero sobre todo 
por el Ager Vasconum, 
aunque 
también existía otra importante ruta entre Herrera del Pisuerga 
y Castro Urdiales 
o la ría de Bilbao, 
que atravesaría en vertical
 la parte oriental de la actual Bizkaia, además 
de otra calzada por la costa,
 cuyos restos 
han aparecido 
en Galdakano
 (Bizkaia).

Según 
Julio Caro Baroja
 (“Historia del País Vasco”, Tomo II): 

“Es probable 
que la vía que iba 
de Astorga a Burdeos 
por Alava 
tuviera otra casi paralela 
junto al mar 
que uniera entre sí
 las ciudades marítimas 
que menciona Ptolomeo”. 
De los 34 caminos 
del “Itinerario de Antonino” 
4 pasaban 
por territorio baskón.

La Galia Narvonense
 y la segunda Aquitania
 (del Loira a Burdeos-Garona) 
pronto cayeron 
en manos visigodas 
con capital 
enToulouse, 
después 
gran parte de Hispania 
donde crearon 
el reino toledano.
 En esos momentos 
Las Hispanias eran
 siete provincias romanas 
que también abarcaba 
el norte de África 
desde el año 40 d.C.
 (Hispania Tingitana). 
Pero, 
tras la derrota de Vouillé 
en el año 507, 
donde el rey franco Clodoveo 
venció al rey godo Alarico II 
que murió en la batalla 
(484-507), 
los visigodos 
perdieron las Galias 
que pasaron en gran parte 
a manos 
de los vencedores francos 
salvo Aquitania I 
(del Garona a los Pirineos), 
y se replegaron 
a la Península Ibérica. 
En Vouillé 
Clodoveo contó con la ayuda 
de los baskones 
que tomaron 
Toulouse 
como su capital, 
lo que marcará la frontera 
con los francos 
en la franja (enorme!) entre los ríos 
Garona y Loira.

 Los visigodos 
se hicieron con casi toda 
la península ibérica, 
salvo el territorio ocupado
 durante los siglos V al VI 
por los germánicos suevos 
en las actuales 
Galicia-norte de Portugal 
con capital en Bracara
 (Braga en Portugal, 
capital de la provincia romana 
de Gallecia), 
además 
de los territorios romanos 
en el sur peninsular 
de la costa mediterránea 
recuperados 
por el Imperio Romano 
desde Bizancio-Constantinopla, 
y, por supuesto,
 la Baskonia ibérica, 
la cual estuvieron 
muy lejos de dominar 
los visigodos.

Otros jefes bagaudas
 fueron Amando y Eliano,
 a los que les dieron títulos 
de “césar” y “augusto” 
al modo romano. 

En el año 441
 Flavio Asturio
 jefe de los ejércitos romanos, represalió a los bagaudas
 causándoles numerosas bajas,
 pero se recuperaron 
rápidamente 
pues en el año 443 
Merobaude, 
poeta y alto cargo militar romano, luchaba contra ellos 
en Araceli, 
que sería 
probablemente 
su centro político 
y que se cree estaría 
en el actual municipio 
de Huarte Arakil 
en Alta Nabarra. 
Por tanto,
 los montes de la Sakana
 o Barranka 
serían los núcleos 
de la resistencia baskona.
 La Sakana
 la conforman
 los valles de la Burunda,
 Erkoyena 
y Arakil,
entre Araia en Alaba 
y Altsasua en Alta Nabarra,
 se trata del corredor 
que va de Iruña-Pamplona 
a Gasteiz-Vitoria, 
territorios
 que fueron bárdulos
 hasta el río Altzania 
(Altsasua) 
y desde ahí 
de los baskones 
prerromanos.

Antes de la creación 
del Ducado de Baskonia, 
existe constancia de 
al menos una batalla
 importante 
que tuvo lugar
 en ese 587
 y que recoge 
el cronista franco 
Gregorio Tours, 
en la cual los vascos 
derrotaron al “dux” (duque)
 franco 
Bladates:
 fue la primera 
victoria baskona conocida
 y lo fue 
contra un ejército franco. 

El Ducado de Baskonia
 como estructura política
 fue creado oficialmente
 por los francos merovingios
 para intentar dominar 
a los baskones del norte 
sobre el año 600, 
poniendo como duque 
al franco Genial. 

Dicen las crónicas merovingias 
del siglo VII, 
de los pocos 
testimonios escritos 
de esta época, que 
dos jefes-reyezuelos 
merovingios (francos)
 de la zona del río Sena 
se unieron
 para luchar contra los baskones: 

“Thierry II y Teodoberto II 
dirigieron conjuntamente 
sus ejércitos 
contra los baskones (wascones). Gracias a Dios, 
establecieron su dominio 
y les hicieron pagar tributo. 
Les impusieron 
un duque
 llamado Genial, 
que gobernó con ventura”.

Pero, 
realmente, 
el dominio franco 
sobre el ducado de Baskonia 
no era tal,
 pues 
como dejó escrito 
Gregorio Tours 
en el 587: 

“Irrumpieron los vascos 
de entre las montañas, 
bajaron a los llanos, 
devastaron viñas y campos, incendiando las casas, 
llevándose a muchos cautivos 
con sus ganados. 
Contra los cuales
 actuó a menudo 
el duque Austrovaldo, 
pero 
causándoles poco daño”. 

En el tratado de Andelot 
de ese año 587, 
se nombró 
la civitas “Laburdo” (Baiona) 
como las asignadas 
por el franco Gontran, 
rey de “Burgoña”, 
a su sobrino 
Chilberto II, rey de Austrasia.

Quizás por eso
 los baskones
 atacaron a los francos 
según el historiador ronkalés
 B. Estornés Lasa
 (“Orígenes de los Vascos, Tomo III”).

Las crónicas francas hablan de:

"Vasconias depredatur; 
Pampilonam capit; 
partem Vasconiae occupat;
Vascones una expeditione vastavit; Vascones humiliavit; 
cum omni exercitu Vasconiae partes ingreditur; 
feroce Uvasconum gentes debellatutus aggreditur;
etc. 

(Adolf Schulten). 
Fredegario (Script. Rer, Meroving II p.129): 
“Teudebertus et Teuderius exercitum contra wasconis…” (…), p.148 “quod rebellione wasconorum”.

Es difícil pensar 
que los bagaudas 
fueran campesinos descontentos
 y que pudieran tomar 
grandes ciudades amuralladas 
como Tarazona o Zaragoza; 
que tropas romanas, 
francas o visigodas 
no pudieran con simples campesinos mal armados, 
y que la rebelión 
se mantuviera, 
aunque con diferente intensidad, durante un período 
tan prolongado en el tiempo. 

Es más bien 
el inicio de la defensa 
de todos los baskones 
o vascos de su territorio, 
que tendría continuidad 
en el nacimiento 
del Ducado de Baskonia,
en el año 600-660, 
y después el reino de Pamplona 
o de Navarra,
desde el año 824,
 tras la Segunda Batalla de Orreaga 
o Roncesvalles,
al vencer,
 una vez más,
 a los francos.

Por tanto, 
en el “Ager”
 las clases campesinas 
vieron su sustento arrasado 
por la nueva situación política
 lejos de la “Pax Romana”, 
estando sometidos para entonces 
a la explotación agrícola, 
por lo que huyeron del campo
 y se incorporaron 
a los habitantes del “Saltus”
 que aún no estaban romanizados 
y que mantenían vivos
 sus modos de vida, 
de organización
 e incluso 
su religión y cultura 
al estar alejados 
de las ciudades romanas.
 Juntos 
crearon el movimiento bagauda 
que culminará 
con la creación
 del Estado vasco:
el Reino de Pamplona, 
posterior Reino de Navarra.
(La experiencia histórica 
nos demuestra 
que los grandes hitos 
se van gestando 
poco a poco.)

Los francos 
serán los que terminen de generalizar el término waskones o baskones
 pues nos ven 
como un único Pueblo 
y no hay posibles interpretaciones 
en otro sentido: 
son todos vascos,
sobre todo por la lengua
 que hablaban,
 el “vasco” o euskara. 
Así, 
Gregorio Tours en el 587 
hablaba de “Wasconia” con “w”
 pues en latín
 la palabra “baskones” 
se pronuncia [uuáskones], 
los griegos o helenizados 
escribían “ouascones” con “ou”, 
los musulmanes con “b”, 
“baxcones” 
(pero con “x” como Ibn Adhari) 
 y otros escribían “baskonis”
 (Ibn Hayyn, El Yacubi, Yacut).

B. Estornés Lasa 
en su libro 
“Orígenes de los vascos”
 (1966), 
comenta que 
el ducado baskón regentado 
por Eudón el Grande
 no usó otro nombre 
que el de Baskonia. 
El término Aquitania 
(ausci-tan-ea < auci-tania
> acuitania;
ausci > uasci > va(s)ci)
yacía en el olvido romano: 

“Los duques baskones
 Eudón, Hunaldo y Waifre
 no le dieron 
otra denominación. 
Los escritores francos, 
tampoco”.

▪Duques baskones 
impuestos por los francos:

• Genial 602-626
• Aigino 626-638
• Amando 638-660

▪ Duques, 
príncipes y reyes independientes llamados de Baskonia:

• Felix 660-670
• Lupo I Otsoa 670-710
• Eudon 710-734
• Hunaldo I 744-768

▪ Duques, 
príncipes y reyes independientes 
de la Baskonia II, entre Loira y Garona,
(sin la Baskonia I de Aquitania, entre el Garona y los Pirineos)

• Lupo II 768-778
Primera batalla de Orreaga-Roncesvalles 15 de agosto del 778
• Lupo Sancio 778-812
• Singuin 812-816
• Garzi Enekones 816-823
• Lupo III Zentulo “wasco” 819-823

Según Schulten, que cita a Gregorio de Tours y al Cosmógrafo de Rávena (s.VII), la zona entre el Pirineo y el Garona era llamada Spanoguasconia y la zona entre el Garona y el Loira era llamada Guasconia, a secas. 
Posteriormente sería la Gascuña:
▪︎Wasconia > Guasconia > Gascuña
frente a la Vasconia, a secas:
▪︎Wasconia > Uasconia > Vasconia

Así que tanto en Aragón como en el Bearne y en la Gascuña 
se hablaba euskera.

Aún a comienzos del siglo XIX, el vasco-francés Garat, diputado y ministro con la Revolución, senador y conde con el Imperio, en un informe escrito a Napoleón Bonaparte, le dice que se habla euskera por toda la zona pirenaica hasta la muga con Cataluña.
(Este Garat fue quien comunicó, por razón de su cargo, a Luis XVI su sentencia de muerte, aunque él mismo había votado en contra de tal sentencia.)

De hecho, hasta tiempos de Felipe II a fines del siglo XVI, se había venido prohibiendo el uso del euskera en actas de compra-venta del mercado en Huesca capital, y hasta el primer cuarto del siglo XX, según testimonios vivos, se habló euskera en pueblos de Huesca, y en 1922 en Uncastillo, comarca de Cinco Villas en Zaragoza, se seguía usando el euskera para aprender oraciones tales como el Aita Gurea, Credo y otras, así como en libros de misa.

Vascones de Cinco Villas, Rioja, Berrotza y otros sitios repoblaron Ávila en los siglos XI y XII, a las órdenes de Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI (el del Cid) y posteriormente con Alfonso VII y Alfonso VIII, participando como caballeros serranos en las milicias concejiles de Ávila contra almorávides y almohades, en incursiones y en batallas como las de Alarcos (1195) y las Navas de Tolosa (1212).


☆Nace 
el Reino de Pamplona-Nabarra 
con Enneco Aritza, 
Segunda Batalla de Orreaga,
año 824

En el norte de Aragón 
y de Catalunya 
y a lo largo de todo el Pirineo, 
lo que se hablaba 
sin lugar a dudas 
para J. Caro Baroja, 
era algún dialecto 
del euskera. 

(Según Coromines, en el Pirineo de Lérida se habló euskera hasta el año ~ 1.000, pasando directamente al catalán sin haber conocido el latín.
Hasta el siglo XVII se prohibía redactar en euskera actas de compra-venta en el mercado de Huesca capital.
Por testimonios directos se sabe que hasta el primer cuarto del siglo XX hubo euskaldunes en pueblos del Pirineo Oscense y en Uncastillo pueblo de la comarca de Cinco Villas (provincia de Zaragoza).

Son las ciudades las latinizadas, 
pero como dice Estrabón:

 “Las ciudades no ejercen gran influencia, 
dado que la mayor parte de la gente sigue viviendo en las selvas 
y constituyen 
una amenaza permanente”.

El substrato común 
de esos pueblos del cantábrico, 
del Pirineo
 y de la Baskonia continental
 sólo puede ser uno 
y es el conservado 
sobre todo
 en la cultura euskara, 
de la cual 
el idioma 
es sin duda 
el elemento más significativo 
e importante.

Tras 
la caída del Imperio Romano
 y sobre el euskera,
 Julio Caro Baroja
 en su libro
 “Sobre la lengua vasca 
y el vasco-iberismo” 
comenta que:

 “No hay razón 
para dejar de admitir 
que en Aquitania 
se habló vasco 
hasta la Edad Media”.

Serían el euskera
 y el gaélico 
los únicos idiomas 
prerromanos
que sobrevivieron 
a los romanos.

La comarca más al Sur 
donde se hablaría euskera
 desde época romana 
y hasta la Edad Media, 
estaría probablemente 
cerca de 
la actual ciudad de Soria 
en Garrai 
(la antigua Numancia celtíbera), 
La Rioja con el Ebro 
como frontera natural
 hasta los montes de Oca 
o Auca- Atapuerca. 
Por el Oeste 
el límite se situaría 
en el valle de la Hoz de Arreba 
y entre Santillana del Mar-Santander
 al Noroeste por la costa.

Todos ellos son
 fronteras del Ducado de Baskonia
 en el siglo VI 
y después 
del reino de Pamplona-Nabarra 
en el siglo XI 
con Sancho III el Mayor 
dadas a su hijo Sancho García (Gartzea) IV el de Nájera, 
muchos de estos territorios 
serían repoblados de nuevo 
en la Edad Media 
con “baskones” 
para los que luego
 se usará el nombre nacional 
de “nabarros” 
con el Reino de Pamplona-Navarra, pues
 se llamaba “nabarros” 
a los habitantes euskaldunes 
del Reino,
la “lingua navarrorum”,
que lo eran casi todos,
 incluso antes 
de que el reino de Pamplona
 pasara a llamarse de Nabarra
 en el siglo XII 
con Sancho VI el Sabio.


En La Rioja y en Burgos, 
en la zona de los antiguos autrigones 
(los autrigones se aliaron con los berones junto a Roma, pero eran acosados por sus enemigos los cántabros, su capital era Birovesca, actual Briviesca, en la Bureba.
hasta Atapuerca, la Bureba, Merindades, Mena, Amaya, este de Cantabria, Tierras Altas de Soria, hasta casi las puertas de Burgos capital,
hubo repoblaciones, 
seguramente 
con bizkainos y alabeses,
 pero según 
la máxima autoridad 
en la materia,
 Merino Urrutia, 
lo mismo que
 J. Caro Baroja 
o más recientemente 
Jabier Sainz Peonzaga 
en “El euskera en la Ribera de Navarra” (Ed. Pamiela), 
los habitantes seguían siendo euskaldunes 
y la vasquidad 
anterior a la ocupación 
asturiana y musulmana 
(muy breve) 
se mantuvo,
no fue desplazado el euskera, 
al menos en Rioja Alta 
y las comarcas de Burgos mencionadas .


"Una concordia y acuerdo 
acerca de la división del reino
 entre Pamplona y Castilla, 
como ordenaron 
Sancho conde de Castilla 
y Sancho rey de Pamplona, 
tal como les pareció. 
Esto es, 
desde la suma cima 
al río Valle Venarie, 
hasta el Grañe 
donde está el mojón sito 
y collado Muño, 
y desde Biciercas (Briviesca) 
y desde siguiendo 
hacia el río Razon, 
donde nace; 
después 
por medio del monte de Calcaño, después por la cima de la cuesta
 y por medio de Galaza, 
y allí está el mojón, 
y hasta el río Tera, 
allí esta Garrahe, 
antigua ciudad 
abandonada (Garray), 
y hasta el río Duero. 
Don Nuño Álvaro de Castilla 
y el señor Fortún Oggoiz de Pamplona, testigos y confirmantes. 
Año 1016" 
[Cartulario de San Millán de la Cogolla, La Rioja (reino de Pamplona-Nabarra) doc. 166.]

Tal y como recogen
 los historiadores nabarros
 Iribarren y Kanpion, 
Sancho III el Mayor
 dejó a su primogénito 
“toda la población eúskara”. 
El historiador español 
Menéndez Pidal 
es de la misma opinión:

 “(Sancho el Mayor) quiso unificar
 un gran reino navarro, predominantemente vascón 
por su lengua”. 

El medievalista bizkaino
 Anacleto Ortueta (siglo XIX), 
sobre este gran rey Europeo dijo: 

“Sancho III el Mayor 
eligió sabiamente
 las fronteras 
del Estado Vasco, 
pues los límites 
que dio a Navarra
 fueron 
los geográficos naturales.
 Es el genio tutelar 
de la nacionalidad vasca. 
Gracias a él
 vivimos 
como pueblo”.


El historiador español
 más importante 
del siglo XX,
 Ramón Menéndez Pidal, 
escribió también
 en "España y su Historia" 
que el rey nabarro 
Sancho III el Mayor (1000-1035): 

"Reparte sus estados
 entre sus cuatro hijos, 
apareciendo 
como uno de los más audaces estadistas estructuradores 
de fronteras y de pueblos,
 dejando al primogénito 
García (Gartzea) 
el solar de la dinastía, 
el antiguo reino de Navarra, homogéneamente
 vascón 
por su lengua».

En la lápida de la tumba 
de Sancho III 
lo deja claro, 
escrita en latín dice:

 “Aquí yace Sancho, 
Rey de los montes Pirineos 
y de Toulouse”
 (museo de León). 
(“Hic situs est sancius 
rex pirineorum montium 
et Tolose”).

A. Tovar y K. Mitxelena
 en 1968
 lo tenían claro:

 “La lengua vasca 
se conservó
 probablemente 
porque los vascos 
como los cántabros
 se rebelaron 
contra los invasores 
y no llegaron 
a ser incorporados 
a los reinos francos
 y visigodos”.

Son
 los primeros testimonios 
escritos y por tanto históricos
 sobre los euskaros.
 Hoy en día 
sigue existiendo gente 
con una cultura e idioma común heredados 
de hace miles de años 
en lo que queda 
de la histórica Baskonia
 y de su hija, 
el Estado o reino 
de Pamplona-Navarra,
 en un territorio mermado
 en su extensión natural 
por diferentes invasores
 y que los nativos llamamos, 
en la lengua 
que nos oyeron hablar
 los romanos, celtas, íberos, francos, godos, árabes
 y demás pueblos
 que vinieron
 mucho después: 
Euskal Herria.

El conocido y prestigioso 
historiador vallisoletano 
Antonio Tovar, 
lo resumía así (1987):

 “Creemos 
que lo que hay aquí 
es la identificación del nombre,
 ya no tribal, 
de vascones, 
con las gentes euskaldunes 
o de habla euskaldun,
 por lo cual se dice
 que es parte de Vasconia Vitoria
 y se presenta 
a los vascones de la montaña,
 que probablemente eran los antepasados 
de labortanos, bajo-nabarros
 y suletinos de Iparralde 
al norte de los Pirineos, 
con ese nombre” (…)

 “Podemos muy bien suponer 
que en esa época de aislamiento,
 en la que los vascos, 
tanto del Norte como al Sur 
de los Pirineos, 
se mantienen 
fuera de los reinos visigodo y franco, 
la denominación 
de la tribu de los vascones 
se convierte en nombre general
 y se aplica 
tanto a la llanura de Araba y La Rioja como a los confines 
del territorio euskaldún 
con la Aquitania 
franca”.

Desde
 la caída del Imperio Romano,
 todos los vascos 
son conocidos 
con el apelativo 
de baskones
 (gentilicio de vasco),
 por la lengua que hablaban
 el “vasco” o euskara.

RESUMEN

Ya desde 
las primeras invasiones germánicas, desde el siglo III, 
los vascos 
se habían vuelto muy activos, 
se sentían amenazados, 
tomando el apenas romanizado 
Saltus Vasconum 
como cuartel, 
se lanzaron 
sobre sus territorios 
de toda la vida 
que estaban 
en un proceso de romanización
 muy avanzado, 
sería un movimiento 
de carácter nacional
 en busca de los territorios
 que perdieron 
durante la ocupación romana 
como relata el historiador español Sánchez Albornoz.
 Los bagaudas 
eran vascones 
buscando recuperar su territorio 
ante las invasiones bárbaras
 y la presión latifundista romana 
lo sostienen historiadores 
como Vigil y Barbero, E.A. Thompson, o J.M. Blazquez.

Se trató 
del fenómeno recogido 
en las crónicas romanas 
como de los "bagaudas" 
que se dio en la Tarraconense 
y en Novempopulania, 
los territorios de los pueblos vascos. “Bagauda” 
¿viene del verbo celta “baga”,
 que se traduciría 
como “andar errante”?
¿o del euskera Ba Gaude?
En los textos de la época
es usado como 
 llamándoles “paletos”
 y granjeros ignorantes, 
es decir, 
gente iletrada,
 sin romanizar 
y mucho menos 
latinizar.

Los vascos, 
según el mencionado historiador español 
Sánchez Albornoz 
entre otros, 
serían estos bagaudas 
que llegaron a tomar 
una importante ciudad 
como Tarazona
 e impusieron el pánico 
en las mismas puertas 
de Zaragoza 
con su jefe Basilio 
al frente. 
Otros jefes fueron 
Amando y Eliano, 
a los que los bagaudas 
les dieron títulos 
de “César” y “Augusto”. 
En el año 441 
Flavio Asturio
 jefe de los dos ejércitos, 
represalió a los bagaudas 
causándoles numerosas bajas, 
pero ser recuperaron 
rápidamente 
pues en el 443 
Merobaude, 
poeta y alto cargo militar romano, luchaba contra ellos 
en Araceli, 
que podria ser su centro 
y que se cree sería 
el actual municipio de Huarte Arakil. Por tanto
 la Sakana o Barranka
 y la Burunda 
serían 
sus núcleos.

Eran bandas 
formadas por vascos 
del Saltus Vasconum,
 los colonos 
de las grandes y medianas haciendas del Ager Vasconum
 y pequeños propietarios 
o campesinos sin tierra;
 tierras que habrían pasado 
a los grandes hacendados colaboradores con Roma, 
los grandes latifundistas,
casi señores feudales 
en la decadencia romana,
que pretendían 
extender sus propiedades 
por el Ager
 y ahora también 
por el Saltus Vasconum; 
el detonante final, 
además de 
una gran población descontenta 
y una administración arruinada,
 serían 
las invasiones
 de los pueblos germánicos 
con sus saqueos
 y la existencia 
de grandes zonas baskonas 
sin romanizar. 
Estos bagaudas 
son el comienzo 
de la resistencia vasca 
a las invasiones germánicas 
que se concretará 
en la creación 
de Baskonia.

Antes 
de la creación de Baskonia, 
existe constancia de 
al menos una 
batalla importante 
que tiene lugar en ese 587
 y la recoge el cronista franco
 Gregorio Tours, 
en la cual los vascos 
derrotaron al “dux” (duque) franco Bladates: 
fue la primera victoria vasca 
conocida
 y lo fue 
contra 
un ejército franco.

El Ducado de Baskonia 
como estructura política
 fue creado oficialmente 
por los francos merovingios
 para intentar dominar
 a los baskones y akitanos 
sobre el año 600, 
poniendo como duque 
al franco Genial.

Dicen
 las crónicas merovingias 
del siglo VII, 
de los pocos testimonios 
escritos de esta época, 
que 
dos reyezuelos merovingios 
de la zona del río Sena 
se unieron
 para luchar contra los baskones: 

"Thierry II y Teodoberto II 
dirigieron
 conjuntamente 
sus ejércitos 
contra
 los baskones (wascones). 
Gracias a Dios, 
establecieron su dominio 
y les hicieron pagar tributo.
 Les impusieron 
un duque 
llamado Genial,
 que gobernó con ventura".

Los baskones 
se sublevaron 
al menos
 en los años 635-638
 contra 
el rey franco Dogoberto,
 el cual 
mandó un gran ejército 
con 10 duques
 y un jefe que los guiaba,
 así como numerosos condes. 
Pero
 los vascos 
retrocedieron 
de las llanuras akitanas 
ante la superioridad franca, 
se refugiaron 
en los Pirineos 
y se disolvieron. 
Según la crónica 
de Fredagario, 
uno de esos condes, 
Arimberto, 
murió 
en el valle de Subola
 (Soule-Zuberoa).

No existía 
en época de Clodoveo 
dominio franco 
sobre Akitania-Baskonia, 
pues como dejó escrito 
Gregorio Tours
 en el 587: 

“Irrumpieron 
los vascos 
de entre las montañas, 
bajaron a los llanos, 
devastaron viñas y campos, incendiando las casas,
 llevándose 
a muchos cautivos 
con sus ganados.
Contra los cuales 
actuó a menudo 
el duque 
Austrovaldo, 
pero 
causándoles poco daño”.

Todas 
estos hechos 
y otros, 
demuestran 
que los baskones 
eran un pueblo poderoso, 
temible, 
nada atrasado 
dentro de su época, 
con un “Ager vasconum” 
muy cristianizado, 
que dominaban 
técnicas artesanales 
muy exigentes, 
con un comercio exterior 
y un contacto permanente 
con otros pueblos; 
para ello contaban 
con la calzada romana 
de Astorga-Burdeos 
(después Camino de Santiago) 
y su variante 
por Oiasso (Irun)
 como autopista 
usada por ellos 
y también 
por todas las migraciones, 
conquistas 
o movimientos humanos 
que pretendían 
entrar
 en la Península Ibérica
 o pasar a la rica 
África.

Los Bagaudas 
dieron pie 
al comienzo 
de la lucha vascona 
contra visigodos 
y francos, 
origen
 del Ducado de Baskonia 
y del posterior 
Reino de Pamplona y de Navarra.

Después, 
cada vez que 
sus fueros, 
usos y costumbres 
se han visto atacados, 
las reacciones 
han sido fulminantes: 

▪Anexión del Reino de Navarra por Castilla en el S.XVI, 

▪Guerras Carlistas Forales en el S.XIX, 

▪Abolición Foral Vasconavarra,
y los problemas que tras 

▪la Guerra Civil del S.XX y la 
Dictadura,

arrastramos aún hoy día, 
con la actual 
monarquía borbónica parlamentaria más o menos democrática,
por :

▪los Conciertos Económicos, 
▪Estatuto de Autonomía,

▪ la enseñanza y uso del 
Euskera.

Conclusión
 de Salviano de Marsella
(Siglo V)

 “Mientras tanto 
a los pobres se les roba,
 las viudas se lamentan,
 los huérfanos son pisados,
 por
lo que muchos, 
incluso las personas 
de buena cuna, 
quienes han disfrutado 
de una buena
educación,
 buscan refugio 
con el enemigo 
para escapar 
de la muerte 
a causa de los procesos
de persecución pública. 
Buscan entre los bárbaros 
la humanidad romana, 
dado que no pueden
soportar 
la bárbara inhumanidad
 que encuentran 
entre los romanos.
 Aunque 
estos romanos
difieren 
en costumbres y lengua 
de las gentes 
con quienes se han refugiado, 
ni tampoco 
están acostumbrados, 
si se me permite decirlo así, 
a los hedores fétidos 
de los cuerpos 
y las ropas 
de los bárbaros, 
no obstante, 
prefieren 
la extraña vida 
que allí encuentran 
a la abundante
injusticia y crueldad 
entre los romanos. 
Así que 
se marchan 
hombres hacia todas partes, 
ahora
con los Godos, 
ahora 
con los Bagaudas, 
o con cualquiera 
de los otros bárbaros 
que hayan
establecido su dominio 
en algún lugar, 
y no se arrepienten 
de su exilio, 
porque 
preferirían vivir 
como hombres libres, 
aunque 
en aparente cautiverio, 
que como cautivos 
en aparente
libertad. 
De ahí 
que el nombre 
de ciudadano romano, 
antaño 
no sólo muy valorado, 
sino 
comprado muy caro,
 es ahora
 repudiado y apartado 
voluntariamente, 
y se tiene 
como 
no meramente 
carente de valor, 
sino incluso 
como aberrante. 
Esta es la mayor prueba 
de la
maldad, crueldad 
e injusticia romana: 
ahora 
multitud de ciudadanos nobles rechazan 
el título de romanos, 
cuando anteriormente 
este status 
fue 
la mayor fuente de resplandor, 
gloria, fama
y honor. 
El resultado es 
que incluso aquellos
 que no se refugian 
con los bárbaros 
están, 
con todo, 
obligados a ser 
ellos mismos bárbaros; 
pues este es el caso 
de la mayor parte 
de los
Hispanos, 
no pequeña proporción 
de los Galos, 
y, en fin, 
todos aquellos 
pueblos del imperio
que por nuestra injusticia
 han sido privados 
del título de romanos.
Ahora 
debo hablar 
de los Bagaudas, 
quienes, 
despojados, afligidos,
 y asesinados 
por los malvados
 y sanguinarios magistrados, 
después 
de haber perdido
 los derechos 
de los romanos,
perdieron 
también el honor 
del nombre 
romano.
 ¡Nosotros
 transformamos sus desgracias 
en crímenes, 
les etiquetamos 
con un nombre 
que recuerda sus pérdidas, 
con un nombre 
que
nosotros mismos 
hemos ingeniado 
para su vergüenza! 
Llamamos
 a esos hombres 
rebeldes y miserables, 
a quienes 
nosotros mismos
 hemos forzado 
al crimen.
 Pues, 
¿Por qué se hicieron
Bagaudas 
sino por nuestros actos injustos,
 por las perversas decisiones 
de los magistrados,
 la
proscripción y la extorsión 
de aquellos quienes
 han volcado
 las exacciones públicas
 al aumento
de sus fortunas privadas 
y hecho las indicciones 
de impuestos 
su oportunidad 
para 
el saqueo?
Como
 bestias salvajes, 
en vez de gobernar 
a aquellos puestos 
bajo su poder,
 los funcionarios
les han devorado,
 nutriéndose
 no sólo de sus pertenencias 
como los bandidos comunes
 lo harían, 
sino incluso 
de su carne desgarrada
 y su sangre.

Así,
 ha llegado a pasar 
que los hombres
que fueron estrangulados 
y medio muertos 
por exacciones brutales 
comenzaron a ser
realmente bárbaros, 
ya que no se les permitía 
ser romanos. 
Actuaron como lo que no eran,
puesto que 
no se les permitió ser como eran;
 y se vieron obligados 
a defender 
al menos sus vidas,
 creyendo
 que habían perdido 
por completo 
su libertad. 
¿Es diferente
 nuestra situación
actual? 
Aquellos 
que no se habían unido 
a los Bagaudas, 
ahora 
se ven obligados 
a unirse a
ellos. 
La violencia y el ultraje 
que los hombres sufren 
les obligan a desear 
convertirse en
Bagaudas,
 empero 
su debilidad se lo impide.
 Por lo que son 
como cautivos oprimidos 
por el yugo de un enemigo, 
soportando las torturas 
de la necesidad, 
contra su voluntad; 
en sus corazones 
anhelan 
la libertad 
mientras 
que sufren
 la aplastante 
servidumbre.”

(Salviano de Marsella, S.V)
["Perit ridendo" ~ "Murió riéndose"]

Clarividente texto,
válido
para todo tiempo,
adaptado
a nuevas circunstancias,
siempre cambiantes,
para
una naturaleza humana
dificilmente cambiable.
La ciencia y la tecnología 
cambian a velocidad
increíble
y afecta a 
nuestras vidas.
Pero 
nosotros
los humanos
seguimos con nuestra
naturaleza
prácticamente igual
que en el
neolítico.

♧♧♧




2.
¤ Los Cosacos

Los Cosacos
 eran hordas nómadas 
de gentes 
de distintos orígenes étnicos
 que huían 
de la brutalidad feudal 
en el Imperio Ruso Zarista.

Su capacidad de lucha 
y su dureza
 era grande,
 sobre todo su agilidad 
como jinetes. 
El cosaco y su caballo 
eran pareja inseparable
 y bien conjuntada. 
Usaban lanza, 
sable, daga, 
un par de pistolas, 
un fusil y látigo.
Viajaban 
con sus familias 
y todas sus posesiones. 
Su presencia consta 
desde los S.XIII-XV, 
hasta la actualidad.

El sistema imperial
 los asimiló 
fijándolos en zonas fronterizas
 a cambio de tierras, 
formando pueblos y villas 
con su propia idiosincrasia, 
siempre dispuestos a la guerra, 
lo que daba a las mujeres
 poder y libertad, 
por las largas ausencias 
guerreras
de los hombres.

Se establecieron 
a orillas del Volga, 
Don, Dniéper y Dniéster, 
en Kazán, Crimea, Caúcaso, 
etc, 
llegando a ser
 las tropas más fieles al Zar 
y sus mejores ejércitos 
de caballería, 
en unidades cosacas
 autónomas.

A veces 
se considera a los cosacos
 como xenófobos, 
especialmente
 por los historiadores judíos contemporáneos, 
quienes acusan a los cosacos ucranianos de Zaporizhia 
de la masacre de judíos
 durante
 la Rebelión de Jmelnytsky 
y de participar en los pogroms antijudíos 
en los siglos XVI-XVII.

Cada una de estas regiones 
cuenta con autoridad administrativa local cosaca. 
Además 
existen organizaciones cosacas
 en Moscú y San Petersburgo
 con representaciones
 de su región específica:

1. Región de Don
2. Región de Kubán
3. Región de Térek
4. Región de Astracán
5. Región de Ural
6. Región de Oremburgo
7. Región de Semirechie
8. Región de Siberia
9. Región de Transbaikal
10. Región de Amur
11. Región de Ussuri

El último censo efectuado 
antes de 1917 
indicaba 
que la población cosaca 
en Rusia 
contaba con más de 4 millones 
de personas de ambos sexos, repartidos principalmente 
por regiones fronterizas
 del sur de Rusia. 
A partir del año 1920 
se inició la persecución sistemática, represalias y ejecuciones en masa
 del pueblo cosaco,
 desatados por 
el Partido Comunista 
de la Unión Soviética 
(más de dos tercios 
de la población cosaca
 fueron exterminados 
solamente 
en los primeros diez años 
del gobierno soviético).

Un gran número de los cosacos
 fueron forzados a emigrar 
y ahora son residentes 
de otros países,
 como 
Francia, Alemania, Bélgica, 
Estados Unidos, Canadá, Australia, Argentina, Chile
 y muchos otros. 
Muchos de estos emigrantes mantienen estrecha relación
 con las comunidades cosacas 
en Rusia. 
Algunos, 
como en el caso de los cosacos residentes en Nueva Jersey, 
Estados Unidos, 
mantienen museos y bibliotecas nacionales cosacos, 
destinados a preservar 
el patrimonio cultural,
 tradicional e histórico 
de su pueblo.

De acuerdo 
con el censo oficial 
de la Federación Rusa 
del año 2002, 
por primera vez 
después del censo del año 1897, 
más de 140.000 personas 
de ambos sexos 
(0,1% del total de la población) 
en Rusia 
de forma abierta indicaron 
y oficialmente declararon 
su nacionalidad 
como 
"cosaca", 
residentes y ciudadanos 
de Rusia.

A finales
 de los años 1980, 
en la URSS 
de la aligerada perestroika, 
muchos herederos 
de los cosacos 
comenzaron de forma entusiasta 
a recuperar 
sus tradiciones nacionales. Finalmente, 
en 1988 
la URSS aprobó una ley 
que permitía la formación 
de los antiguos voiskos, 
junto con los nuevos.
El mayor atamán del voisko 
fue condecorado 
con el rango de mariscal
 y la estrella 
y el derecho a reconocer
 un nuevo voisko. 
Desde entonces 
los cosacos
 tomaron parte activa 
en muchos de los conflictos 
que ocurrieron después.

Mientras
 el impacto de los cosacos 
en el resultado de los conflictos
 atraía raramente la atención 
de los medios de comunicación,
 los cosacos 
fueron reconocidos 
por su alta moral y bravura, 
como lo habían sido 
tradicionalmente.

En 2005, 
los cosacos adquirieron
 nuevos derechos 
y quizá su ambición 
de crear un territorio autónomo, 
que abarque 
desde el río Dniéster 
a través de la estepa
 hasta el río Ural, 
se pueda ver realizada 
algún día.

El mito 
sobre 
la composición y organización originaria 
de la comunidad cosaca, 
donde se apunta 
a la admisión masiva 
en sus filas 
de los fugitivos de la ley, 
esclavos 
y campesinos endeudados 
no tiene sentido 
o base seria alguna.
La versión 
sobre el carácter subversivo
 y bandolero 
de la sociedad cosaca
 fue alimentada
 principalmente 
por los historiadores 
contemporáneos rusos
 del periodo soviético, 
con objetivos 
claramente específicos:
comprometer 
de manera perjudicial
 el origen y la existencia 
de una comunidad étnica 
completa 
como tal.

La tradicional 
cooperación y alianza
 de los cosacos 
con grandes lugartenientes
 y distintas autoridades extranjeras, 
no podría haber tenido lugar 
en caso de que
 la sociedad cosaca 
fuera compuesta
 en su totalidad 
por delincuentes
 y esclavos 
fugados de sus propietarios, terratenientes y caudillos extranjeros. La hipótesis 
sobre los esclavos fugados, 
quienes
 primero se refugiaron en las estepas
 y posteriormente, 
al crear 
una potente organización armada,
 de nuevo obedecieron
 a las órdenes 
de sus anteriores opresores, 
suena
 por
 lo menos
 como un absurdo. 
Sin embargo, 
en toda su historia 
los cosacos cooperaron
 con agrado 
con las aristocracias, 
los propietarios de grandes tierras 
y los latifundistas 
de la época.

Solamente este factor 
elimina la versión
 sobre los campesinos fugados
 que se hicieron llamar “cosacos”. 
Los cosacos originarios
 de la época 
no conocían 
los antagonismos sociales.
 Por tanto
 con mucha facilidad 
y de manera independiente 
los líderes cosacos
 se relacionaban 
y establecían acuerdos 
de todo tipo 
con sus pares 
de otras naciones y pueblos, 
con autoridades respetables extranjeras vecinas:
tártaras, polacas,
 rusas, ucranianas, 
etc.
 Estas relaciones
 tenían además 
otros propósitos
 netamente estratégicos
 para el beneficio
 de la comunidad cosaca. 
La participación 
y la alianza de los magnates 
y de las distintas autoridades, permitían ver
 las excursiones 
y expediciones militares 
propiamente cosacas, 
como objetivos 
con características 
de necesidades de un estado
 y/o patrocinio de autoridades reconocidas oficialmente.
 Por tanto
 permitía desligar 
la responsabilidad por la participación en muchas
 de las acciones de carácter bélico,
en resguardo 
de los intereses 
de sus socios en alianzas,
 les ofrecía 
cierta protección necesaria,
 legal y oficialista.

La comunidad cosaca 
era más o menos 
autónoma; 
podía consistir en una aldea
 (stanitsa en singular, stanitsi en plural) o un campamento fortificado (gorodki). 
Inicialmente, 
los cosacos 
tenían
 un enorme grado de autonomía, 
pero andando el tiempo 
su asociación al Imperio ruso 
los llevó 
a que sus autoridades
 (los Atamán) 
fueran 
directamente elegidas 
por el Zar, 
aunque 
con ciertas restricciones.

El pueblo cosaco
 se rige por normas 
que castigan duramente
 los delitos 
de robo, homicidio, 
traición y otros muchos, 
sobre todo
 cuando estos fueran cometidos 
en contra 
de un representante
 o intereses de su comunidad. 
La sanción 
aplicada a una persona que se embriaga en público, 
o maltrata a una mujer 
es de un número indeterminado 
de latigazos 
en el maidán
(plaza), 
con el nagaika,
 látigo tradicional cosaco 
que además 
es considerado un arma 
(los cosacos 
desde muy temprana edad 
aprendían a manejarla 
como parte de su enseñanza 
en artes marciales).
 Las sanciones 
no perdonan
 a nadie, 
y un cosaco 
sin importar su estatus
 y nivel económico
 puede ser condenado 
a la pena de muerte 
por robar fondos de la comunidad
 o por traición. 
La sanción común 
es recibir latigazos 
en un lugar público 
delante 
de toda la comunidad local.
 Es característico 
que tras recibir la sanción 
el infractor se incline 
y agradezca 
en voz alta 
a los mayores 
por la «lección».

Los encargados 
de dictar las normas
 y ordenar las sanciones 
son los jueces locales,
 los hombres más respetados,
 elegidos 
(o reelegidos)
 junto al resto de la administración (incluyendo al atamán:
 la máxima autoridad 
de la comunidad cosaca local) 
por toda la comunidad 
en forma democrática 
una vez al año,
 tradición interna cosaca 
que rige 
aproximadamente 
desde el siglo X 
 hasta ahora. 
El juez
 tenía facultad de aplicar el castigo
 a todos
 los miembros de la comunidad, mujeres y hombres, 
sin excepciones, 
inclusive al atamán.
 El atamán o hetman 
(jefe de una región 
o una comunidad, 
elegido democráticamente 
por todos 
una vez al año, 
mayor de 18 años, 
respetado y reconocido 
por toda la comunidad) 
goza de gran prestigio 
en toda su zona 
y es el comandante militar supremo 
en tiempos de guerra, 
mientras que 
en tiempos de paz 
es el administrador 
y la cabeza de la autoridad local. 
A partir del año 1891, 
comunidades cosacas 
oficializaron 
elevar el límite de edad 
para ser elegido 
para el cargo de ataman, 
a los 33 años 
como mínimo. 
Para se elegido 
como juez
 (“sudiá” en ruso) 
de la comunidad, 
el candidato debía tener, 
como mínimo, 
45 años de edad, 
además de contar 
con otros atributos 
y características adecudas. Absolutamente 
todos los cargos 
administrativos cívicos 
y militares 
cosacos
 pasaban por un proceso
 de elección interna 
de la comunidad.
 Entre otros cargos:
contador general 
(«kaznachéy»)
encargado 
de la administración del presupuesto 
y de los fondos comunes; 
secretario
 (“písar”),
encargado 
de llevar el control 
de la documentación 
interna y externa 
de la comunidad, 
etc. 
En los Krugs
 (asambleas populares), 
normalmente anuales 
se toman las decisiones 
importantes, 
inclusive las elecciones 
(o reelecciones) 
de las autoridades. 
En su estructura 
no hay grandes diferencias 
sociales 
y todos luchan 
y trabajan por el grupo, 
por su pueblo. 
Los residentes 
o vecinos 
de las poblaciones cosacas, 
no pertenecientes 
a la comunidad cosaca
 (“inogorodnie”, léase extranjeros) también 
podrían participar
 en asambleas populares 
cosacas 
(«krug»), 
siempre y cuando
se tratase de los temas 
que afectan sus intereses, 
sin embargo 
solamente 
con derecho a voz,
 no a voto.
 El derecho a voto 
en las comunidades 
cosacas 
se reservaba
 exclusivamente 
para los cosacos de origen.

Los tres ideales 
que rigen la sociedad cosaca son: libertad, 
tradición 
y disciplina. 
Los niños 
se apuntan desde jóvenes 
a las academias militares, 
y el sentimiento militar 
dentro de sus costumbres 
es muy fuerte. 
Si bien es cierto 
que la preparación militar 
era primaria, 
paralelamente
 cada miembro de la comunidad 
tiene libertad absoluta 
para escoger una profesión
 u oficio civil 
de acuerdo 
a su interés y habilidad personal, estudiar y formarse 
en ámbitos
 que no son necesariamente
 bélicos.

La solidaridad interna 
también
 está muy presente. 
A modo de ejemplo: 
en tiempos antiguos,
 en la comunidad cosaca
 de Zaporozhia 
(antepasados 
de los cosacos de Kubán, 
desplazados por las autoridades rusas a las costas del río Kubán 
y del mar Negro), 
a los jóvenes 
que son los únicos
 que mantienen a su familia, 
y son los únicos descendientes
hombres de familia, 
se les colocaba 
un pendiente en la oreja 
lo cual 
para un comandante 
significaba 
que les exime 
de las misiones peligrosas.
 En todo caso,
 aquello no impedía 
la participación de estos jóvenes 
en combates 
o misiones
 de alto riesgo, 
en estos casos 
la decisión 
de participar en ellas 
era voluntaria.

Las mujeres 
tienen un papel pasivo 
dentro de la sociedad,
 pero antiguamente
 llegaron a luchar
 junto a los hombres. 
Por lo general 
debían criar a los hijos, 
atender los campos y negocios
 y cuidar los bienes, 
mientras sus maridos 
permanecían fuera 
participando en campañas militares. Pero en ocasiones
 familias y comunidades enteras cosacas,
 incluyendo niños, 
mujeres y ancianos, 
seguían detrás de sus tropas 
con todas sus pertenencias 
(durante la guerra civil 
y después, 
cuando las tropas cosacas
 formaban parte del Ejército alemán
 en su lucha 
contra 
el Ejército Rojo).

El historiador 
John Ure 
explica esta fascinación 
que podían ejercer
 las cosacas: 

"Las mujeres 
en una stanitsa cosaca 
eran muy diferentes 
de sus congéneres 
del norte de Rusia, 
explica Ure, 
y radicalmente opuestas 
a las mujeres
 que podían encontrarse
 en un harén turco, 
más al sur. 
Las mujeres cosacas 
eran famosas 
por su independencia 
y espíritu;
 participaban 
en los mismos trabajos
 que los hombres
 y también compartían
 la camaradería en el campamento". 
De todas formas,
 la mujer cosaca, 
particularmente mayores,
 siempre 
goza de gran respeto 
en la comunidad
 cosaca. 
Si bien es cierto 
que las decisiones importantes 
de la comunidad 
siempre son tomadas 
por los hombres,
 las mujeres cosacas 
gozan de libertades 
y trato igualitario 
y de mucho respeto, 
inclusive
 desde el siglo XV, 
inimaginable 
en la sociedad 
de aquella época
 en otras naciones.

Al fundar 
una stanitsa 
(poblado cosaco),
 primero se levantaban 
una iglesia y una escuela 
(mixta: para hombres y mujeres)
 y sólo después 
se levantaba el resto 
de las construcciones:
hospitales, 
casas particulares, 
graneros, 
estructuras agrarias
 y administrativas...
 El nivel de educación 
en stanitsas cosacas 
era muy alto 
para aquella época,
 incluso 
en nuestros tiempos. 
En 1850,
 en Rusia 
el porcentaje de analfebetismo
 llegaba al 85%.
 Al mismo tiempo 
en las comunidades cosacas 
este índice 
no llegaba al 5%.
 Todo 
ese desarrollo cultural 
fue patrocinado y financiado únicamente 
por sus propios medios.
 El costo de educación
 siempre lo asumía
 la comunidad 
cosaca local 
preocupada
 por su futuro 
y creación 
de su propia
 clase intelectual cosaca,
 destinando 
grandes sumas de dinero 
de los fondos comunes.

Todas estas stanitsas 
enviaban a su juventud 
para largo servicio
 en regimiento 
y cada uno de ellos 
era equipado por sus padres 
con su propio caballo,
 montura, 
uniforme 
(de tradicional estilo cosaco), 
armas y municiones. 
Por lo tanto 
cada familia
 cedía al servicio militar, 
no solamente 
sus más fuertes, 
saludables y valiosos 
representantes, 
sino que patrocinaba también aportando 
significativas sumas de dinero 
para el equipamiento de sus hijo, jóvenes combatientes cosacos. 
A pesar de todo, 
se trataba de gente esforzada y trabajadora, 
con corazón e inteligencia 
que trataba de obtener 
el máximo provecho
 de sus tierras ricas 
en recursos naturales;
 sus stanitsas brillaban 
por sus logros económicos
 y culturales.

Durante la guerra civil y posteriormente, en tiempos soviéticos, el sistema administrativo, educacional y militar cosaco fue condenado a desaparecer. Durante mucho tiempo la pertenencia a la comunidad cosaca o la palabra misma «cosaco» significaría represión, hostigamiento, desplazamiento forzado, castigo o simplemente la pena capital - la muerte. Uno de los principales motivos para las políticas y prácticas de genocidio abierto en contra de la comunidad cosaca, aplicadas por las autoridades bolcheviques y del Partido Comunista y Socialista de la época, se puede ver en los comentarios de León Trotsky: “La comunidad cosaca es la única comunidad de todos los pueblos de Rusia con capacidad de auto-organización y autodeterminación. Por este motivo ellos (los cosacos) deben ser exterminados cabeza por cabeza (sic – “por completo”)”.

Semejantes comentarios de los líderes bolcheviques sobre la «aplicación del terror» (textual) se oficializaron el 24 de enero de 1919 por la Directiva del VTsIK (ВЦИК – en ruso) con decreto y Ley (!) «Sobre Exterminio de los Cosacos» (!) – un caso que no tuvo precedentes hasta aquel entonces en la historia de Rusia, donde toda una etnia completa fue declarada y condenada al exterminio de manera legal y por decreto. Existen decretos escritos, firmados por líderes comunistas de la época soviética ordenando literalmente «imponer el terror y el exterminio físico (textual) en las comunidades cosacas, sin discriminación edad y de sexo... y la expropiación total de sus bienes para el beneficio del pueblo soviético» (textual)...

(Fuente del Archivo: Izvestia, Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (K.P.S.S.), año 1989 , N°6, páginas 177-178 - Directiva del Comité Central del R.K.P. (Partido Comunista de Rusia), Firmado: Presidente del Buró Organizacional - Yákov Sverdlov, 24 de enero de 1919.)

El día 24 de enero es declarado por la comunidad cosaca en Rusia como el Día de Recuerdo Cosaco –en memoria y en honor al pueblo cosaco, víctima de la represión políticay de genocidio abierto, iniciado oficialmente con la firma del decreto el 24 de enero de 1919 por Yákov Sverdlov, uno de los máximos líderes del Partido Comunista de Rusia de la época. La represión y el exterminiosistemático del pueblo cosaco se prolongó por más de una década; desde el 1919 hasta el 1931 inclusive, causando la muerte de más de dos tercios de la población total cosaca. 70 años más tarde, en año 1991 fue aprobada la Ley de Federación de Rusia «Sobre la rehabilitación de los pueblos reprimidos». Con la aprobación de la Ley, la comunidad cosaca residente en Rusia fue reconocida como un pueblo que ha sufrido terror y represiones en el periodo del poder soviético y posteriormente rehabilitado por el Tribunal Supremo de Federación Rusa con Decreto Nº3321-1 del 16 de julio del año 1992, «Sobre la rehabilitación del pueblo cosaco». En este decreto, Tribunal Supremo de Federación Rusa declara como objetivo «la rehabilitación completa del pueblo cosaco y la creación de las condiciones necesarias para su renacimiento» y decreta ilegales y decide suspender «todas las acciones cometidas en contra del pueblo cosaco a partir del año 1918 específicamente relacionadas con represiones en su contra».

Hoy en día algunas comunidades cosacas exigen que se les devuelva las posesiones tradicionales y que se les otorgue la autoadministración para poder establecer sus leyes y costumbres en los territorios tradicionalmente poblados por cosacos. De todos modos actualmente los cosacos son tratados con respeto y se sienten parte de la sociedad civil de la Federación de Rusia - un estado multicultural, formado por más de 100 nacionalidades distintas que conviven en el mismo territorio bajo la misma Constitución y las mismas leyes. La misma situación se observa en Ucrania, donde los cosacos al igual que en Rusia forman parte inseparable de la historia del país.

Militarmente, los cosacos se dividían en ejércitos o huestes (voisko en singular, voiska en plural). Estos se dividían en regimientos, que a su vez estaban integrados por escuadrones (sotnias, palabra que significa centurias). Cada voisko estaba a cargo de un atamán, la máxima autoridad militar (en tiempos de guerra) y civil (en tiempos de paz) de las huestes y comunidades cosacas locales; la confirmación oficial en este cargo venía directamente del tsar (zar), pero el nombrado para el puesto debía ser siempre cosaco de origen.

La capacidad de respuesta de los cosacos ante una amenaza bélica era extraordinaria para la época. A modo de ejemplo – para una movilización masiva de un ejército regular de la época se necesitaba al menos 2-3 meses - entrenamiento básico y traslado inclusive. Sin embargo, la estructura organizacional cosaca en caso de un conflicto permitía triplicar la cantidad de combatientes movilizados de todas las tropas cosacas altamente capacitadas, sin necesidad alguna de preparación previa y desplegarlos en una a dos semanas. Al desatarse la Primera Guerra Mundial, en un tiempo muy corto sólo los cosacos de Kubán entregaron al Ejército de Rusia un número máximo de regimientos y batallones: 4 Sotnias de guardia, 37 regimientos de caballería, 22 batallones de infantería (cosacos «plastún»), 38 sotnias especiales (tropas especiales), 9 comandas de artillería montada y 11 sotnias de reserva.

Suministraban primariamente caballería al ejército del zar, aunque andando el tiempo proporcionaron también contingentes de infantería, e incluso baterías de artillería y aviadores. De hecho, el primer Comandante de la Fuerza Aérea Rusa, era el piloto de guerra general Vyacheslav Tkachov, cosaco nativo de Kubán.

En emboscadas, misiones de alto riesgo y operaciones especiales las tropas cosacas eran imbatibles. Las tácticas de guerrillasdesarrolladas y perfeccionadas por los cosacos para enfrentar y derrotar a sus enemigos son ampliamente utilizadas inclusive en nuestros días por las fuerzas especiales de todo el mundo. Sin embargo, los observadores militares occidentales tenían opiniones encontradas sobre su eficacia en las guerras, principalmente por su disciplina «poco convencional». De todas maneras, la importancia de los cosacos en el ejército zarista era tal, que aportaban cerca de las dos terceras partes de los regimientos de caballería en 1914, incluyendo el Konvói o escolta personal del Zar que estaba compuesto totalmente por integrantes cosacos de Kubán y del Térek. La Guardia Imperial, por su parte (el cuerpo de élite del ejército zarista), recibía aportes del voisko de cosacos del Don.

Un testigo describe el cruce de cordillera de los Alpes por las tropas cosacas en año 1945:

«...éste era un Ejército extremadamente extraño… (.) Con sus gorros de piel cosacos, sus largos bigotes tendidos y las botas hasta las rodillas les daban un toque muy especial y colorido… (.) …se trasladaban tradicionalmente con todas sus pertenencias cargadas sobre los carros y carretas, con sus esposas y niños, acompañados de miles de caballos… (.) Este era el cuadro restablecido de los tiempos de la guerra del 1812. Los cosacos son muy conocidos de ser los jinetes notables y por excelencia, y durante todo el recorrido confirmaban esta reputación. Las escuadrillas de caballería galopaban al revés y al derecho por todos los caminos, obstaculizando el movimiento no menos que los carros y carretas. Era absolutamente inútil ordenarles cualquier cosa: muy pocos de ellos entendían el idioma alemán ó inglés y los que sí entendían algo en otro idioma, de ningún modo manifestaban interés mínimo de obedecer a las órdenes de los ingleses o de cualquiera que no era su comandante cosaco. Con todo ese caos solamente podíamos maravillarnos cómo ellos de una manera extremadamente rápida y ordenada respondieron a la orden de reunirse en los puntos planificados de concentración – ya en la mañana del día siguiente todos ellos estaban en los lugares asignados.

¡Absolutamente todos - hombres, mujeres, niños, su equipaje, sus miles de caballos, los carros y carretas, las vacas y buey, incluso los camellos!»

N.D.Tolstói, «Las víctimas de Yalta», capítulo 7

Quizás una de las proezas militares más grandes de los cosacos haya sido el servicio prestado al Ejército del Imperio ruso, durante la invasión napoleónica, a principios del siglo XIX. Como los franceses, el teórico prusiano de la guerra, von Clausewitz, habría de asombrarse por el modo en el que los cosacos se lanzaban con la mayor ferocidad sobre la retaguardia de las tropas de París que se retiraban en desorden y en pleno invierno de Rusia. Las tropas rusas llegaron hasta la capital francesa, junto con los cosacos, y uno de ellos, el atamán Matvéi Plátov, habría de hacerse famoso entre los ingleses y desfilaría con sus tropas cosacas en Hyde Park. En Londres, como antes en París, los legendarios cosacos se habían convertido en una de las grandes atracciones del público que asistía a los desfiles de la victoria contra Napoleón.

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3.
¤ Euskaldunontzat atzizki bat:

'1868an liberalek Isabel II.a kanporatu eta Madrilen politika laiko eta aurrerakoiari ekin ziotenean,
Euskal Herrian ordura arte nahiko isilik zeuden karlistek indarra hartu eta erlijio katolikoaren defentsan hasi ziren mobilizatzen,
Karlos erregegaiaren inguruan:

"...aitaren seme irtengo gera Karlos Borbonen soldado /
bandera beltzak jarri ez gaitzan lege zikinen esklabo."

1872ko apirilaren 21a arte ez zen matxinadarik izan ordea, lau urtez tentsioak eta ezinikusiak elikatu zituzten beraz.
Gerrilari karlistek segituan bereganatu zituzten Euskal Herriko eskualde gehienak, hiriburuak eta zenbait herri koxkor izan ezik.
Espainian Errepublika aldarrikatzeak are gehiago piztu zuen katolikoen sua eta 24.000 txapelgorriz osatutako armada izatera iritsi ziren.
Baina Madrilgo “alborotuak” amaitu zirenean, behin Alfontso XII.a berrezarrita, liberalen armadak, profesionalagoa eta hornituagoa, problemarik gabe zapaldu zituen karlista insurrektoak:

"Karlistak irten giñan fedearen alde,
fanfarroi gerrarako giñanak alegre;
alferrik lan eginda umilduak gaude,
gure enpeño hoiek juan dira debalde."

1876ko otsailean Karlosek muga igaro zuen eta urte horretan bertan abolitu zituzten foruak Canovasen ekimenez. Milaka hildako eta erbesteratu zenbatu ziren lau urtean, gerra totala izan baitzen hura, eta arlo guztietan ireki ziren lubakiak.
Zentzu horretan, alde bietako propagandak berebiziko garrantzia izan zuen, eta herri alfabetatu gabean, bertso-paperak arma ikaragarria bihurtu ziren.'

(Urko Apaokaza Avila,
    Argia,
    2011ko maiatzaren 22a)

@fga51

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