jueves, 4 de febrero de 2021

La peste antonina y la historia que se repite: influencia en la Historia de Europa, Iberia / Hispania y  Vasconia.






I.-
La peste antonina (165 -180 d.C.) conocida también como la plaga de Galeno, porque fue este famoso médico quien la describió, fue una pandemia de viruela que afectó al Imperio romano.
Fue portada por las tropas de Lucio Vero que regresaban de la guerra contra los partos en Mesopotamia.
La epidemia causó la muerte de Lucio Vero, quien falleció en el 169 como corregente de Marco Aurelio, cuyo nombre de familia, "Antonino", quedó asociado a la pandemia.

La enfermedad volvió a brotar nueve años más tarde y causó hasta 2000 muertes al día en Roma, una cuarta parte de las personas infectadas.
Se ha estimado que perecieron en el Imperio cinco millones en total, aproximadamente un tercio de la población en algunas zonas, y además diezmó seriamente al ejército romano.

El famoso médico griego Galeno regresó a Roma el año 168 convocado por el Emperador y estuvo presente en el brote epidémico entre las legiones estacionadas en Aquileia, durante el invierno de 168-169.
(La información proporcionada por Galeno no define claramente la naturaleza de la plaga, pero los estudiosos han preferido generalmente diagnosticarla como viruela.)

La peste antonina y la posterior peste de Cipriano (251 ~ 270 d.C.) fueron brotes de dos enfermedades diferentes.

La epidemia tuvo drásticos efectos sociales y políticos en todo el Imperio romano.
El reinado de Marco Aurelio 
constituyó un punto de inflexión en muchas cosas y no hay duda de que esas crisis posteriores se originaron a causa de la plaga.
El mundo antiguo nunca se recuperó del golpe que le asestó
la peste que lo arrasó en el reinado de Marco Aurelio, influenciando
crisis de consecuencias políticas y económicas.

Algunos de los efectos directos de la epidemia son dignos de ser mencionados. Cuando las legiones imperiales se trasladaron al este bajo el mando de Vero después de que los partos atacasen Armenia, la defensa de los romanos de los territorios orientales se vio afectada, porque un gran número de soldados sucumbieron a la enfermedad.
Algunas aldeas y ciudades hispanas e italianas y de otras provincias europeas perdieron casi todos sus habitantes.
A medida que la enfermedad se propagaba por el norte hasta el Rhin, también fue contraída por los pueblos germanos y celtas de fuera de las fronteras del Imperio. Desde hacía varios años, estos grupos del norte presionaban hacia el sur en busca de tierras para sostener sus creciente poblaciones.
Con sus filas diezmadas por la epidemia, las legiones romanas no fueron capaces de rechazar a estas tribus.

Desde el año 167 hasta su muerte, el emperador Marco Aurelio dirigió en persona varias legiones cerca del Danubio, tratando de controlar, con un éxito parcial, el avance de los pueblos germánicos a través del río.
Una gran ofensiva contra los germanos se aplazó hasta el año 169 debido a la escasez de tropas.

Durante la campaña germana, Marco Aurelio escribió en griego su obra filosófica Meditaciones. En un pasaje, el IX-2, afirma que incluso la peste que le rodea es menos letal que la falsedad, la mala conducta y la falta de un verdadero entendimiento.
Mientras agonizaba por la viruela el año 180, Marco Aurelio pronunció estas palabras:
"No lloréis por mí. Pensad en la pestilencia y la muerte de tantos otros".
(Fuente : Wikipedia)

II.-
No hubo clase social que se librara de la peste antonina, lo que demuestra la virulencia de la pandemia, sobre todo considerando 
que las clases altas tenían mejores condiciones sanitarias y alimentarias.
La plaga afectó a todos por igual, incluso el mismísimo emperador Marco Aurelio falleció a causa de la viruela el sño 180, no sin antes expresar en sus últimas palabras su preocupación por las gentes afectadas por la epidemia.

Roma, la ciudad eterna, sufrió el embate con mayor dureza por la cantidad de población aglomerada y hacinada (~ 1 millón de personas).
Muchas actividades económicas tuvieron que paralizarse a medida que se establecían las paces con los enemigos de Roma, en las cuales se estipulaba su ingreso para establecerse como colonos para trabajar la tierra y
ser soldados.
En otros casos, como en Hispania,
la epidemia terminó con la labor minera: subió el precio de los esclavos y de la mano de obra, obteniéndose ganancias menos lucrativas que antaño (los romanos eran unos 'civilizadores' genocidas y explotadores).

Las legiones se resintieron, el reclutamiento se hizo forzoso, reclutando esclavos, delincuentes, forajidos y gladiadores en ellas.
Se llegó a tal punto que Roma tuvo que contratar mercenarios e incluso utilizar las fuerzas de los bárbaros aliados.
Marco Aurelio ordenó preparar para la milicia a esclavos a los que dio el nombre de «voluntarios». 
Equipó con armas también a los gladiadores y enroló como legionarios a ladrones en Dalmacia y en Dardania.
Armó también a los «diogmitas» y utilizó como tropas auxiliares mercenarias a los germanos. 
La situación debió de haber sido extremadamente crítica, lo que generó un clima de inestabilidad social.

El impacto de la peste fue importante en la población del Imperio Romano; se perdieron vidas humanas de manera trágica, pero sobre todo puso en jaque la llamada época de oro, puesto que mientras la peste cobraba su punto álgido el Imperio enfrentaba guerras en diferentes frentes. 
Claramente la peste terminó por alterar la pax romana asestando un rudo golpe a la paz y estabilidad imperial.

Nos referimos a esta epidemia como una peste de carácter global en dos sentidos:
1.
Un sentido geográfico, ya que la facilidad de movimientos y los contactos entre las diferentes culturas facilitó la rápida difusión de la peste a lo largo y ancho del Imperio Romano.
2.
En segundo lugar, porque los impactos de la pandemia fueron globales, afectando a la sociedad, al sistema de creencias religiosas, al ejército y a la economía del Imperio Romano.

No hubo parte del Imperio Romano que de alguna manera no se viera afectada por la epidemia, las clases dirigentes se vieron sacudidas, los pobres morían, la mano de obra y los soldados escaseaban.
La coyuntura se hizo crítica, no en una parte del Imperio solamente, sino para todos los que formaban parte de una sociedad y territorio común, en mayor o menor intensidad.

(Fuente :
Andrés Sáez,
Universidad de La Frontera,
Temuco,
Chile)

III.-
Marco Aurelio fue emperador, militar, filósofo estoico, buen gobernante y mejor persona.
Bajo el imperio de Marco Aurelio la situación de los cristianos se mantuvo igual que en la época de Trajano: eran legalmente más vulnerables que el resto de la plebe, pero las persecuciones se tornaron muy escasas.
Cuando en el año 177 d.C. y a causa de una revuelta popular, se produjeron matanzas de cristianos en la ciudad galo-romana de Lugdunum (Lyon en la Francia actual), el gobernador local remitió una consulta sobre las medidas que debía tomar al respecto; Marco Aurelio le contestó que debía perdonar, pero solamente a aquellos que no renegaban de su fe.

La peste antonina y sus consecuencias fueron el origen e inicio de la caída definitiva del Imperio Romano de Occidente, tres siglos después.
Los bárbaros no invadieron el Imperio, sino que Roma se quedó sin legiones y contrató mercenarios bárbaros, firmando acuerdos con los pueblos bárbaros de su limes, para controlar el acceso al Imperio a cambio de cesiones territoriales.
En nuestro caso más cercano, otorgó a los visigodos un reino en el  sur de la Galia, en la Aquitania con capital en Toulouse, para frenar a los francos.
En Aquitania habitaban la Novempopulania nueve tribus vascas, con estatus especial diferente de la Galia, desde el Garona a los Pirineos. Por lo que los vascones, la mayor tribu vasca al norte y sur de los Pirineos y aliados de Roma, pasaron a ser ya para siempre enemigos de los visigodos y eficazmente resistentes a su dominio: su dolor de cabeza y la piedra en su bota.
El Imperio Romano de Occidente cayó administrativamente en el año 476 d.C,  por falta de suministros en Roma y sucesivas devaluaciones de la moneda (desde la peste antonina) lo cual acabó en la quiebra del tesoro y el agotamiento de las arcas romanas: fin de las legiones mercenarias, fin de la administración romana, fin de sus leyes, administración e impuestos, fin del Imperio; sálvese quien pueda y el que más pueda, capador. Al fin y al cabo, es lo que había sido y hecho Roma (y luego ha hecho todo el que ha podido): imponer su cultura llamándola civilización, cometer genocidios, saquear, oprimir, esclavizar, matar, crucificar, robar materias primas y alimentos, reclutar guerreros e imponer impuestos, tomar rehenes, llevarse mujeres y a veces aliarse.

Por aquel entonces, cruzaron el Pirineo (cuyos pasos habían  vigilado y defendido los vascones de ambos lados) los suevos, vándalos y alanos y Roma pidió a los visigodos que los expulsasen de Iberia/Hispania. Así lo hicieron, salvo los suevos que se quedaron en Galicia. Y los visigodos se quedaron, con capital en Toledo, hasta la invasión musulmana del año 711, en que pasaron a Cangas de Onís y luego a Oviedo.
Entonces había tres Vasconias
(Vasconia > Wasconia > Guasconia
> Guascuña > Gascuña)
1.
La Vasconia peninsular, al sur del Pirineo:
Desde el este de Cantabria hasta Cataluña y desde el Pirineo hasta el norte de Soria.
2.
La Spanoguasconia continental:
Desde los Pirineos al Garona.
3.
La Guasconia continental:
Desde el Garona hasta el Loira.

Los francos ocuparon Galia y Aquitania, creando desde el Garona al Pirineo un Ducado de Vasconia.

Los vascones fueron aliados de Roma, y quedaron libres de su aaministración, contra visigodos y francos, al sur y al norte del Pirineo, llamado por los eúskaros: Auñamendi.

Cuando llegaron los musulmanes (año 711),  los vascones fueron sus enemigos cuando les atacaban y sus aliados cuando les convenía.
La relación con ellos fue ambigua.
Los vascones eran religiosamente nada extremistas, basicamente paganos animistas con una capa superficial de cristianisno y muy tolerantes con el Islam, no así con sus intentos de dominación.

El reino de Pamplona iniciado por Enneco Aritza el siglo IX, llegó a ser en el siglo XI, con Sancho Garcés el Mayor, el mayor reino cristiano peninsular y más grande que el de León (devenido de los visigodos de Oviedo), y los francos fueron rechazados del Pirineo, salvo en la Marca Hispánica: Cataluña y Rusillón.

De los vascos autrigones surgió en Vardulia el Condado de Castilla, posterior Reino de Castilla.
Del Reino de Pamplona surgió el Condado de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, posterior Reino de Aragón.
El Reino de Castilla quitó al de Pamplona: Rioja, Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
El Reino de Aragón quitó al de Pamplona: Jaca y Huesca.
El Reino de Pamplona pasó a ser Reino de Navarra.
Castilla invadió Navarra a principios del siglo XVI.
Los Austrias respetaron los Fueros vascos.
Al terminarse la Casa de Austria, los vascos apoyaron a los Borbones y conservaron sus Fueros hasta el siglo XIX.
Tras las Guerras Carlistas, en 1876 (y 1.400 años después de la caída del Imperio Romano de Occidente) el  Borbón Alfonso XII y Cánovas del Castillo proceden a abolir los Fueros vascos.
Como consecuencia, se desarrollan en Vasconia la minería, la industria, las navieras y el fútbol, surgiendo en Euskal Herria, a la vez, el nacionalismo y el socialismo.
Llegó la 2a. República y tras ella la Guerra Civil y el Estatuto Vasco de Autonomía.
Ganó el fascismo franquista rebelde y tanto el nacionalismo como el socialismo fueron literalmente machacados.
Al morir el dictador en el año 1975, volvió la monarquía borbónica parlamentaria y pseudodemocrática, y en 1985-1986
Europa entró en España.

Ahora está cayendo un Imperio Mundial, mientrad nacen otros dos (o tres).

La Historia se repite.
La ciencia y la tecnología no se repiten, sino que avanzan en el descubrimiento (quizá no en el buen uso) de las leyes del Cosmos y de la Naturaleza.

( @fga51 )

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