jueves, 26 de marzo de 2020

Consideraciones antropológico - prehistórico - mitológicas sobre la cojera.




Ser cojo o lisiado, cojear, caminar muy mal o mal, supone no poder correr, ni cazar con armas de piedra animales mínimamente veloces integrando un grupo de caza paleolítico, ni para la guerra en ninguna época, y mucho menos en lucha de movilidad y agilidad con armas metálicas pesadas en enfrentamiento a campo abierto en formación o individual.
Todo un problema para un hombre de la prehistoria, y téngase en cuenta que entonces no era nada difícil sufrir una lesión de pie, tobillo, rodilla, etc, que originase cojera y fuese causa de incapacitación o minusvalía, aunque fuesen fuertes y elásticos por el contínuo ejercicio las lesiones abundarían.
Sin embargo nunca se ha escrito nada a este respecto, salvo en un caso de la mitología griega que veremos a continuación.

En el paleolítico eso era muy grave, vital, porque sin poder cazar sólo podía recolectar (tarea de mujer¿?) o elaborar armas u otros objetos (tarea de anciano). Pero el gran problema era retrasar al grupo en sus migraciones periódicas, lo cual no se podía admitir por supervivencia vital. Me temo que fuese abandonado y por tanto muriese (hambre, frío, depredadores, etc.).
En el paleolítico superior es muy posible que fuese muerto y comido por el grupo (canibalismo).

En el Neolítico ser cojo pudo ser más llevadero tras la llegada de la agricultura, el pastoreo y el sedentarismo que ello supuso, con el surgir de las poblaciones estables y las tareas que no requerían mucha velocidad sino trabajo en los campos cercanos a un poblado y/o elaborar artesanía que ya requiere otro tipo pericia, habilidad y adiestramento del vínculo cerebro-mano que ha hecho evolucionar a la especie Homo Sapiens.

No en vano, en la mitología griega, Hefaistos (el Vulcano latino, de donde viene volcán) era feo y cojo, dios del fuego y de la fragua, dios de los herreros, que suscitaba risas entre los otros dioses con su torpe y apresurado caminar. Es el único dios trabajador, por cierto, y además dios de los artesanos.
Cojo era, como ya se ha dicho, o más bien lisiado, y forjaba el bronce en su fragua y su yunque, es decir que era lo que luego se llamó herrero o ferrón: la alta tecnología de la Edad de los Metales (armas y objetos de cobre, bronce, hierro, etc.)
En los tiempos arcaicos muchos herreros fuertes debían de ser cojos en la realidad para que la mitología nos pinte así la figura del buen Hefaistos, a quien, no se sabe si Zeus o Hera, había dejado cojo y a quien su esposa Afrodita engañaba con el bruto de Ares, dios de la guerra bestial.
Atenea era muy sabia y guerrera también, peleaba en la primera fila de las batallas (Atenea Promākhõs: que lucha delante, en la primera fila), pero con astucia e inteligencia.
No en vano Odyseus era su protegido: astuto rey guerrero micénico de la Edad del Bronce (hace ~ 3.250 años) que no era el más fuerte sino el más habil, tramposo, mentiroso y de variadas actitudes (Odyseus Polytropos).
En la Ilíada Aquileus le dice a la cara a Odyseus cuando va a hablar con él enviado por Agamenón para convencerle de que vuelva al combate:

"No me gustan los que piensan una cosa y dicen otra."

En la Odisea, Odyseus afronta, con la ayuda de la diosa, fatigosas y largas tareas.
Los compañeros de Odyseus murieron todos, por su poca cabeza, y él sobrevivió por su astucia: prototipo del humano que usa su cabeza, no sólo su fuerza, como su principal arma en las luchas que presenta la azarosa y fatigosa vida humana.

@fga51
Marzo 2020
(Confinado en casa durante la pandemia del coronavirus
COVID19 / SARS - CoV - 2)


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