martes, 16 de septiembre de 2014

Joseph Henry y la visión sistémica, o el origen de la meteorología científica.


 

Sólo las personas sin visión sistémica piensan que siempre 1+1=2.
En la época en que la comunicación instantánea entre diferentes localidades era inexistente muchos intentaban resolver uno de los cálculos más complejos a los que se ha enfrentado la Ciencia: la predicción del tiempo atmosférico o meteorología. No es exagerado decir que este cálculo es de los computacionalmente más exigentes que existen. Hoy en día los tres supercomputadores más potentes del mundo están exclusivamente dedicados a la increíblemente compleja tarea de obtener predicciones meteorológicas.
La meteorología es una ciencia tan antigua como la Humanidad. Ya Varahamihira en la antigua India y Aristóteles en la antigua Grecia escribieron sendos tratados de meteorología. Hubo un tiempo en que los meteorólogos intentaban predecir el tiempo de y en su localidad. Los pastores estudiaban los tipos de nubes y, posteriormente, los científicos provistos de equipos de medida tales como termómetros, barómetros, anemómetros, higrómetros y pluviómetros, desarrollaban complejas fórmulas matemáticas con las que relacionar las variables medidas,  pero logrando así predicciones del tiempo atmosférico que sólo eran válidas para unas pocas horas.
Joseph Henry (1797-1878) fue, entre otras muchas cosas, el inventor del relé electromagnético, el cual sería el componente que permitió patentar el telégrafo a Samuel Morse en 1832. Hoy en día la unidad de la inducción electromagnética es el Henrio en honor de Henry, que había descubierto la inducción electromagnética más o menos a la vez que Faraday, pero en cuya publicación se retrasó, con lo que el descubrimiento se le concedió a Faraday.  
Fue Henry quien supo mirar más allá que sus coetáneos y analizó el problema de la meteorología desde un punto de vista sistémico. Así se dio cuenta de que el tiempo atmosférico no es un fenómeno local sino de escala planetaria. Las masas de aire atraviesan los continentes, y los vientos que llegan a una localidad han pasado previamente por otras.
Conociendo las posibilidades del recientemente instalado sistema de telegrafía en los Estados Unidos, se puso en contacto con las diferentes estaciones meteorológicas, primero de su Estado y después de todo el país. Recibía la información por vía telegráfica y clavaba con chinchetas de colores sobre un enorme mapa de Norteamérica todos los datos de temperaturas, humedades y presiones. De esta manera fue como descubrió que los puntos con la misma presión atmosférica creaban enormes líneas isobáricas que atravesaban el continente, y que los puntos con las mismas temperaturas creaban frentes fríos y calientes que al chocar entre sí provocaban las precipitaciones.
Así fue como mirando el problema en su conjunto, con visión sistémica, pudo comprender el complejo comportamiento de la atmósfera terrestre, cosa a la que no hubiera podido llegar analizando aisladamente los datos de cada estación por separado.
Joseph Henry supo ver que, en un sistema, el total es más que la simple suma de sus partes, ya que a éstas se le añade la sinergia que se crea entre ellas.
Y es que puede decirse que en la Naturaleza, uno más uno es casi siempre más que dos. ¿Pero cuánto más?: depende, esa sí que es la operación más difícil del mundo.
Fuente: EGA.