Mostrando entradas con la etiqueta Inteligencia Emocional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Inteligencia Emocional. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de abril de 2024

Sobre el miedo y el pensamiento "positivo" en la vida cotidiana.




La mitología dice que cuando los propios dioses tuvieron miedo a la muerte, se refugiaron en el conocimiento, se volvieron inmortales, y… sin temor. Y a esa condición pueden aproximarse los humanos; en lo cual reside la vida feliz, en un sentimiento de inmortalidad sin miedo.

Experimentar miedo es una señal positiva, de protección, todos lo experimentamos alguna vez, es normal. Cuando percibimos una amenaza y teniendo en cuenta que una amenaza se convierte en tal cuando no tenemos los recursos necesarios para resolver el problema, sentimos una angustia que será mayor o menor según cada persona.

Sin embargo, cuando éste sentimiento se dirige a un motivo sin fundamento,  se transforma en irracional, persistente,  inmoviliza, y en ese momento comienza a ser nocivo, y es preciso controlarlo, porque el miedo que no se supera  puede durar toda la vida.

Dicen que el miedo se alimenta de sí mismo. Funciona como un círculo dando vueltas sobre sí mismo. Conocer el círculo del miedo  puede proporcionar los recursos necesarios para afrontarlo de manera correcta.  Madame Curie dijo: “dejamos de temer aquello que empezamos a conocer”.

Seguramente, de pequeños, todos hemos tenido miedo a algo o a alguien en especial. Con el paso de los años, algunos temores desaparecen y otros no, o peor aún, puede que hayan crecido.

La lista de a qué o a quién tenemos miedo puede ser interminable, y depende de los miedos que tenga cada uno: a un familiar, a un compañero, a que te ataquen, a no ser querido, a sufrir, al abandono, a no encontrar trabajo o a perderlo, al fracaso, a la pérdida de un ser querido, a perder algo o a alguien, a morir,… o incluso a subir a un avión.

A veces nos obsesionamos tanto con algo que aún está por suceder,  o que puede llegar a pasar, que perdemos de vista lo que tenemos por delante. Es como si por miedo a que entren ladrones en casa, no nos fuéramos de vacaciones, o como si por miedo a que nos abandonen emocionalmente, no tuviéramos una relación de pareja estable.

El tema es que necesitamos aprender a ser felices aunque no tengamos todo lo que creemos que necesitamos para ello. Habría que reconocer nuestros miedos, afrontarlos, dejarlos atrás, y una buena forma es mejorar nuestra autoestima. El miedo ofusca nuestra mente y nuestro entendimiento, por eso debemos atacarlo por todos los flancos.

A veces, frente a una determinada situación, el círculo del miedo se activa  a través de una imaginación exagerada. Todo comienza cuando empezamos a dar rienda suelta a nuestra mente. Empezamos a recorrer las fases del miedo, cuando pensamos que nos va a pasar lo peor frente a cualquier situación.

Por ejemplo, para una persona que nunca ha hablado en público, por el mero hecho de pensar que tiene que hacerlo, inmediatamente se activan en su mente ideas que harán de ese momento una situación traumática. Esto nos causa  miedo, nos paraliza, en nuestra imaginación nos diremos muchas cosas a nosotros mismos. ¿Y si no me sale nada?, ¿Y qué pasa si me olvido de lo que tengo  que decir?, ¿Y si piensan que lo estoy haciendo mal?,… ¡Voy a hacer el ridículo!. Cuando frente a una situación nos imaginamos exageradamente lo peor, habremos entrado en el círculo del miedo. La  imaginación activa el miedo, y el miedo se dispara, y empieza a crecer.

Los pensamientos negativos, recién elaborados, que nos decimos a nosotros mismos ya  causan miedo, y éste va a activar más intensamente la percepción negativa de la realidad, y comenzará a distorsionarla. También el cuerpo lo acusará, y se volverá torpe, los nervios se activan; sudarán las manos y la frente, el corazón se acelerará, la voz fallará...Todas estas respuestas corporales hacen que  todo lo temido suceda.

Tendemos a no correr riesgos, porque tenemos miedo a lo desconocido, pero en realidad, es un miedo a  perder lo conocido. El creciente miedo,  crecerá hasta tal punto que bloqueará todo el cuerpo. Entonces lo más probable es quedarse sin voz. El miedo paraliza. Además, el miedo hace que uno se mueva en la dirección opuesta a la que le conviene ir. Acelera de tal modo que hace huir en dirección equivocada.

Cuando la imaginación induce al miedo, éste nos paraliza o nos acelera, y esa  emoción queda grabada en nuestra mente. Después, cuando nos enfrentemos a una situación similar, el primer recuerdo que tendremos será de freno o aceleración. Esa mala experiencia será  el primer recuerdo que acuda a nuestra mente cuando se repita la situación. Experimentado el miedo,  hace que la persona vuelva a ver y a sentir la experiencia traumática. A la persona le sobreviene de golpe la imagen o escena, volviéndole ese dolor traumático nuevamente. La persona vive con miedos extremos, miedo a que se repita, y entonces cualquier cosa puede asociarse a la experiencia traumática. Un dolor, un lugar, una fecha inmediata, una persona, disparan por asociación esa experiencia traumática del pasado. Hay veces que se empieza a desarrollar una hipervigilancia, ya que el hecho vivido les hace permanecer en un estado de paranoia y de persecución permanente. Otras personas ven todo con vulnerabilidad, con miedo a que les vuelva a pasar. Y cuando éste pensamiento está instalado, la persona sentirá que sus defensas han caído y sufrirá un estado de indefensión y de baja estima.

Todas esas sensaciones nos generan grandes dosis de emociones: miedos, culpas, inseguridades que muchas veces, en vez de afrontar, preferimos esconder.  Hay quienes hacen un intento por eliminar completamente los sentimientos. Personas que aíslan el sentimiento, el recuerdo, y se observa con asombro cómo lo cuentan, sin transmitir ningún sentimiento. Al oyente le puede impactar, pero el que lo está contando  lo hace fríamente, porque es una persona herida que está usando un mecanismo psicológico que se llama disociación, por el cual la persona exterioriza la emoción, pero al mismo tiempo la reprime.

En vez de pensar en ocultar los miedos, podemos decir:  “voy a expresar mis temores correctamente”. En vez de decir: “tengo que dejar de pensar en esa idea”,  se debe reemplazar directamente por otra positiva. Hay que tener en cuenta que no podemos modificar las conductas de  otros, pero sí tener dominio sobre nuestras conductas, y nuestra mente.

Un psicólogo de la Universidad de Stanford, llamado Albert Bandura, creó el concepto de la “autoeficacia”, y dijo que nace de evaluar las capacidades de cada uno, y sus circunstancias. Crecerá el sentido de autoconfianza  haciendo un análisis ,  evaluando la situación,  y teniendo en cuenta los puntos fuertes.

El primer paso es reconocer que tenemos miedo, esa es la forma de hacerle frente y vencerlo. Si avanzamos hacia lo nuevo, será un desafío que nos permitirá enfrentarnos a algo que antes no habíamos experimentado o hecho. El miedo indica eso, que estamos haciendo algo nuevo. Antes de afrontar una nueva acción que nos cause temor, debemos pensar en cómo afrontar y resolver los miedos que surjan. A eso se le llama pensamientos de acción, o pensamientos de previsión. Antes de que el temor dispare la imaginación,  se comienzan a elaborar pensamientos de solución.
Las personas que viven refugiadas en su miedo, pensando solo en sí mismas y en sus propios temores, hacen que al no compartirlos con otros, crezcan los síntomas.

Detrás de todo gran miedo, hay un gran temor:  el temor al abandono. En el fondo, siempre subsiste ese gran temor. Una buena forma de superarlo es perdonando a las personas que nos lo  hicieron sentir.

La otra cara del miedo es la motivación. Hay que establecer nuevas metas para animarse. Si se tienen sueños y proyectos, no hay que perder el tiempo pensando en los miedos. Si no se arriesga nada, no se logra nada. La vida puede ser hermosa, y emocionante, para bien o para mal, por lo menos para quien sea una persona lúcida y capaz de correr riesgos, aunque éstos asusten. Cada uno debe intentar poseer el control de su vida. A eso es a lo que se llama vitalidad y valentía.

No pocas veces, los miedos son infundidos interesadamente como mecanismo de control. Una persona asustada se convierte en alguien dócil y manejable. Pero se puede luchar contra eso, no dejándose intimidar por las ideas. Una cosa es que alguien te apunte con un arma, lo cual intimida y es peligroso, y otra muy diferente es dejarse intimidar ideológicamente. Muchas personas con poder, rango, o responsabilidades públicas, utilizan el amedrentamiento como forma de dirigir (confunden dirigir con mandar, y la autoridad con el autoritarismo). Hacen de meter miedo su herramienta de trabajo. Las personas que obran así son cobardes, sin talla, y sin ideas, y ocultan su bajo perfil de ese modo. Con esa gente la tolerancia debe de ser cero.
En opinión de Imanol Querejeta:

 “Una persona es valiente por cómo afronta la vida, y por cómo supera el miedo a los peligros. Y es cobarde por muchas razones, entre otras, por esconderse siempre, y por abusar de su posición.”

Como se ha dicho, cuando percibimos una amenaza, nuestro cuerpo reacciona. Cualquiera puede reconocer las expresiones corporales externas del miedo: respiración acelerada, pulsaciones aceleradas, sudores fríos, pelo de punta, palidez…Es curioso cómo a veces algunas personas se tensan y asustan involuntariamente cuando detectan estos síntomas en otro congénere, por ejemplo viendo a un actor en una película de terror. Hay gente que va al cine, y desde sus butacas olvidan momentáneamente su posición de espectador, mostrando empatía con la situación del personaje acechado, y a la vez disfrutan con la película.

Aunque menos evidentes, hay otras acciones inmediatas que desencadenan el miedo en nuestro cuerpo. El hígado moviliza nutrientes para disponer de energía rápida, la sangre se dirige a los músculos que deben ser oxigenados para huir, las pupilas se dilatan, la presión sanguínea aumenta, el sistema nervioso central permanece más activo y en alerta, las arterias se dilatan, y se agudizan los sentidos. Como dice Idoia Múgica, estos efectos podrían estar destinados a una defensa inmediata o una huída, en definitiva, sacan a relucir el yo más capaz o más fuerte. El sistema nervioso simpático coordina las decisiones a tomar, que se harán de manera automática o instintiva, sin pensar. Son fundamentales dos sustancias: la adrenalina y la noradrenalina, segregadas por las cápsulas suprarrenales. Ambas son hormonas y neurotransmisores. De hecho, se habla a menudo del “subidón de adrenalina” que producen las experiencias fuertes, como por ejemplo los deportes de riesgo.
Parece ser que éstos deportes triunfan cada vez más debido a la adicción a la adrenalina. La búsqueda de la secreción inmediata de esa droga endógena, es decir, una sustancia que fabrica nuestro propio cuerpo, sería el motivo por el cual gusta exponerse al peligro. Pero es que una vez desaparecido el riesgo, tras haber superado el miedo, a medida que descienden los niveles de adrenalina, el cuerpo se recompensa con otros neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, que nos hacen sentir bien y se asocian con el placer, y se presentan tras un esfuerzo extraordinario, a modo de recompensa, produciéndonos sensación de bienestar. Películas de terror, hacer “puenting”, caída libre, salto base, montañas rusas…todas estas actividades buscan activar nuestro sistema de respuesta ante el peligro. El ser humano sigue buscando las emociones, incluso provocándolas.

¿Qué ocurre cuando tenemos miedo?: una de las explicaciones que se dan desde un punto de vista casi filosófico es el mecanismo de respuesta lucha o huída (“fight or flight”, como se dice en inglés). Viene a significar que habrá una serie de reacciones fisiológicas que nos prepararán bien para huir del peligro, o para hacerle frente.

Se puede frenar el círculo  dañino del  miedo usando la imaginación de manera positiva, para visualizar aquellas cosas que interesan en la vida.  Hay que alimentarse de pensamientos sanos, positivos, de esperanza. Deshacerse de todo mal recuerdo del pasado, y vivir el presente de manera que seamos capaces de crear buenos recuerdos para el futuro. No hay que alimentar los miedos con pensamientos que  paralicen.

El miedo se manifiesta como ansiedad, aprensión, temor, preocupación, consternación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror, y en caso de que sea psicopatológico, fobia y pánico. Dentro de esta emoción primaria, éstos son algunos de los miembros de esta familia del miedo.

Dice Goleman, que quienes hayan desarrollado adecuadamente las habilidades emocionales, suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y más capaces de dominar los hábitos mentales. Quienes, por el contrario, no pueden controlar su vida emocional, se debaten en constantes luchas interiores que socavan su capacidad, y les impide pensar con la suficiente claridad.
Así como pienses, así serás, terminarás actuando de esa forma...

(Extractado de trabajo de N.B.)


sábado, 8 de julio de 2017

Mandar callar, o el monopolio de la palabra.



(A una profesora, que me 'mandó' callar por llevarle la contraria, y luego en otro curso cambió sus tesis.)


¿Cuáles son tus curiosas pretensiones
cuando hasta mí te llegas sin aviso?
¿Acaso has recordado que yo guiso
en el puchero muchas opiniones?.

Cursos hace te dije que supones
que todo alumno debe ser sumiso,
sin percatarte de que, claro y liso,
algunos pueden darte a tí lecciones.

Para enseñar hay que saber muy mucho
y exponer con absoluta sencillez,
causas y efectos explicar no escucho.

No se debe cambiar todo a la vez,
evolución vale, si en algo eres ducho,
pero tú corriges lo que fue sandez.

Pues bien, sigo en mudez,
si ya entonces de tu curso me marché,
cómo piensas ahora verme: te escuché.


viernes, 7 de julio de 2017

El Ego son tres letras con 4P.



El Ego consta de 4P:

•Posesión.
•Poder.
•Prestigio.
•Placer.

Cuando se 'desmadran' las 4P, se produce un desastre narcisista.

En la vejez se 'desgastan' las 4P, hasta perderlas, y es mejor aceptarlo para no sufrir aún más. Salvando la dignidad.



miércoles, 15 de junio de 2016

Haciendo inventario o el arte de perder.




Recuerda que una parte del sufrimiento personal es inevitable, pero otra gran parte del mismo no lo es: es  evitable e inútil. El dolor que genera se puede reducir, incluso eliminar, mediante la atenta aceptación de la realidad en cada "aquí y ahora".
El tiempo ayuda, no se trata de olvidar, sino de aprender a recordar sin sufrir. No es fácil, debido a la naturaleza humana. Esperamos demasiado de otros.
No es cierto que seamos racionales. Los sentimientos pueden en nosotros más que la razón (cuestión de bioquímica,  hormonas y sinapsis cerebrales).
La razón y la ACEPTACIÓN de la REALIDAD ayudan a EVITAR el sufrimiento INÚTIL. Resulta casi imposible superar dificultades extremas sin compartirlas y verbalizarlas con alguien de confianza. La "gente" no pinta nada en todo eso.
Las pasiones humanas siempre son las mismas: las pulsiones entre el deber y el placer o el dinero, y entre el amor y el poder o la gloria (y sus respectivos vínculos cruzados).

FGA

"The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent to be lost
that their loss is no disaster.
Lose something every day.
Accept the fluster of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.


Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant to travel.
None of these will bring disaster.


I lost my mother’s watch.
And look! my last, or next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.


I lost two cities, lovely ones.
And, vaster, some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster. 


Even losing you (the joking voice, a gesture I love) I shan’t have lied.
It’s evident the art of losing’s not too hard to master, 
though it may look like (Write it!) like disaster."
(Elizabeth Bishop)


"What is this life if, full of care,
We have no time to stand and stare.
No time to stand beneath the boughs
And stare as long as sheep or cows.
 
No time to see, when woods we pass,
Where squirrels hide their nuts in grass.
No time to see, in broad daylight,
Streams full of stars, like skies at night.
No time to turn at Beauty's glance,
And watch her feet, how they can dance.
No time to wait till her mouth can,
Enrich that smile her eyes began.
A poor life this if, full of care,
We have no time to stand and stare."

(William Henry Davies)


"Trabajé el aire,
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz,
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
...Y mi corazón
que se queda en ellos."
(Ángel González)

 
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo,
supe que todo no era más que nada.
 
Grito “Todo”, y el eco dice “Nada”.
Grito “Nada” y el eco dice “Todo”.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
 
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era nada).
 
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
(José Hierro)




viernes, 8 de mayo de 2015

El discernimiento y los... ¿héroes ineptos?





Para no confundir ciertas actitudes y aptitudes, lo cual suele ser frecuente, hay que discernir entre variopintas situaciones: 

1.- Normal
Actuar en circunstancias normales y sin mayor riesgo.

2.- Cobarde
Huir del peligro necesario (no innecesario). No puede ser Apta.

3.- Valiente
Actuar sin huir del peligro necesario (no innecesario).

4.- Heroica
Hacer cosas extraordinarias en condiciones extraordinarias corriendo peligro necesario (no innecesario). Puede ser Victoriosa o Derrotada, Apta o Inepta.

5.- Osada, Temeraria o Imprudente
Afrontar peligro innecesario. Puede ser Exitosa o Fracasada. A no confundir con Valiente o Heroica.

6.- Prudente
No afrontar peligro innecesario.

5.- Competente o Apta
Saber hacer algo y lograr metas.

6.- Incompetente o Inepta
No saber hacer algo y no lograr metas.

7.- Triunfante, Victoriosa, Ganadora o Exitosa
Lograr algo superando o venciendo a otros en competencia. No confundir con Valiente ni Heroica. Puede ser Prudente o Imprudente. Suele ser Competente y Normal o Valiente.

8.- Fracasada, Derrotada o Perdedora
No lograr algo siendo superado o vencido por otros en competencia. No confundir con Cobarde, puede ser Valiente, incluso Heroica. Puede ser Competente, o Imprudente e Incompetente, o 3S (Simplemente Sin Salida) por circunstancias aleatorias y fortuitas, o por desigualdad y falta de recursos.
Casi todas las ya mencionadas suelen ir combinadas con estas otras siguientes:
 
9.- Diligente
Actuar con rapidez, eficacia y eficiencia.

10.- Negligente
No actuar, o actuar con lentitud y con descuido, de forma ineficaz y tardía.

11.- Honesta
Actuar éticamente.

12.- Deshonesta o Fraudulenta
No actuar éticamente.

13.- Rutinaria
Actuar de modo y manera ya conocida y utilizada anteriormente, conservando la realidad existente.

14.- Innovadora
Actuar con modos y maneras nuevas y no utilizadas anteriormente, transformando la realidad existente.

15.- Sostenible
Actuar de modo que algo pueda durar y renovarse en lo técnico-económico, en lo social y humano, y en lo medioambiental.

16.- Insostenible
Actuar de modo que algo no pueda durar y renovarse en lo técnico-económico, en lo social y humano, y en lo medioambiental.
 
El discernimiento expande los límites del conocimiento humano, del conocimiento de uno mismo y del de los demás, y ayuda a saber y actuar rectamente.
Que cada cual discierna, que no es nada fácil.
 
Pensar > Suponer > Reflexionar > Discernir > Conocer > Preconizar > Probar > Saber
 
 
 

domingo, 1 de junio de 2014

Las sociedades y los sentimientos.





Los estilos afectivos sociales condicionan la vida de las personas. Las sociedades pueden degenerarse si se encierran en la autocomplacencia y carecen de tres sentimientos básicos:

-          Compasión: compadecer es sentirse afectado por el dolor de los demás y es la base del comportamiento moral. Cada vez que se dice “no quiero compasión sino justicia” se está olvidando que ha sido precisamente la compasión la que ha abierto el camino a la justicia.
 
-          Respeto: es el sentimiento adecuado ante lo valioso y produce acciones de cuidado, protección y ayuda, captando y apreciando la dignidad del ser humano. Cuando desaparece se cae en la trivialización y la tiranía del “qué más da”.

-          Admiración: es la valoración de la excelencia. El igualitarismo mal entendido nos impide apreciar a los demás. No es lo mismo la persona que ayuda a los demás que la persona que les hace sufrir. La ausencia de admiración es una carencia afectiva.
(Basado en J.A. Marina, La inteligencia fracasada, Capítulo VII, punto 5.)
 
 

viernes, 4 de abril de 2014

Los juicios de valor y las emociones.





Las afirmaciones de valor no son científicas, sino emotivas. Los conceptos éticos fundamentales son inanalizables, puesto que no existe ningún criterio  mediante el cual pueda probarse la validez de los juicios en que aparecen.
Al decir que un cierto tipo de acción es bueno o malo, no estoy haciendo ninguna declaración factual, ni siquiera una declaración de mi propio estado de ánimo. Simplemente, estoy expresando ciertos sentimientos morales. De modo que está claro que carece de sentido preguntar quién de nosotros tiene razón. Porque ninguno de nosotros está manteniendo una proposición auténtica. Por lo tanto, no son ni verdaderas ni falsas. Son, en parte, expresiones de sentimiento, y, en parte, mandatos.
Pero en todos los casos en que podría decirse que alguien está haciendo un juicio ético, la función de la palabra ética correspondiente es puramente emotiva. Es habitual expresar sentimientos acerca de determinados objetos, pero no hacer ninguna afirmación acerca de ellos.
Vale la pena aclarar que los términos éticos no sirven sólo para expresar sentimientos. Están calculados también para provocar sentimientos, y para estimular así a la acción. En realidad, algunos de ellos se utilizan de tal modo que dan a las oraciones en que aparecen el efecto de mandamientos.
En realidad, podemos definir la significación de las diversas palabras éticas, en términos de los diferentes sentimientos que generalmente se consideran que expresan y también de las respuestas para cuya provocación están calculadas.
Ahora podemos ver por qué es posible encontrar un criterio para determinar la validez de los juicios éticos. No es porque tengan una validez absoluta, misteriosamente independiente de la experiencia sensorial ordinaria, sino porque no tienen validez objetiva de ninguna clase. Si una oración no hace ninguna declaración, carece de sentido evidentemente preguntar si lo que se dice es verdadero o falso. Y hemos visto que las oraciones que sólo expresan juicios morales no dicen nada. Son puras expresiones de sentimientos, y como tales, no corresponden a la categoría de verdad y de falsedad. Son inverificables, por la misma razón que es inverificable un grito de dolor o una palabra de mando, porque no expresan auténticas proposiciones. Sencillamente, estamos evidenciando sentimientos, lo cual no es, en absoluto, lo mismo que decir que los tengamos.
Alfred J. Ayer (1910-1989). Lenguaje, verdad y lógica, cap. 6
 
 

 

martes, 18 de marzo de 2014

Miradas.





Partiendo de las miradas que iluminan o ensombrecen un rostro, podemos captar y reconocer al otro en sus expectativas y en sus inquietudes, en su identidad y en su vulnerabilidad, en sus horizontes de sentido y en sus heridas, en sus ambivalencias y en su trascendencia. La experiencia y, en el fondo, el conocimiento del otro nos llegan, antes que de sus palabras, de sus miradas y de sus gestos. El conocimiento intuitivo del otro (…) son posibles a través de la percepción inmediata de las miradas y de los rostros, a través del lenguaje radical y metafórico que anima las miradas y los rostros, en los que se reflejan las luces y las sombras de las mil emociones y de las mil expectativas que están contenidas en cada uno de nosotros. (Eugenio Borgna)



lunes, 20 de mayo de 2013

Buena filosofía popular.





César Bruto fue un personaje creado por Carlos Warnes, humorista argentino que se hizo conocido en la década de 1940. Un día, trabajando en una revista, Carlos Warnes debía escribir el Editorial sobre un tema concreto. Como no se le ocurría nada, imaginó que el redactor estaba enfermo y supuso que había mandado a su hijo escribir su columna. El chico supuestamente escribió un texto despampanante y plagado de errores ortográficos, pero resultó que al director de la revista le pareció muy divertido y le pidió a Warnes que siguiera trabajando con ese personaje (César Bruto), del que ya no se separaría jamás. Julio Cortázar encabeza su libro “Rayuela” con una cita de César Bruto.
Así dice:

“Siempre que viene el tiempo fresco, o sea al medio del otonio, a mí me da la loca de pensar ideas de tipo eséntrico y esótico, como ser por egenplo que me gustaría venirme golondrina para agarrar y volar a los paíx adonde haiga calor, o ser hormiga para meterme bien adentro de una cueva y comer los productos guardados en el verano o de ser una víbora como las del solójicO, que las tienen bien guardadas en una jaula de vidrio con calefación para que no se queden duras de frío, que es lo que les pasa a los pobres seres humanos que no pueden comprarse ropa con lo cara questá, ni pueden calentarse por la falta del querosén, la falta del carbón, la falta de plata, porque cuando uno anda con biyuya ensima puede entrar a cualquier boliche y mandarse una buena grapa que hay que ver lo que calienta, aunque no conbiene abusar, porque del abuso entra el visio y del visio la dejeneradés tanto del cuerpo como de las taras moral de cada cual, y cuando se viene abajo por la pendiente fatal de la falta de buena condupta en todo sentido, ya nadie ni nadies lo salva de acabar en el más espantoso tacho de basura del desprastijio humano, y nunca le van a dar una mano para sacarlo de adentro del fango enmundo entre el cual se rebuelca, ni más ni meno que si fuera un cóndoR que cuando joven supo correr y volar por la punta de las altas montanias, pero que al ser viejo cayó parabajo como bombardero en picada que le falia el motor moral. ¡Y ojalá que lo que estoy escribiendo le sirbalguno para que mire bien su comportamiento y que no searrepienta cuando es tarde y ya todo se haiga ido al corno por culpa suya!”



César Bruto, Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo que soy, (
capítulo: Perro de San Bernaldo).

 
Todo un resumen condensado de sociología, ética, psicología, economía e inteligencia emocional, en versión muy popular.






 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Sobre la empatía.







La comunicación humana es un delicado proceso caracterizado por incluir a dos o más personas entre las que circulan mensajes de ida y vuelta. La comunicación "pobre" suele estar presente en la raíz de una mala relación interpersonal, o de un conflicto. De hecho, la comunicación es un elemento importante en la resolución de conflictos.

La expresión directa de los propios sentimientos, deseos, derechos legítimos, y opiniones, sin amenazar ni dañar a los demás, es lo que se llama comunicación asertiva. La aserción implica respeto hacia uno mismo al expresar necesidades propias y defender los propios derechos, y respeto hacia los derechos y necesidades de las otras personas.

La empatía consiste en una comprensión respetuosa de lo que los demás experimentan. En  nuestra relación con los demás sólo se produce empatía cuando sabemos desprendernos de nuestras ideas preconcebidas y de nuestros prejuicios. En lugar de la empatía solemos caer en la tendencia a dar consejos, a tranquilizar, o a explicar cuál es nuestra postura y nuestros sentimientos. La empatía, por el contrario, requiere centrar toda nuestra atención en la otra persona. Dar a los demás el tiempo y el espacio que necesitan para expresarse plenamente y sentirse comprendidos.

La empatía es la capacidad para percibir el mundo interior emocional y vivencial de otras personas, es la raíz de la comunicación emocional y de las relaciones positivas con los otros. La empatía no significa estar de acuerdo, es ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona, comprenderle y ser sensible ante sus sentimientos.

La escucha activa es una forma de escuchar y responder que implica el conocimiento de los pensamientos, sentimientos, y experiencias de los otros, es decir, empatía. Ello implica que el oyente crea que la comunicación no es unidireccional, y que lo que se dice merece ser oído y entendido. Permite a ambos participantes cambiar información, verbal y no verbalmente, y comprender sus valores y estilos de comunicación.

Cuando se muestra empatía y respeto, y no se juzga, las personas se animan a continuar hablando, y se sienten mejor, expresando sus pensamientos y sentimientos.



















martes, 7 de agosto de 2012

Sobre la regulación emocional.



Algo básico en Inteligencia Emocional es manejar las propias emociones, la habilidad para conducir los propios sentimientos a fin de expresarlos de manera adecuada. Es fundamental tener conciencia de las propias emociones y regular su reacción. El autocontrol emocional implica dominar la impulsividad y saber esperar las gratificaciones.

La regulación emocional es la capacidad de regular los impulsos y las emociones, sobre todo las desagradables, tolerar la fustración, y saber demorar las gratificaciones, es decir, dar respuesta apropiada a cada estado emocional, y ejercer el control de las propias emociones.

Conviene regular las emociones cuando nuestra reacción primaria, espontánea, e instintiva, puede provocarnos conductas nocivas, desmesuradas, o desadaptadas, de las cuales puedan derivarse problemas para nuestra vida y relaciones. La regulación conviene aplicarla para dar respuestas adaptadas a emociones más bien intensas y generalmente negativas, que irrumpen inesperadamente y rompen el estado de calma y equilibrio en que una persona se encuentra.

Las estrategias de regulación emocional deben ser útiles para manifestar nuestra emoción, y liberar la tensión emocional acumulada, siendo correctas las que nos permiten recobrar nuestro estado de bienestar, al menos relativo.

Conocer esas estrategias nos permite identificar cuál de ellas es más adecuada para nosotros, y en qué circunstancias. Por otro lado, conocer no significa aplicar correctamente, ya que cada persona debe realizar sus propios aprendizajes emocionales. La educación emocional es tarea individualizada. Aclaremos algunos conceptos.

-La inundación emocional

La inundación emocional es una sobrecarga, y significa ser inundado por la emoción de tal forma que ya no es posible funcionar y pensar efectivamente. Normalmente la inundación emocional ocurre cuando se experimentan emociones negativas. Para entender sus efectos se precisa distinguir sus causas, efectos fisiológicos, consecuencias en las interacciones conflictivas,  así como los factores que incrementan la tendencia a padecerla. Y luego aprender la manera de alcanzar el autocontrol emocional.

1.- Causas de la inundación emocional.-

La inundación es el resultado de una respuesta de confrontación o evitación que se ha disparado por alguna amenaza percibida. Hay tres causas de inundación que son críticas, especialmente en las interacciones conflictivas:

· Cuando las personas se sienten atacadas injustamente. Si alguien se siente incomprendido, maltratado, o indignado con razón, se está respondiendo a un tema central de su identidad. Las amenazas a la propia identidad resultan, con frecuencia, en una excitación emocional intensa cuyo resultado es la inundación.

· Desde el punto de vista del comportamiento, las amenazas a la identidad se relacionan con comportamientos de crítica o desprecio. Estos comportamientos son de lo más corrosivo en las relaciones, precisamente porque tienen la propiedad de disparar la inundación emocional.

· No todas las causas de inundación emocional son externas. En algunos casos, nuestros propios guiones internos negativos sobre las situaciones en las que vemos, o anticipamos, experiencias de interacciones emocionales negativas, pueden causar la inundación de forma tan poderosa como las causas externas.


2.- Síntomas fisiológicos de la inundación.-

Los síntomas físicos más frecuentes son:
· Dificultad respiratoria
· Ritmo cardíaco acelerado
· Músculos tensos
· Oleadas de adrenalina
· Aumento de la sudoración

3.- Las consecuencias de la inundación.-

Cuando se está inundado es muy difícil funcionar normalmente. Algunas de las consecuencias más importantes son:
· Los pensamientos se desorganizan, se revuelven, hay sensación de confusión y desorientación.
· Como consecuencia, es muy difícil evaluar la información, tomar buenas decisiones, o ponerse en la perspectiva del  otro, es decir, se carece de los elementos necesarios para una buena resolución efectiva del conflicto.


4.- Factores que incrementan la tendencia a la inundación.-

Las personas difieren en su tendencia a sentirse emocionalmente inundadas. Hay dos factores de importancia:
· La probabilidad de inundación emocional es mayor en hombres que en mujeres, tanto en frecuencia como en duración.
· Las personas con baja autoestima tienen más probabilidades de verse inundadas emocionalmente que las personas con autoestima media o alta.


El autocontrol emocional


· No existe una única fórmula de autocontrol, cada situación es diferente, por lo cual es necesario contextualizar la situación, e individualizar cada actuación.
· Cuanto más se conoce a la persona iracunda, más posible es acercarse y empatizar con su comportamiento.
· Cuanto más se conoce uno mismo, más capacidad  se tiene para calmar los sentimientos de ira, y orientar a la persona a la que te diriges.

La descripción de las técnicas de autocontrol sería prolija, pero diremos que se basan en:

· Técnicas de respiración profunda.
· Técnicas para cambiar el guión interno de pensamiento negativo a positivo.
· Técnicas de relajación muscular.
· Técnicas de ensayo mental previo.

Con todo ello se puede llegar a afrontar situaciones en las que no nos sentimos seguros.






















sábado, 14 de julio de 2012

Sobre la autonomía emocional.




◇◇◇


La autonomía emocional requiere una serie de competencias que nos permiten tener confianza  en nosotros mismos, tener autoestima, pensar positivamente, automotivarnos, tomar decisiones de manera adecuada y responsabilizarnos de forma relajada y tranquila. 

Dos aspectos clave de la autonomía emocional son la autoestima y la automotivación.

El "autoconcepto" puede definirse como las imagenes, los pensamientos y los sentimientos que el individuo tiene de sí mismo, y engloba, por tanto, la totalidad de las actitudes de la persona hacia su "yo" como objeto. Posee tres componentes: 

· El componente cognitivo

Se refiere a la percepción del individuo sobre sí mismo, sus rasgos de personalidad, su rol social, su imagen física, etc...

· El componente evaluativo

Se refiere al afecto y/o negativo que provoca la propia persona, y en este caso nos estaríamos refiriendo a la autoestima.

· El componente conativo

Se refiere a las motivaciones del individuo para cambiar como resultado de las discrepancias entre su "yo" real y su "yo" ideal.


También se define la autoestima como la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de afrontar los desafíos de la vida. La confianza en nuestro derecho a triunfar, a ser felices, a sentirnos respetables, a ser dignos, a tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a seguir nuestros principios morales, y a disfrutar de nuestros esfuerzos.

Por tanto, los conceptos de "autoestima" y "autoconcepto" aparecen interrelacionados entre sí. La autoestima se concibe como la dimensión emocional del autoconcepto. la autoestima es la forma de evaluarnos a nosotros mismos. La imagen que uno tiene de sí mismo, autoconcepto, es un paso necesario para el desarrollo de la autoestima. Una vez que conocemos y sabemos cómo somos, podemos aprender a aceptarnos y a querernos: autoestima.

Las características principales del déficit de autoestima son:

· Con respecto a sí mismo:

- Muy crítico consigo mismo
- Autoexigencia excesiva
- Actitud perfeccionista
- Temor excesivo a cometer errores
- Inseguridad en tomar decisiones
- Muy sensible a la crítica
- Sentimiento de culpa patológico
- estado de ánimo triste
- Actitud de perdedor


· Con respecto a los demás:

- Constante necesidad de llamar la atención
- Actitud retraída y poco sociable
- Necesidad continua de agradar a los demás
- Necesidad imperiosa de aprobación
- Exigentes y críticos con los demás

· Con respecto a la interpretación de la realidad:

- Focalizarse en lo negativo
- Descalificar las experiencias positivas
- Personalizar
- Pensamiento todo o nada
- Generalizar
- Adivinar
- Uso frecuente de "debería..."
- Poner etiquetas
- Magnificar y/o minimizar
- Razonamiento emocional


Por otra parte, las personas con una autoestima positiva, adecuada, equilibrada, presentan las siguientes características:

- Creen en sus propios valores y principios, siendo capaces de defenderlos aunque encuentren una fuerte oposición. No obstante, están dispuestos a modificar sus criterios si la experiencia les demuestra que estaban equivocados.

- Confían razonablemente en su propio juicio o escala de valores, y no se sienten culpables si los otros no están de acuerdo con su modo de actuar.

- Confían en su capacidad para resolver problemas y no se acobardan ante los fracasos. Continúan realizando su proyecto vital sin desánimo.

- Se consideran iguales a los demás que les rodean. Ni superiores, ni inferiores, sabiendo reconocer sus diferencias.

- Se sienten valiosos, y saben que son importantes para su entorno familiar, social, etc...

- No permiten que los demás les manipulen, colaborando cuando lo creen conveniente y oportuno, pero negándose a ello si no tienen dicha percepción.

- Conocen lo que hay de negativo y de positivo en sus sentimientos e inclinaciones, siendo capaces de revelárselos a un amigo.

- Disfrutan de actividades diversas: trabajo, diversión, relaciones personales, o simplemente, de no hacer nada.

- Respetan las normas establecidas, y no se divierten a expensas de otro.


Para desarrollar o mejorar nuestra autoestima se pueden utilizar las siguientes estrategias:

- Disfrutar de los elogios sinceros

- Tratarse con amor y con humor

- Tratar a los demás de la manera en que nos gustaría que nos tratasen

- Preocuparse por los propios intereses

- No basar la vida en la renuncia y el sacrificio

- Aumentar la autonomía personal


Para ayudar a mejorar la autoestima a los demás se puede:

- Cuidar aquello que les decimos, tanto a nivel de contenido como de  forma,
 porque puede influir más de lo que creemos

- Favorecer y valorar sus éxitos y aptitudes

- Hacerles saber que les queremos

- Demostrarles que sus problemas nos importan

- Exigirles responsabilidades de acuerdo a su edad y posibilidades personales, que sus hechos no contradigan sus palabras, es decir, que sean consecuentes

- Evitar transmitir los propios temores y limitaciones

- No pretender que el otro haga lo que queramos, respetar su libertad, no sobreprotegerles para ayudarles en su libertad


Con todo lo expuesto se hace posible la automotivación, que es la habilidad de estar en un estado de continua búsqueda, y la persistencia en la consecución de nuestros objetivos, haciendo frente a los problemas, y encontrando soluciones.

♧◇♧


miércoles, 9 de mayo de 2012

Sobre la Comunicación y los Mayores.





 Expongo lo escrito por N.B. a este respecto.

☆☆☆

Cómo es en realidad la comunicación de los mayores con su entorno?
En la televisión nos sacan imágenes idílicas de mayores, en las que casi siempre se les ve anunciando algún producto enfocado a personas de más de 55 años que empiezan a vislumbrar dificultades de cara al futuro, tanto físicas como monetarias. Algunos, por ejemplo, probándose gafas o audífonos, y otros anunciando una superlibreta que te puede reportar indecibles ventajas, como un crucero, o un viaje maravilloso. Son personas muy elegantes, todavía atractivas, con mucha personalidad, en buena forma física, y presumiblemente con pinta de estar muy bien integrados socialmente, y a las que a su vez se les trata con mucha deferencia.
Pero cómo es la comunicación real con los mayores? . Creo que la vida es más real, más amarga, y conlleva mayores dificultades para comunicarse con los demás. Me gustaría  tratar un poco algún aspecto sobre cómo se les escucha y cómo ellos intentan comunicarse, y con qué dificultad se hacen entender.
Este año 2012 ha sido declarado como el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional, y tiene como objetivo el promover la creación en Europa de un espacio social que contemple el envejecimiento de la población como un reto al que se tiene que enfrentar toda la sociedad para abordarlo como una nueva tarea en todos los contenidos de un envejecimiento activo.
Hasta hace bien poco, ha sido poca, o más bien escasa, la atención que hemos prestado a nuestros mayores, sin darnos cuenta que más tarde o más temprano a todos nos va a llegar la hora de la jubilación, y a partir de ese momento ya se nos va a ver de otra manera. Es cierto que la comunicación cambia a medida que pasan los años, y nos van viendo cada vez con más edad, por no decir viejos. Se piensa que el ser mayor es equivalente a perder facultades para hacerse escuchar o transmitir lo que se quiere decir. Pero… ¿se les hace caso? .
Como podemos ver, los medios de comunicación no hacen justicia con la realidad de los mayores. Nos presentan el lado bonito, en el que nos muestran unas personas que no se corresponden con la media de personas mayores cuya vida es complicada y solitaria, y a las que no se les hace mucho caso. Es cierto que puntualmente se habla de algún problema concreto, pero en general no se les presta demasiada atención. No se les escucha, no es tema, por muy actual y real que sea, de interés para los medios.
Podemos agradecer que este año  2012 haya sido declarado como el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad  Intergeneracional, ahora bien, ha tenido muy poco eco en los medios de comunicación a pesar de ser un tema al que se tiene que enfrentar toda la sociedad y nos atañe a todos.
El tema ha sido desde siempre un problema latente al que según la época se le ha dedicado más relevancia y ha interesado a más o menos gente. El marco social romano que corresponde al tratado sobre la vejez (150 A.C.), otorgaba a los ancianos una posición preminente, otorgándoles una autoridad jurídica muy importante. La vejez que reproduce Cicerón es el reflejo de la época dorada en lo que respecta al prestigio, en consecuencia al respeto por la opinión de los mayores.
Ahora, en nuestro tiempo y dentro de la celebración de este Año, los mayores deben defender su papel activo en la sociedad y el derecho a ser escuchados.
Quisiera hacer una reflexión sobre un artículo que al respecto ha escrito Andrés Trapiello que se titula “Ceros a la izquierda”. En él hacía un repaso a la última campaña política, y venía a decir que una candidata se presentaba como la nueva savia de un partido que tenía 130 años, haciendo gala de su juventud, encontrando en cambio, que el candidato que le disputaba el puesto eras ya un poco mayor para el cargo. Vino a decir que esa otra persona era ya historia, y añadió que hay que renovarse y escuchar las nuevas ideas. No tuvo en cuenta que había muchas personas que precisamente escuchaban a su rival por su edad y experiencia, y no a sus consignas, que parecían preparadas para ella en alguna agencia de publicidad. El autor del artículo, aunque no quería hacer leña del árbol caído, se alegraba de que no hubiera triunfado la juventud, aunque le resulte a uno triste por innecesario oír a personas mayores decir que lo importante no son los años que se tienen, sino cómo se siente cada uno, que la juventud está en la cabeza y no en los años.
No obstante, la juventud pasa pronto, y todos nos debemos concienciar de que lo mismo que en la juventud, en la vejez también nos gusta comunicarnos, hacernos entender, y ser escuchados. Porque pensamos que se tienen muchas nuevas ideas que dar a conocer y compartir en la edad adulta, no sólo por la necesidad de ser escuchados, sino también por la experiencia. Todos trabajamos con colegas de nuestra edad en la profesión u oficio que ejercemos, pero nos deberíamos sentir orgullosos de haber tratado, escuchado, y respetado a aquellos a los que por edad, y no sólo los que han sido nuestros maestros o profesores, nos han transmitido todo su saber y experiencia.
Como hemos dicho, la televisión y los medios nos dan una imagen juvenil de los mayores, y nos hacen creer que la comunicación con ellos es la misma que entre los jóvenes. Pero lo que los mayores perciben es que no son siempre bienvenidos, les cuesta comunicar lo que tienen que decir, porque no son escuchados de la forma en que se escucha a los jóvenes. A veces se les percibe como jubilados pasivos y “pesaditos”. En algunas ocasiones los adultos más jóvenes no tienen paciencia para escucharles con atención, puesto que ya tienen una idea preconcebida de ellos en general, y o bien no les escuchan, o si lo hacen, lo hacen de una forma diferente a como lo hacen entre sus iguales. Aquí es donde algunos creen portarse con mucha amabilidad y cariño, pero en realidad les están dando un trato distinto, un trato de condescendencia, o paternalista.
La mayoría de los mayores, que son jubilados activos y que siguen con la misma cabeza inteligente, se sienten algo diferentes, discriminados por la sociedad en la que hasta el momento han estado integrados de pleno derecho. Esto conlleva el que la comunicación sea más complicada, ya que a veces hay que hacer un esfuerzo para hacerse escuchar, o al comunicarse verbalmente, puesto que la persona se da perfectamente cuenta de la situación y del trato que recibe. Hay que decir que muchos medios de comunicación no han ayudado mucho.
Steiner decía que  “ lo que no se nombra, no existe”.  Y ahora es:  lo que no se ve en la tele, no existe. Los medios son los que crean la opinión pública desde la hiperrealidad, que no es más que un simulacro de una realidad que se desvanece en las imágenes digitales. Como dijo Baudrillard: “ La guerra del Golfo no tendrá lugar”. Y así fue, en cierto modo, porque no la "vimos".
En la hiperrealidad los mayores no existen, no se habla de ellos. Pero en la realidad los mayores son una mayoría cuantitativa muy activa, debido al envejecimiento de la población y a la mayor esperanza de vida. Es la nube digital ,y la imagen producida por los medios, las que forjan los imaginarios sociales, y las realidades percibidas. Hay que leer entre líneas, pararse a pensar en la realidad, reflexionar sobre el contenido de lo que vemos o nos dicen. No destruyamos la capacidad de pensar de forma abstracta, hablemos con los mayores, escuchémosles, y tratémosles como hasta ahora lo hemos hecho, sin cambiar el "chip". La comunicación con las personas mayores debe ser bidireccional, “ de tú a tú “, aportando mutuamente los conocimientos e ideas sin tener en cuenta la edad.
Las personas mayores tienen mucho que comunicar, y deben ser escuchadas, no con paternalismo y con displicencia como si se les hiciera un favor, y con sensación de pérdida de tiempo, o como quien dialoga con un niño o una persona que por su edad más avanzada que su interlocutor más joven tuviera mermadas sus facultades mentales. Hoy por hoy y como los tiempos han cambiado y mucho para la tercera edad, la realidad pone de manifiesto que éste grupo de población tiene mucho que decir, y se ha hecho un hueco en la sociedad, y está acaparando cierto protagonismo en determinadas áreas. El modelo de anciano que pasa las horas viendo obras, o sentado en el sofá viendo la televisión, no se corresponde en absoluto con la realidad de hoy, donde los mayores han dejado de ser el referente a seguir por las nuevas generaciones. Adultos con años pero cargados de fortaleza, ganas de vivir, de aprender y de ayudar. Cada vez son más los mayores que en el momento de jubilarse optan por invertir su tiempo en todo tipo de actividades, aficiones, estudios, e incluso desarrollar tareas de voluntariado debido a que ahora pueden disponer del tiempo necesario que dedicarles y del que antes no pudieron disponer.
Las personas y la sociedad tenemos que adaptarnos a éste envejecimiento activo. No podemos desaprovechar la oportunidad que tenemos de intentar sustentar los cuatro pilares del envejecimiento activo: salud, seguridad, participación, e intergeneracionalidad, optimizando las oportunidades de comunicación de manera que todas las personas seamos partícipes de una forma activa en la sociedad. Quizás nos debamos plantear que en lugar de querer que nos vendan “cacharros para viejos”, nos “vendan” respeto, y confiar en que la ciudadanía no perciba a los mayores como “mayores” que ya no están en nuestra onda y que sólo nos sirven para echar una mano en el cuidado de los nietos, como se ha podido leer en un artículo de un dominical.
Dicen dos profesores de 70 y 71 años,  jubilados y abuelos: “echan mano de nosotros sólo cuando nos necesitan, si los abuelos nos declarásemos en huelga, se organizaría un caos social”.   Vemos que el día a día se mantiene, en gran parte, porque muchos de ellos están ahí apoyando con su tiempo, emocionalmente, e incluso económicamente.
Estas personas juegan un papel decisivo, no sólo afectivo, sino también como transmisores de valores, y tienen mucho que decir y,... por qué no?... enseñar.

♧◇♧