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viernes, 28 de febrero de 2014

Ciudades y valores en la globalización.





En un mundo cada vez más urbanizado las diferencias entre lo urbano y lo rural comienzan a ser pensadas de otro modo. La extensión progresiva del modo de vida ciudadano ha hecho que lo urbano se encuentre más allá de los límites de la ciudad, en los lugares más insospechados de los territorios que conforman vastas regiones urbanas. (…)
El sistema (…) es repensado en términos de regionalización de las estrategias de competitividad al mismo ritmo en que sus paisajes industriales son sustituidos por la arquitectura internacional de firma. La ciudad industrial es sometida a un severo proceso de estetización análogo al puesto en marcha en muchas otras ciudades del mundo.
La mercantilización del cuerpo urbano ha encontrado en el turismo de ciudades la excusa casi perfecta para intervenir en el relato identitario de las ciudades (…).
Larrea, A. Euskal Hiria, Introducción, 2012.
 
 

La ciudad no es abstracta, mas que cuando es falsa, abstracta es la globalización, la ciudad siempre es concreta además de abstracta. Por eso hay estados, en plural, incluso cuando ellos son quienes administran la globalización y quienes han sido de siempre sus agentes. (…)

Y no hablemos de esa retórica penosa de “los valores”, que no es sino una ambigüedad vergonzante para poder introducir bajo mano como indiscutibles incluso realidades que avergonzarían al viejo Kant.
Ripalda, J.M. Euskal Hiria, Prólogo, 2012.
 
 

 
 
 
 

domingo, 23 de febrero de 2014

Comunales y Concejos.





En general en toda Europa, el siglo XIX vio cómo las tierras comunales pasaron a ser de provecho exclusivo. A partir de mediados del siglo XVIII en la mayoría de los países europeos las propiedades colectivas son el objeto de ataques cada vez más violentos en nombre de concepciones nuevas que se imponen. Hasta entonces, esas tierras eran mayoritariamente consagradas al pasto común, pudiendo ser objeto del litigio entre señores y habitantes, entre comunidades vecinas o en el seno de cada una de ellas, pues los individuos trataban de acapararse de su goce o de su propiedad. Los ataques asimismo resultaban de los problemas financieros de las colectividades, y la venta de sus tierras pudo servir para compensar deudas en períodos difíciles. Pero hacia 1750 la naturaleza de los ataques cambia radicalmente pues estos se basan en un fundamento ideológico al nacer el pensamiento económico liberal. (…)
De esta manera, resultaría imposible hacer marcha atrás. En la montaña vasca, se cerraba la página histórica del comunalismo. Este ya no subsistiría más que en ciertas prácticas concretas y parciales o en ciertos lugares, de manera residual o testimonial, e incluso estos resquicios han sido atacados.

(Santos, S y Madina, I. Comunidades sin Estado en la Montaña Vasca, 2012. Citando a Demélas, M.D. y Vivier, N. Les propriétés collectives face aux ataques libérales (1750-1914), Europe occidentale et Amérique latine.)

Lo mismo se puede decir de la minería. Las guerras carlistas y aboliciones forales del siglo XIX están relacionadas, entre otros factores, por los intereses ya citados.
Hoy día, corren peligro las Juntas Administrativas, Concejos y Concejos Abiertos, por los mismos motivos, además del intento de eliminación de la democracia directa. Para ello se argumenta en nombre de la racionalización administrativa del territorio. Pero es por lo ya citado por lo que se pretende eliminar los Concejos y similares, agrupándolos en Ayuntamientos y Municipios, regidos por los mismos partidos políticos que rigen las Diputaciones, a veces incluso forales, los gobiernos y los estados. Todo ello regulado por “adecuadas” leyes electorales y de partidos. O sea, votar cada 4 años,  democracia representativa, y privatizaciones.
Las propiedades Comunales y los Concejos, más aún si son abiertos, molestan desde el siglo XVIII, y vienen desapareciendo desde el siglo XIX. Pero los que quedan merecen ser defendidos, porque bajo las engañosas razones en su contra yacen las razones de siempre: dinero y poder.




 

lunes, 27 de enero de 2014

Ciudades.





El espacio urbano no es el resultado de una determinada morfología predispuesta por el proyecto urbanístico; sino de una dialéctica ininterrumpidamente renovada y autoadministrada de miradas y exposiciones.

Ignorándolo casi siempre, los urbanistas trabajan a partir de la pretensión de que pueden determinar el sentido de la ciudad a través de dispositivos que dotan de coherencia a conjuntos espaciales altamente complejos.
La empresa que asume el proyectista es la de trabajar a partir de un espacio esencialmente representado, o más bien, concebido, que se opone a las otras formas de espacialidad que caracterizan la labor de la sociedad urbana sobre sí misma: espacio percibido, practicado, vivido, usado, ensoñado…
Su pretensión: mutar lo oscuro por algo más claro.
Delgado, M. Sociedades movedizas. Pasos hacia una antropología de las calles, 2007
 
 

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sobre la evolución del espacio rural y la planificación del territorio.





Lo rural y su evolución tienen relación causa-efecto biunívoca con la planificación del territorio, que no debería sólo ser tema para expertos, y políticos, por la repercusión que tiene para toda la ciudadanía.
En una primera aproximación, lo rural parece presentar unas características objetivas y subjetivas, que conviene analizar para poder profundizar en ellas.
Entre las características objetivas se encuentran los conceptos: campo, natural, agricultura, ganadería, lo que rodea la urbe, ecológico, uniforme, y no urbano.
Y entre las subjetivas: el diferente concepto de tiempo, otro estilo de vida, comunidades pequeñas, distinto control social, información interna, desinformación externa, uniformidad de personas y cosas.
El espacio tiene su propia evolución, del espacio natural al rural, del rural al urbano, del urbano al virtual.
El espacio rural puede ser definido con  :
-          Variables simples: población, suelo, etc…

-          Actividades propias: agricultura, ganadería, residencias secundarias, etc…

-          Actividades personales y sociales: relaciones interpersonales, control social, concepto de comunidad, comportamientos electorales, etc…

-          Aproximaciones subjetivas: supuestamente, lo urbano como más dinámico, lo rural como más “atrasado”…
El tiempo urbano es un tiempo social, mientras que el tiempo rural era un tiempo natural, regido por la luz (día, noche), las estaciones del año, las tareas del ciclo agrario anual, y  las propias de atención al ganado. Pero la industrialización rural aproxima el tiempo natural y el social.
En el concepto de lo rural se incluye lo litoral, entendido como marítimo-pesquero, aunque con las diferencias psicológicas  y funcionales propias del mar y del campo. Lo urbano tiene connotaciones industriales, comerciales, y de servicios.
Cuando el ámbito rural se industrializa, lo hace de varias formas:
-          Actividades propias: agropecuarias, pesqueras, conserveras, etc…

-          Nuevas actividades industriales.

-          Otras nuevas actividades: ocio, turismo, deportes, recreación, hostelería.

-          Usos de servicios  urbanos: logística (almacenes, plataformas), aeropuertos, cárceles, energías alternativas.

-          Puertos pesqueros, comerciales, deportivos.
 El espacio rural tiene tres tendencias propias:
-          Despoblamiento.

-          Consolidación.

-          Repoblación (con otra población, no la originaria)
 
 

En el caso del despoblamiento se dan tres fases:
1.- Disminución de la actividad agropecuaria y pesquera, que se vuelve poco rentable, o mejor dicho, puede producirse con menos personas, por lo que la población originaria emigra, y se producen explotaciones intensivas y extensivas.

2.- Trabajo a domicilio u obrero-campesino. Con una producción industrial artesana, o de economía sumergida, más un trabajo industrial con explotación agrícola o pesquera familiar y a tiempo parcial, junto con terreno en barbecho. Es el espacio rural de población urbana, en el que se ven vehículos 4x4, antenas colectivas, energía solar, etc…

3.- Fase final de despoblación. Con envejecimiento de la población del área rural, excedentes de mano de obra, envejecimiento local progresivo, cierre de la escuela (umbral del no retorno, el municipio sin escuela tiene los días contados…), siendo algunos hombres ya ancianos los últimos habitantes.
Se produce un problema preocupante en el lugar de destino, normalmente la ciudad. Y un problema en el lugar despoblado: el lugar queda alterado, no vuelve a ser un espacio natural.
No se deben confundir los parques naturales no habitados, con las reservas de la biosfera habitadas pero que deben ser sostenibles para personas y actividades, y los despoblados no habitados.
 
 

En el caso de la repoblación, se presentan cinco casos:
1.- Desarrollo de residencias secundarias. Ocupación temporal del espacio, con círculos expansivos de “permanentización”. Problemas relacionales entre dos tipos de habitantes,  con relaciones y consecuencias económicas, sociales, políticas mezcladas con interés y dependencia. Frecuentemente conviven “de espaldas”, o se enfrentan “subterráneamente”. No socializan.

2.- Dinamismo urbanístico y sociodemográfico en áreas próximas a ciudades. Son los suburbios-dormitorios, con nueva población de familias jóvenes de clase media, casas unifamiliares o adosadas, movimientos pendulares campo-ciudad, para trabajo y estudio. Mejora la accesibilidad, y se produce un incremento del sector servicios.

3.- Implantación de actividades comerciales y de servicios con gran demanda de suelo. Son nuevas actividades urbanas: grandes centros comerciales, plataformas de transporte y logística, actividades no deseadas (prisiones, centrales eléctricas, papeleras, refinerías, etc…). Se genera algo de empleo y residencia.

4.- Proceso de repoblación de áreas rurales. Vuelta o regreso de población jubilada y residencias secundarias de población urbana. Buscan el alejamiento, los paisajes, y los precios…y demandan nuevos servicios, de los que ya han dispuesto en la ciudad. Se plantea también el riesgo de “divorcio” entre poblaciones con diferentes percepciones.

5.- Sustitución de población en áreas rurales remotas. Actividades de nuevo cuño: esquí, deportes, turismo de aventura, centros de vacaciones, etc…con inmigración de población especializada. Se produce una especialización de la comarca.
 
 

Por último, la consolidación del ámbito rural presenta cuatro casos:

1.- Consolidación de la actividad económica agropecuaria y pesquera de actividad rentable.

2.- Desarrollo de industria rural: alimentaria, u otras no vinculadas a las actividades agropecuarias o pesqueras.

3.- Explotación de la industria del Ocio: turismo, deporte, recreación, cultura.

4.- Desarrollo tecnológico y teletrabajo. Ámbito favorable a la creatividad, sin necesidad de conmutar espacios diariamente, pero limitado tamaño de población.
 
Temas de tal trascendencia deben ser planificados en el ámbito experto-político, pero sin sustraerlos al debate y la participación de la ciudadanía implicada y afectada.