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domingo, 7 de julio de 2024

Sobre la riqueza mundial y su control.



Los movimientos de capital  vs. el PIB mundial.

” Los mercados” es el eufemismo utilizado habitualmente para designar a los sistemas financieros mundiales, es decir,  el conjunto de bancos, sociedades de inversión, compañías de seguros, sociedades gestoras de fondos de pensiones y de fondos especulativos, así como sociedades de correduría de bolsa que compran y venden esencialmente cuatro tipos de activos: divisas, acciones, bonos de los Estados y productos financieros derivados.

Para tener una idea de la colosal fuerza de dichos sistemas financieros mundiales, los “mercados”, basta con comparar dos cifras: cada año, la economía real , empresas de bienes y servicios, crea en el mundo una riqueza  (PIB)  estimada en unos 45 billones de €, mientras que, en el mismo tiempo, a escala mundial, los “mercados”  mueven capitales por valor de 3.450 billones de €. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real.  

La economía real, Bienes y Servicios, son normalmente facturados, controlados, y sometidos a tasación, con el IVA por ejemplo. Este no es el caso de los movimientos de Capital, cuya trasferencia es virtual por fibra óptica, y por ahora no sometida a una tasa de transacciones financieras (TTF). El Capital es el único bien realmente globalizado en el mundo, los Bienes y Servicios lo son en menor medida, y el Trabajo en menor medida aún, ya que aunque se trasladen producciones, difícilmente se pueden trasladar masivamente personas por razones humanas, culturales, lingüísticas, formativas, etc…, salvo con lentos y dolorosos procesos migratorios.

El % de propiedad vs. el % de control.                      

En otro orden de cosas, en la teoría liberal, la promesa del Estado no es la igualdad de oportunidades, ni la fraternidad, ni la justicia social como  en el caso del modelo social europeo, sino la promoción social asociada al mérito y al esfuerzo individual, también llamada a veces “american way of life”.

Pero es bien conocida la idea de que el control económico está concentrado.

En el mundo, el 80% de los ingresos totales lo obtienen el 5-10% de los agentes económicos, pero en contrate con ello, el 80% del control económico total lo detenta únicamente el 0,61% de los accionistas.

Incluso los pequeños grupos de empresas nacionales ligadas mediante cruces de acciones pueden actuar como un bloque. Esta es la razón por la cual las agencias nacionales antitrust les controlan desde cerca. Los bloques internacionales de corporaciones financieras elevan este asunto a un nuevo nivel, al no existir las correspondientes entidades globales que controlen sus actividades.

Las principales implicaciones de este hecho vienen de la identificación del núcleo de esta red de actuación como una supraentidad económica. Este tipo de estructura tiene profundas implicaciones en dos aspectos: la competencia en el mercado, y el riesgo financiero sistémico o global.

La Competencia en el Mercado

Los cruces y vinculaciones accionariales reducen significativamente la competencia en el Mercado. En consecuencia, las instituciones antitrust o antimonopolio del mundo entero se toman muy en serio la existencia de complejas estructuras de cruce y vinculación accionarial. Sin embargo, les faltan las herramientas analíticas y cuantitativas para tratar este tema de las extensas redes de vinculación.

El Riesgo Financiero Sistémico

Durante años, la teoría económica ha mantenido la idea de que las redes financieras interconectadas son más estables. Por el contrario, recientemente, tanto los académicos como algunas  autoridades, predicen que los altos niveles de interconexión entre las instituciones financieras pueden conducir a un riesgo sistémico financiero más elevado.

En esencia, si el sistema financiero global está interrelacionado, las disfunciones financieras se propagan a todas las grandes instituciones como una enfermedad contagiosa, lo cual es por supuesto extremadamente indeseable para la economía de todo el mundo. Pero es eso precisamente lo que ha ocurrido en el desastre financiero mundial que está teniendo lugar ahora en el mundo. Sorprendentemente, no hay investigaciones relativas a lo intrincado que está el sistema financiero mundial global.

Una investigación sistémica podría validar la suposición de la relación existente entre la eficacia o rentabilidad de una corporación y su posición funcional en las relaciones de semejante red. Especialmente, si la pertenencia a una supraentidad suministra una ventaja competitiva medible. Otra cuestión afecta a la idea del potencial control de las instituciones financieras.

Lo que es aún más, los vínculos de propiedad están frecuentemente acompañadas de otros tipos de vínculos financieros, tales como créditos, contratos, etc… Este tipo de aspectos no se difunden por razones estratégicas, y sería una cuestión de interés público el conocer si ocurre, y de qué manera ocurre, el que las redes de propiedad actúen en su provecho, lo cual abre en general la cuestión de cómo evolucionan las redes y vínculos de propiedad.

Se puede presuponer que pueden estar presentes muchos y diferentes tipos de redes y vinculaciones en las que funcionen mecanismos para hacer más ricos a los ya ricos.

♧◇♧

domingo, 23 de junio de 2024

Sobre la libertad de prensa, la manipulación informativa, y las redes sociales.



Actualmente en muchos países la libertad de información no existe: está falseada o prohibida. Hay países bajo cuyo régimen político la prensa goza de una semilibertad. Paradójicamente esta situación conlleva más peligros personales para los periodistas que el sistema de la censura total. Muchos de ellos son cada año víctimas de represalias, por la imprecisión de los límites impuestos al ejercicio de su profesión.

Debido al hecho de que en la mayor parte del mundo la información está prohibida, fuertemente censurada,  perseguida, o inaccesible, es peligrosa de recoger y de transmitir.

La información y el poder van de la mano, y a veces se hace a nuestros ojos tan preciosa que llegamos a suponerla exenta de todo defecto y al abrigo de todo error en los países donde reina la libertad. En estos países, criticar a la prensa constituye una especie de sacrilegio. Sin embargo, incluso en las sociedades que se apoyan en una larga tradición democrática y observan un gran respeto por la libertad de expresión, sólo unos pocos medios de comunicación son concebidos y utilizados con el objetivo de proporcionar al público una información exacta y seria en la medida de lo posible.

Además, la ley en democracia garantiza a los ciudadanos la libertad de expresión, pero no les garantiza ni la infalibilidad, ni la inteligencia, ni la honestidad, ni la comprobación de los hechos, lo cual es competencia del periodista,  no del legislador. Pero cuando un periodista es criticado por la falta de exactitud, honradez, o veracidad, los medios claman como si se atacase el principio de  libertad de expresión,  o como si se pretendiese amordazar a los medios de información: al fin y al cabo, según ellos, el periodista sólo ha ejercido su oficio de informador.

En realidad, los propietarios de los medios de comunicación los fundan para imponer un determinado punto de vista, y no para informar objetivamente, sin más. Sólo una minoría de empresas de comunicación son  fundadas y dirigidas con el principal objetivo de informar. Esta preocupación produce un tipo de periódicos que ocupan un espacio mínimo en la masa de medios puramente comerciales o proselitistas.

La confusión entre la libertad de expresión y el oficio de informar, que conlleva sus propias y específicas obligaciones, se sitúa en los orígenes del liberalismo. Antes de la segunda mitad del siglo XIX, todas las consideraciones sobre la libertad de prensa, desde Milton hasta Tocqueville, pasando por Voltaire, se refieren exclusivamente a la libertad de opinión.  A medida que surge la democracia moderna, es evidente que uno de sus componentes consiste en la libertad de cada uno para pensar por escrito, como dice Voltaire.  Debemos defender el derecho de cada uno a dar a conocer al público su punto de vista, incluso si tal punto de vista nos horroriza, y no debemos combatirlo más que mediante la palabra y la argumentación, jamás con la fuerza o con la calumnia. Surge así el principio de tolerancia. Pero el razonar no tiene nada que ver con difundir falsas informaciones, lo cual obviamente es muy distinto.

En los comienzos de la democracia burguesa del siglo XVIII, en USA y Francia, y como consecuencia de la Revolución de Independencia de los Estados Unidos de América  en 1776, y de la Revolución Francesa en 1789, el debate sobre la prensa no se instauró en el contexto del derecho a informar o ser informado, sino que se refiere a la tolerancia y a la diversidad de opiniones. Así es como la famosa Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América, trata simultáneamente de la libertad religiosa, de la libertad de expresión, de la libertad de reunión, y de la libertad de petición, lo cual es muy significativo. Pero esta Primera Enmienda no trata en absoluto de la libertad o del derecho a la información.

Los pensadores liberales franceses del siglo XIX, plantearon la cuestión de que la reflexión de los pensadores políticos y su manifestación, tenía límites, y se debían de castigar los abusos de la libertad de expresión cuando va contra del honor, la dignidad, o la seguridad ajena.

Para Tocqueville  la prensa servía de base y de vínculo entre los habitantes de una comunidad. Creaba opinión compartida. Sin la prensa, los ciudadanos podrían confinarse en el individualismo al que nos impulsa la democracia igualitaria. Cuando el número de personas no es ya muy limitado, como era el caso de la aristocracia, no se podría conseguir que  un gran número actuara en común, lo cual sólo puede hacerse, según él, con la ayuda de un periódico. Sólo un periódico podía divulgar las mismas ideas en mucha gente. Y en USA proliferaban las colectividades y los periódicos.

La prensa tiene pues, según esta concepción, una  función movilizadora. Sirve para reunir a los ciudadanos en torno a un proyecto común, lo que según Tocqueville era bueno, incluso si el proyecto no valía nada, porque evita el individualismo.  Sin periódicos, o los actuales medios de comunicación,  no hay proyectos comunes en democracia,  sin entrar en la valoración de dichos proyectos.

No obstante, hay otra función que Tocqueville no menciona y que hace a la prensa necesaria e importante en democracia: la función de información.  En efecto, sin ella no tiene sentido la elección de candidatos al parlamento, gobierno e instituciones en general, ya que este régimen democrático no puede funcionar en interés de los ciudadanos si éstos no están correctamente informados, tanto en política interna como externa. Esta es la razón por la cual la mentira es tan grave en democracia, régimen que sólo es viable con la verdad, y lleva a la catástrofe si los ciudadanos votan según informaciones falsas.

En democracia, cuando el poder engaña a la opinión pública, se ve obligado a hacer coincidir sus decisiones y actos con los errores a los cuales ha inducido, puesto que es la opinión pública, cuando vota, la que designa o aparta a los dirigentes.

Pero a este respecto, la confusión entre la función de opinión y la función de información, han dado lugar a un equívoco que se ha producido hasta la actualidad. Por una parte, casi todo el mundo está de acuerdo en que en democracia todas las opiniones deben de poder expresarse  a condición de que se haga pacíficamente, pero por otro lado es un sistema que sólo funciona si el ciudadano dispone de un mínimo de informaciones exactas. Sin embargo, esto último no ha sido comprendido, o ha sido subestimado.

La prensa debe de ser pluralista en opinión, pero no en información. La información puede ser falsa o verdadera, pero no pluralista, aunque no siempre la información sea verdadera a ciencia cierta, ni siempre comprobable, y a veces haya un margen para la duda y la controversia. El pluralismo no afecta a la información más que en la medida en que ésta pueda ser dudosa. En cierto modo puede decirse, que cuanto más pluralista es una información, menos información es. En caso de debate, la confrontación  no ha sustituido nunca al contenido de los hechos. El deber de la prensa consiste en adquirir ese conocimiento y transmitirlo.

El pluralismo recobra su sentido cuando llega el momento de sacar las conclusiones de los hechos establecidos e informados, para proponer remedios y sugerir medidas. Pero en la práctica, el pluralismo se ejerce casi siempre antes de esa fase:  selecciona las informaciones, les cierra el paso, las omite, las silencia, las niega, las elimina, las amplifica, e incluso las inventa, con el objeto de adulterar en su fase embrionaria el proceso de formación de la opinión pública.

Cuando se invoca el pluralismo, se hace referencia descarada a un pretendido derecho de cada periódico para presentar las informaciones a su manera.

Pero si bien eso ha sido así hasta no hace mucho, hoy en día las redes sociales digitales han cambiado esa realidad, y en esta línea también hay pensamientos contrapuestos.

Hay quienes cuestionan y llaman mito a la democracia digital, negando que Internet y las redes sociales digitales generen una mayor participación ciudadana como consecuencia de la, hasta ahora, libre circulación de información en ellas, porque dichas redes no eliminan las relaciones de poder, sino que las transforman. Las redes descentralizan el poder de las ideas, la economía, y la sociedad…pero reproduce finalmente el poder ya existente, en opinión de estos detractores.

Esta línea de pensamiento advierte que la apelación permanente a los ciudadanos, propia de la democracia directa, conduce al populismo, y que la política así vigilada y fiscalizada puede derivar en antipolítica, tranasformándose en  antisistema.

Según ellos, la preocupación por inspeccionar la acción de los gobiernos se convierte en ataque permanente a  las autoridades legítimas, hasta constituir un contrapoder negativo.

Pero esta compleja realidad tiene otras lecturas que dejan la puerta abierta a la ilusión democrática, aunque haya lados oscuros, sombras, en una posible utopía digital, y debamos por tanto ser realistas y cuidadosos en nuestras apreciaciones, reflexiones y análisis a este respecto.

Hay razones para hacer un juicio ponderado y crítico respecto a los peligros democráticos a los que nos enfrentamos si nos dejamos arrastrar por la fascinación de la multitud. Sobrevalorar es tan equívoco como infravalorar.

Pero por otro lado, estos nuevos medios pueden favorecer una interrelación social, en la que las personas puedan reconstruir su identidad individual y colectiva.

Los argumentos favorables a este nuevo paradigma digital y potencialmente democrático serían:

-         Los valores culturales cambiantes, como por ejemplo compartir, reconocer, participar, etc… pueden convertirse en valores socioculturales  y políticos, más abiertos al diálogo, al debate, y a la horizontalidad  transversal, frente a la cultura política  dominante, tradicional y de posiciones excluyentes.



-         La politización de las personas cambia de forma:  clics en vez de carteles,  al fin y al cabo activando acciones en uno u otro sentido, y  facilitando acciones más globales, antes imposibles en extensión dialéctica, numérica y geográfica.

-         Los temas en sí mismos no son tecnológicos, sino de cultura y sociedad.  Las redes se han convertido en un poderoso sensor social de temas y preocupaciones. La política podría, por esta vía, acercarse a los problemas de la ciudadanía, y encontrar el pálpito social en un flujo digital veloz, breve y efímero,  signo de los tiempos que corren. Por supuesto, esto debería de ser complementado con otras prácticas de razonamiento, reflexión y organización quizás más adecuados.



Al fin y al cabo, la política formal actual es incapaz de adecuarse a las necesidades cambiantes del mundo y de la ciudadanía, y estos nuevos medios pueden ser la manera de dar respuesta a una generación de ciudadanos desengañados de la política y decepcionados por ella. En realidad, las personas no “pasan” de la política, sino de los políticos, que no es lo mismo.

Esta nueva vía digital sería para los políticos la manera de conectar con la ciudadanía, más allá de las elecciones cada cuatro años, recuperando para las ciudadanos un poco de ilusión y fe, mediante una participación activa. Esto mismo es muy necesario para ellos, en una época de descrédito, desesperanza y sufrimiento colectivo, superando el miedo y el individualismo, gracias al sentimiento  colectividad.

Estos nuevos movimientos son fuertes socialmente, y multitudinarios, y no parece que puedan ni deban ser desdeñados por la clase política. Sin esperar a las siguientes elecciones para pedirles el voto, tras un movido mandato, porque puede que no ya no encuentren a  gente desinformada.

La política debe aceptar la inteligencia de las gentes, utilizando el “crowdsourcing” social  como fuente de análisis hacia soluciones diferentes. Y su instrumento tradicional,los partidos, debe evolucionar hacia espacios de “coworking” político, junto con otros protagonistas alternativos.

Si la política formal desprecia e ignora la actual denuncia de su supuesta incapacidad para hacer propuestas, perderá la oportunidad  de revitalizarse. La innovación no es sólo aplicable en la ciencia y  tecnología,  es necesaria también en las ciencias sociales, humanas y políticas, y más aun en estos  tiempos que corren.


sábado, 20 de abril de 2024

Sobre Mayo del 68 y otros mayos más cercanos.



En el horizonte temporal de la 2ª mitad del siglo XX y los años que lleva transcurridos el siglo XXI, ha habido diversos fenómenos sociales y geopolíticos de gran transcendencia, pero de muy diferente grado de comparabilidad.
Por citar algunos de dichos acontecimientos, el fenómeno maoísta en China, la revolución cubana o la guerra de Vietnam tuvieron efectos sociales y políticos de diferente nivel en distintas partes del mundo. Sin temor a equivocarnos podemos considerarlos como fenómenos geopolíticos previos a la etapa de globalización o más bien pseudoglobalización que estamos viviendo. 
Así mismo, la caída del muro de Berlín, la unificación alemana, el derrumbe de la Unión Soviética y la consiguiente desaparición del Bloque del Este de Europa fueron ya procesos clave en la estrategia geopolítica de las grandes potencias políticas y financieras para avanzar de modo efectivo hacia una globalización mundial de signo neoliberal que facilita principalmente los libres flujos financieros y la explotación de recursos naturales, con sus evidentes consecuencias humanas y sociales. 
Paralelamente, la Unión Europea se iba ampliando y “llenando” de contenido hasta llegar a la moneda única, el euro, y el limitado Gobierno Europeo que ahora conocemos, conservando aún las características peculiares de cada Estado-Nación de la UE, y  en términos generales, veremos cuanto dura, las prestaciones sociales del Estado del Bienestar, aunque de forma heterogénea si comparamos entre el Occidente Europeo y los nuevos países de la UE procedentes del centro y este de Europa. 
Guerras como la de Kuwait, Irak y Afganistán han repercutido poco en los movimientos sociales mundiales y europeos, debido al miedo antiterrorista inducido, y la desinformación mediática, y han favorecido el avance y control de Occidente, en defensa de intereses políticos, financieros y petroleros, entre otros, en una fase en la que ya claramente el poder financiero escapa a cualquier intento de control por parte de los gobiernos formalmente democráticos.
Por otra parte, la llamada Primavera Árabe comparte el contexto anterior, pero con unas características de alzamientos populares que pueden despistar acerca de sus causas y consecuencias, y que por su coincidencia temporal con otros movimientos podría hacer suponer características compartidas que no existen. 
Todo ello, en general, se nos ha “vendido” como si fuesen luchas democráticas y liberalizadoras, cuando en realidad han tenido muy poco de defensa de intereses populares. 

Quizás el fenómeno más “relativamente similar” al de los Indignados, por lo menos por su utilidad a efectos de comparar causas y efectos, y poder sacar conclusiones o realizar propuestas de acción, sea el Mayo del 68 Francés, aunque vaya por delante que la enorme crisis financiera, económica, industrial, de empleo y de consumo iniciada en el 2008 hace difícil cualquier comparación.

Pero analizaremos si es sólo el mes de Mayo (Mayo 1968-Mayo 2011) lo que tienen en común o es algo más. Para ello conviene recordar, siquiera brevemente, qué fue Mayo de 1968 en Francia. 

Se conoce como Mayo del 68 francés la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia, y especialmente en París, durante los meses de mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales y, finalmente y de forma menos entusiasta, los sindicatos y el Partido Comunista Francés. Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa Occidental.
La magnitud de las protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso contra las cuerdas al gobierno de Charles de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario tras la extensión de la huelga general.         
Sin embargo, la mayor parte de los sectores participantes en la protesta no llegaron a plantearse la toma del poder ni la insurrección abierta contra el estado. El grueso de las protestas finalizó cuando De Gaulle anunció elecciones anticipadas.
Los sucesos de mayo y junio del 68 en Francia se encuadran dentro de una ola de protestas protagonizadas principalmente por sectores politizados de la juventud que recorrió el mundo durante 1968.
Como contexto económico de Mayo del 68, cabe decir que surge tras una década de prosperidad económica sin precedentes, aunque sin embargo se manifestaban los primeros síntomas serios de un grave deterioro de la situación, con una crisis industrial que amenazaba ya a muchos sectores.
Políticamente, la década de los 60 había sido testigo del triunfo de la Revolución Cubana y de la guerra de Vietnam, con un amplio movimiento de solidaridad en gran parte de Europa y de los propios Estados Unidos, que canalizaba la oposición al imperialismo. En Francia estos movimientos tuvieron su origen durante la guerra de Indochina y la de Argelia, que provocaron una fuerte polarización en la sociedad francesa desde principios de la década de los 60. 
El desarrollo de la Revolución Cultural en China hizo que el maoísmo fuese una nueva base ideológica en las izquierdas francesas, mientras que a raíz de la guerra de Argelia surgieron importantes movimientos ultraderechistas, que se enfrentaron durante la década de los 60 con los movimientos estudiantiles y obreros izquierdistas tanto en las universidades como en las calles de las principales ciudades de Francia, mientras la figura del general De Gaulle, en el poder desde 1958, sufría un desgaste palpable. 
El movimiento obrero francés experimentó esa década una fuerte radicalización y cierto alejamiento de las cúpulas sindicales, con huelgas violentas y ocupaciones de fábricas, contra los acuerdos de los dirigentes sindicales.
El acercamiento entre el movimiento estudiantil y un movimiento obrero radicalizado al margen de las cúpulas sindicales sentó las bases para la agitación de mayo y junio del 68.
Culturalmente, los años 60 en Francia, al igual que en el resto de occidente, fueron una época de acelerados cambios culturales. La época estaba caracterizada por la aceleración del éxodo rural     y el surgimiento de la sociedad de consumo, cada vez más influida por los medios masivos de comunicación que generalizaban la cultura de masas. Es además en los años 60 cuando los jóvenes se convierten en una categoría socio-cultural, logrando su reconocimiento como un actor social que establece procesos de adscripción y diferenciación entre sus opciones y las de los adultos. 
Se realiza además una ácida crítica al sistema educativo francés y sus mecanismos de reproducción social, que permitían a las élites conservar su poder de generación en generación. 
Cuando los conflictos se inician en Nanterre, en La Sorbona y en el Barrio Latino, los derechistas acusaron a los estudiantes movilizados de “terroristas” y les gritan “! Vietcongs asesinos!”, con el objetivo de contrarrestar el crecimiento del movimiento de protesta.
Los estudiantes y los profesores llamaron a la huelga, exigiendo la retirada de la policía y la reapertura de La Sorbona, así como la liberación de los estudiantes detenidos hasta el momento.
Con los grandes enfrentamientos entre las barricadas levantadas en el Barrio Latino, la violencia de la policía provocó un sentimiento de solidaridad entre la mayor parte de la sociedad francesa ( el 61% de los franceses simpatizaban en esos momentos con los estudiantes). Las manifestaciones llegaron hasta las inmediaciones del Elíseo.
El 10 de Mayo, en una noche de barricadas, decenas de miles de estudiantes acuden a las barricadas del Barrio Latino. La policía disuelve las barricadas por la fuerza y se producen los más duros enfrentamientos de todo el mes de mayo con cientos de heridos.
Al día siguiente, carros blindados se desplegaron por París. 
El 13 de Mayo se convoca huelga general, la manifestación de ese día congregó a 200.000 personas, mientras 9 millones de trabajadores en toda Francia seguían la convocatoria de huelga. 
En esos momentos, en muchos de los centros de trabajo en huelga, comienza a plantearse la cuestión del poder obrero en las empresas, poniendo verdaderamente en cuestión la autoridad del Estado y generando un auténtico vacío de poder. 

Ante esta situación, el gabinete de Pompidou acepta, el 25 de Mayo, el abrir negociaciones con los representantes de los obreros en huelga. Estas negociaciones se plantean a tres bandas: patronos, sindicatos y gobierno. Las negociaciones concluyen el 27 de Mayo con los Acuerdos de Grenelle , en los que se recoge un incremento del 35% en el salario mínimo industrial y del 12% de media para todos los trabajadores. Sin embargo, la mayor parte de los trabajadores en huelga rechazaron el acuerdo. Al día siguiente François Miterrand, en rueda de prensa, pide al gobierno de De Gaulle su dimisión, afirmando que desde el 3 de Mayo “no había Estado”, y se postula como candidato a la presidencia.

El 29 de Mayo De Gaulle no asiste al Consejo de Ministros convocado aquella mañana. Se entrevista con el general comandante en jefe de las fuerzas francesas en Alemania, provocando una gran inquietud ante la posibilidad de que el Presidente decidiera recurrir al ejército.
El mismo 30 de Mayo De Gaulle regresa a París y se dirige al país por radio, anunciando que no dimitirá, a la vez que disuelve la Asamblea Nacional y convoca elecciones en un plazo de 40 días.
Quedó claro que la única forma de derribar al gobierno era mediante un alzamiento que ninguna de las partes en lucha estaba dispuesta a llevar a cabo.
El 12 de junio, De Gaulle decretó la disolución e ilegalización de los grupos de extrema izquierda y prohibió las manifestaciones callejeras durante 18 meses, sus publicaciones prohibidas y varios de sus líderes arrestados. 
Durante un violento mes de junio, la totalidad de los centros de trabajo vuelven a la normalidad, bien por acuerdos de los trabajadores, bien por intervención policial.
A fines de junio se celebraron elecciones legislativas. El partido gaullista salió fortalecido, mientras que el partido comunista y el partido de Miterrand perdieron representación fuertemente. Muchos obreros y estudiantes unidos en el rechazo al gaullismo, rechazaron el liderazgo de los partidos comunista y socialista, negando la validez de su autoridad. 
Como consecuencias de Mayo del 68, tras las elecciones de junio, el gobierno francés reconoció la necesidad de emprender una política de reformas profundas para hacer frente al malestar social existente en el país. 
En abril del 69 se celebró un referéndum, que De Gaulle planteó como un plebiscito sobre su gestión al anunciar que abandonaría la presidencia si no triunfaba el SI. Sin embargo, los franceses votaron mayoritariamente por el NO, provocando la retirada de   De Gaulle de la escena política.
La derrota gaullista marcó el inicio del fin de la generación de líderes políticos que habían dirigido Europa Occidental desde el fin de la II Guerra Mundial. 
El sindicalismo comenzó en 1969 las conversaciones previstas en los Acuerdos de Grenelle, y se experimentó un mantenimiento de la conflictividad laboral en Francia durante los años posteriores a 1968.
Son evidentes puntos no comunes entre el Mayo del 68 y el Mayo del 2011,  frente a  otros más en común de lo que pudiera parecer a primera vista 

 En el Mayo indignado del 15M en 2011, versus el Mayo del 1968: 

-Los participantes, jóvenes y no tan jóvenes, se reclaman ciudadanos, pero no específicamente estudiantes u obreros.

-Las quejas contra políticos y bancos quizás son en el fondo antisistema, pero no en primera instancia, habida cuenta de los puntos que reivindican.

-Actúan al margen de sindicatos y partidos políticos

-No utilizan como herramienta la huelga ni las barricadas.

-La crisis no económica no es industrial y restringida a lo nacional, sino financiera y más o menos global.

-Se defiende el Estado del Bienestar, y sólo se ataca indirectamente a la democracia formal, frente a la representativa, y al neoliberalismo, no directamente al capitalismo.

-Hay peticiones concretas.

-Cuentan en general con el apoyo de la población, en cuanto a la existencia sobrada de motivos de indignación.

 -Utilizan las redes sociales, pero no las del 68, aunque dudamos que eso cree opinión, como mucho, coordinación y convocatoria

-Carecen de ideología declarada.

-Todavía no han puesto en un “brete” a los poderes públicos.

-El 68 fue de recorrido corto y fuerte, frente a la reacción del 2011, que parece ser suave y de largo recorrido o de lo contrario, no ser nada.



Pero en cambio , los dos Mayos, de 2011 y de 1968, tienen en común:


-La población, en general, está de acuerdo con ellos.

-Las causas, son aún más descaradas que en el 68 y van a ir en aumento.

-También les han intentado “ningunear”, sobre todo al principio para luego copiar alguna idea, hablar mejor de ellos, etc..

-Molestan, les intentan desalojar, les agreden, etc…

-Actúan al margen de los partidos, sindicatos y poderes públicos.

-Ponen de manifiesto de forma visible un gran problema social y difunden información no interesada y pedagógica sobre el funcionamiento del sistema.  

Nada fácil, pero necesario en este nuevo proceso de reinvención de Europa, agravándose la llamada “crisis”, que no es tal, sino un nuevo "statu quo" del orden económico y social mundial, en el contexto de una gobernanza global, y a favor de los “mercados”, eufemismo que designa al poder financiero mundial y a sus instituciones más representativas.           


Sobre indignaciones e indignados.



Esta vez me inspiro en lo escrito por N.B. a este respecto.

El llamado movimiento de los Indignados es un movimiento ciudadano organizado con una serie de protestas pacíficas en torno a tres colectivos especialmente castigados: los parados, los desahuciados por no hacer frente al pago de hipotecas, y la juventud autodenominada “juventud precaria”.

Cuáles son los antecedentes? Cómo y  por qué se desató el movimiento? Todo comenzó con centenares de acampadas en ciudades españolas y otras de todo el mundo creadas por expatriados españoles, definiéndose como movimiento apartidista, pacífico, horizontal y transparente.

La economía nos somete a su regla especuladora y mercantilista y se aleja de su auténtico objetivo que no debiera ser otro que el bienestar y la felicidad de los ciudadanos.

El 30 de Marzo de 2011, miles de jóvenes, con estudiantes en huelga a la cabeza, hicieron su primera protesta contra el paro, la precariedad laboral, los recortes presupuestarios en educación, el plan Bolonia, y el aumento de tasas universitarias.

Como respuesta a la crisis económica, continuaron las protestas criticando fuertemente la “partitocracia”, instando a que no se vote en respuesta a la ley Sinde y a los partidos que la apoyaban.

Los movimientos sociales, que desde varios años atrás promovían una organización de base, barrial, laboral y política, tuvieron también una influencia decisiva a la hora de culminar en la gran movilización del 15 de Mayo.

En siglos pasados España y Portugal se quedaron al margen de la industrialización, convirtiéndose en satélites de sus vecinos europeos. España viviría su revolución industrial posteriormente, como una defectuosa adaptación al capitalismo.

Siempre hubo algún movimiento antifeudal o de una burguesía manufacturera propia o industrial que hacía frente a la Monarquía, la Iglesia y la Nobleza. Los mejores elementos progresistas, no pudieron luchar contra estos enemigos del progreso y desarrollo de las fuerzas productivas.

La España  de la guerra civil, con su continuidad política y económica en el neoliberalismo de nuestros días, impide avanzar por la senda del verdadero desarrollo de la justicia social.

Ni entonces el oro de América, ni  ahora los ingentes capitales, son reinvertidos para el desarrollo de una sociedad justa, industrial y moderna, cuyo testigo de protesta recogerá más adelante el movimiento 15-M.

Una de las inspiraciones más recientes para los indignados ha sido el libro “Indignáos”, escrito por Stèphane Hesssel, escritor y político  participante en la redacción  de la “Declaración Universal de los derechos Humanos”, el cual insta a alzarse pacíficamente contra la Indiferencia. Otras inspiraciones han venido de la mano de la escritora Rosa María Aital en su libro “Reacciona” o el documental de Charles Ferguson: “Inside Job”.

También se inspiró el movimiento de protesta del 15-M contra los políticos y banqueros en la revuelta de Grecia de 2008 , en las revueltas del mundo árabe de 2010-11, la revuelta ciudadana islandesa por la crisis financiera, o si nos vamos más atrás en el tiempo , en el Mayo del 68 en Francia u Octubre del mismo 68 en México, cuyas protestas de estudiantes y trabajadores dejaron un número indeterminado de muertos y heridos, lo cual fracturó la confianza en los derechos de libre expresión y reunión.

Europa, con Alemania a la cabeza, exige recapitalizar los bancos europeos ya capitalizados con dinero público evitando la quiebra de ciertos países sin importar que los nuevos endeudamientos se garanticen con el derrumbe del Estado de Bienestar y el desmantelamiento de la esfera pública a favor de la privada.
Toda la indignación de la sociedad civil se fue canalizando poco a poco en diversos colectivos ciudadanos, cada uno con su propio lema, como por ejemplo Democracia real ¡Ya! ( no somos mercancía en manos de políticos y banqueros) o el grupo que se hacia llamar “ la generación  Tch!”, movimiento generado un par de años antes, según testimonio de un integrante conocido  que explicó el desencanto y poca ilusión de él y sus compañeros por todo: (Tch!, onomatopeya producida con la lengua y el paladar para expresar descontento y resignación.

No existe movimiento revolucionario que no nazca de la afirmación contundente y precisa de una reivindicación, aunque el movimiento 15-M no es un movimiento revolucionario. Esta necesidad reivindicativa, da origen  al levantamiento, y lo estructura, pero estar indignado es la declaración de un estado emocional, incluso sin saber muy bien lo que se quiere.

Los primeros días de la Asamblea de Sol, el 20 de mayo ,los manifestantes   elaboraron las siguientes propuestas:

1.- Cambio de la ley electoral para que las listas sean abiertas y con circunscripción única. La obtención de escaños debe ser proporcional al número de votos.

2.-Atención a los derechos básicos y fundamentales recogidos en la Constitución como son: derecho a una vivienda digna, articulando una reforma de la Ley Hipotecaria para que la entrega de la vivienda en caso de impago cancele la deuda; sanidad pública gratuita y universal; libre circulación de personas y refuerzo de una educación pública y laica.

3.-Abolición de las leyes y medidas discriminatorias e injustas como han calificado la Ley del Plan Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior, la Ley de Extranjería y la conocida como Ley Sinde.

4.-Reforma fiscal favorable para las rentas más bajas, una reforma de los impuestos de patrimonio y sucesiones. Implantación de la tasa Tobin, que grava las transferencias financieras internacionales y supresión de los paraísos fiscales.

5.-Reforma de las condiciones laborales de la clase política para la abolición de sus sueldos vitalicios, así como que los programas y las propuestas políticas tengan carácter vinculante.

6.-Rechazo y condena de la corrupción. Que sea obligatorio por la Ley Electoral presentar unas listas libres de imputados o condenados por corrupción.

7.-Medidas plurales con respecto a la banca y los mercados financieros en cumplimiento del artículo 128 de la Constitución, que determina que    “toda riqueza del país en sus diferentes formas sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Reducción del poder del FMI y del BCE. Nacionalización inmediata de todas aquellas en para evitar posibles abusos entidades bancarias que hayan tenido que ser rescatadas por el Estado. Endurecimiento de los controles sobre entidades y operaciones financieras para evitar posibles abusos en cualquiera de sus formas.

8.-Desvinculación verdadera entre la Iglesia y el Estado como establece el artículo 16 de la Constitución.

9.-Democracia participativa y directa en la que la ciudadanía tome parte activa. Acceso popular a los medios de comunicación, que deberán ser éticos.

10.-Verdadera regularización de las condiciones laborales y que se vigile su cumplimiento por parte de los poderes del Estado.

11.-Cierre de todas las centrales nucleares y la promoción de energías renovables y gratuitas.

12.-Recuperación de las empresas públicas privatizadas.

13.-Efectiva separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

14.-Reducción del gasto militar, cierre inmediato de las fábricas de armas y un mayor control de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

15.-Recuperación de la Memoria Histórica y de los principios fundadores de la lucha por la Democracia en el Estado.

16.-Total transparencia de las cuentas y de la financiación de los partidos políticos como medida de contención de la corrupción política.

Estas son las propuestas en las que hubo consenso.

Lo novedoso de este movimiento 15-M, es la denominación, las causas y el método, ya que movimientos sociales los ha habido a lo largo de toda la historia.

 Realmente notable es el papel  jugado por las redes sociales de Internet. Se consiguió convocar a miles de personas  a la vez en diversas ciudades del mundo con pleno éxito. Twitter  tuvo un papel decisivo. Diversos “Hashtags” (Etiquetas) relacionados con las manifestaciones alcanzaron inmensa popularidad a nivel internacional rápidamente.  Ahora se quiere cambiar el Código Penal para que algo así, o la mera resistencia pasiva, constituyan delito de desacato a la autoridad o algo peor, (la calle es todos, pero de unos más que otros, y esto molesta, sobre todo a la hora de “recortar”, es más manejable y cómodo llamar democracia al hecho de votar cada 4 años, y punto).

Aunque estas concentraciones provocaron diversas reacciones en los partidos políticos, casi ninguno quiso pronunciarse acerca de la situación. Algunas Juntas Generales, decidieron abiertamente no permitir las concentraciones ( Madrid, Oviedo, Gasteiz, etc…).

Algunos intelectuales han  apoyado sin reservas el movimiento, no lo ha apoyado sin embargo la Iglesia, cuya doctrina básica es la igualdad de los hombres. Un cristiano que ejerza como tal, no debería tener cabida en partidos parlamentarios que negocian con principios no siempre negociables, o incluso contra alguno de los Derechos Humanos.

 En Londres, fueron desalojadas las personas que acampaban en la plaza de Saint Paul, frente a la Catedral del mismo nombre, a instancias del Obispo, como comentaba Tammy Samede, la activista de “Occupy London”, en artículo escrito para el periódico “Público” por David Bollero: “ Soy  cristiana y como tal, apelé al obispo para que apoyara la causa, pues los valores que defendemos son de igualdad y justicia”. Sin embargo la activista considera “poco cristianas” las últimas acciones de la Iglesia.

Con la acampada de Sol en boca de todos  sus miembros , ya se ha extendido a  40 ocupaciones más en todo Reino Unido: “es un movimiento global que exige cerrar la brecha  existente entre ricos y pobres”, argumenta esta mujer de 33 años, madre de cuatro hijos, desempleada, sin casa y sin ayudas del Estado: “Es un movimiento social pacífico que busca un cambio, algo que ningún Estado debería ignorar”.

Los gobiernos  tienen motivos de sobra para estar preocupados, es un movimiento que hace pensar y reaccionar a la gente. 




lunes, 16 de octubre de 2017

Improperios.





1.
Mangarrán, mamarracho,
que te quedas
al socaire
de elegantes ventanales,
y abandonas existencias
más 'banales'
al albur de problemas
muy reales,
que destrozan vidas
sin que puedas
arreglar semejantes
barrizales.
Aunque puedas, los llamas
imposibles,
y prefieres la muerte
antes que cedas,
pues trabajas
para amos invisibles.

2.
Ley del Mínimo Esfuerzo es de
Natura.
No sirve para seres
racionales.
¡Déjate de milongas
estivales!
Trabaja con esfuerzo
y con bravura.

3.
'A la bartola', ¿con excusas
a raudales?.
Trabajando en empresas
se madura.
No hay cuestión para ser
un 'cara dura'.
¡Espabila!, o dirán
que no les vales...

4.
Te acabarán zumbando
las orejas,
fallarás a queridos
y leales,
con posturas más bien...
vacacionales.
¡No te pases de listo!
Mas no cejas...

5.
Si amargas la existencia
de la gente,
o frustras el futuro
a nuestros nietos,
no permaneceremos
todos quietos,
por más que controleis 
muy bien la mente.

6.
Lo podrás comprobar:
no quedan lelos.
Lo que te digo es cierto,
cosa fija.
Pronto van a dolerte
hasta los pelos.
Te los van a afeitar
con una lija.

7.
No te engañes, no queda
una rendija.
Si amargas la vejez
a los abuelos,
no esperes que su mente
ya no rija,
porque serán para ti
todos sus duelos.




martes, 9 de julio de 2013

Revoluciones tecnológicas y Derechos Humanos.






Los Derechos Humanos han sido formulados, aceptados y aplicados de forma paulatina,  y son inherentes a toda persona,  debido a la dignidad humana.
Acabada la Segunda Guerra Mundial, la ONU formuló la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, y ha ido evolucionando de forma progresiva, con las llamadas “generaciones” de derechos, tanto en su formulación como en su aceptación, aplicación y control.
Tras la “generación” de Derechos Humanos Civiles y Políticos, llegó la de los Derechos Humanos Económicos, Sociales y Culturales, y el proceso continúa.
Actualmente las tecnologías de información y comunicación, así como otras nuevas tecnologías,  constituyen lo que se podría llamar quinta revolución o paradigma tecnológico de los dos pasados siglos. Efectivamente, la primera revolución tecnológica de ese período fue la revolución industrial inglesa de 1771, seguida por la era del vapor y los ferrocarriles desde 1829, la era del acero, la electricidad y la ingeniería pesada desde 1875, la era del petróleo, el automóvil y la producción en masa desde 1908 y la era de la informática y de las comunicaciones desde 1971.
Las tecnologías de la información y comunicación han permitido establecer comunicaciones a escala planetaria, y junto con otras nuevas tecnologías como la ingeniería genética y las biotecnologías, hacen posible por primera vez para la humanidad nuevas formas de ejercer los derechos, pero como todas las conquistas de la ciencia y de la técnica también nuevas formas de dominio.
Por todo ello, es necesaria una nueva “generación” de Derechos Humanos para adaptar los actuales a las nuevas realidades existentes en este contexto tecnológico, el cual afecta a aspectos científicos y tecnológicos, pero también a  aspectos sociales y humanos que deben ser regulados por las instituciones jurídicas y políticas, hasta definir el alcance y ejercicio de esos nuevos Derechos Humanos.
Las sucesivas “generaciones” de Derechos Humanos suponen un proceso continuo de adaptación y redefinición de los mismos, no de su sustitución o eliminación.  Esta quinta revolución tecnológica  en una sociedad que se proclama globalizada, implica la aparición de nuevas necesidades  junto con  nuevos derechos y deberes, y los Derechos Humanos  no son  un conjunto cerrado y acabado.
El mundo y la vida son sistémicos, holísticos,  y cuando algo cambia afecta a todo lo demás. Así pasa con los Derechos Humanos, siempre dejando a salvo  los valores básicos  de la dignidad humana  de la que emanan. La dignidad humana ha solido ser olvidada por  ideologías y comportamientos a lo largo de la Historia, pero no por nuevos paradigmas tecnológicos, cuando son justa y debidamente utilizados en favor de la humanidad.
Sin olvidar a  otras especies y a la naturaleza del planeta en que vivimos,  que no se deben ni se pueden olvidar, pero que no son Derechos Humanos, sino temas de responsabilidad, sostenibilidad y en definitiva Ética.
 
 

martes, 11 de junio de 2013

Dignidad, adaptación y ética.






En este blog figura una entrada de fecha 24/12/2013 titulada “Modernidad, postmodernidad y lo que viene”. En ella se decía al final que, para las personas, la adaptación y la evolución no son el mismo concepto y que ello tiene repercusiones en la dignidad humana.
Existe una dignidad humana innata o inherente al ser humano y, con otro matiz, una dignidad que se adquiere o se pierde con “el hacer” humano. Esta dignidad implica respeto, propio y ajeno, como consecuencia del mérito que se otorga a quien tiene una norma más elevada de comportamiento, según decía Kant.
Las normas de comportamiento constituyen la ética, así que el mérito y el respeto, o sea la dignidad, corresponderían a quien le reconozcamos una actuación mejor o más elevada. La ética de las personas y grupos sociales, civilizaciones incluidas, implican un sentido de la vida que es cultural, aunque cada persona necesita un sentido personal de su vida para que su existencia sea “soportable”. La ética común para la humanidad está hoy día constituida por los Derechos Humanos, como ética transcultural.
La dignidad, el respeto, el mérito y la ética personal son conceptos vinculados y relacionados también con la libertad objetiva que realmente tiene la persona y la libertad subjetiva que cree tener. Los neurocientíficos sostienen que objetivamente no existe el “libre albedrío”, ya que el Yo individual y la voluntad se originan en el cerebro, y el cerebro está sujeto a procesos bioquímicos, como los neurotransmisores y neuroreceptores, así como a procesos sociales de educación, adaptación y evolución, los cuales son posibles gracias a la “plasticidad” cerebral.
Tanto la ética como la estética son vitales para el ser humano, pero de muy diferente manera. Interviene aquí el llamado “locus o sitio de control”, que puede ser interno o externo, originando así acciones “autotélicas” o “exotélicas”. La estética tiene, al parecer, un “locus de control” más externo, es más exotélica, se basa más en el parecer y el tener, es menos libre. La ética se vincula con el ser y el hacer, y tendría según esto un “locus de control” más interno, más autotélico, más libre.
Así mismo, la dignidad tiene relación con la obediencia, siendo digno de obediencia aquello que merece ser obedecido: lo que es justo. La obediencia ciega a aquello que es legal, pero injusto, es indigna. A veces, la desobediencia es más ética, justa y digna que la obediencia. Obedecer es más exotélico y desobedecer más autotélico.
La palabra democracia se emplea para designar realidades muy diferentes, y está a su vez vinculada con la dignidad humana. Diferente asunto es cómo conseguir una democracia que merezca ese nombre en un mundo globalizado.
Últimamente escuchamos con frecuencia que libertad y seguridad son conceptos que se contradicen, lo cual es utilizado como excusa para justificar el incumplimiento de derechos y deberes, el incremento del control sobre la ciudadanía y la reducción de las libertades civiles y la privacidad.
Pero como se ha dicho ya, los Derechos Humanos constituyen la ética transcultural de nuestra época, y necesitarán adaptarse y evolucionar por “generaciones”: desde los derechos civiles y políticos, a los derechos económicos, sociales y culturales, y desde éstos a los relacionados con las tecnologías de información y comunicación, la ecoética y la bioética.
En este siglo XXI, los conflictos serán éticos e ideológicos, incluida la macroeconomía y las grandes finanzas, que siempre han sido políticas y sociales. La microeconomía, sobre todo cuando se aplica a estados, países y naciones como si fuesen meras empresas o familias, merece más el nombre de “contabilidad”, por más compleja que quieran hacerla parecer. 
 

viernes, 24 de mayo de 2013

Modernidad, postmodernidad y lo que viene.




Recientemente ha habido oportunidad de oír y leer algunas cosas que básicamente se relacionan con la necesidad vital del ser humano de adaptarse y evolucionar para seguir  viviendo, como individuo y como especie. Pero las aproximaciones a este tema son básicamente diferentes, tanto en su enfoque como en su nivel intelectual y vital.
Por ejemplo:
-          Un sociólogo afirma que el Capitán Garfio es más humano y real que un Peter Pan inmaduro y ambiguo, y porque lo digan unos cuantos “niños”, no hay que creerse viejo, solo y acabado. No es digno, y menos aún lanzarse por ello a las fauces de un cocodrilo para acabar con todo. Son conveniencias sociales y roles de edad cambiantes en el tiempo, con una base biológica y muchas bases económico-sociales cambiantes.

-          Leo una interpretación básicamente vegetativa del ser humano, en la que al mismo tiempo se habla de coletillas del lenguaje que indican que una persona  está prácticamente “muerta” cuando ha sido sobrepasada por la vida moderna… (Charles Chaplin ya hizo una película llamada “Tiempos Modernos” a principios del siglo XX, era una crítica de la producción en serie o en cadena. ¿Estaría sobrepasado o rendido en el combate de la vida? No lo creo).
 
-          En una conferencia, un experto en Bioética dice que el ser humano ya puede y debe dirigir la propia evolución de su especie. Un asistente a la conferencia le pregunta para qué hay que evolucionar,  quiénes van a elegir el rumbo de esa evolución y quiénes serán beneficiados por ella, pero no obtiene respuesta.

-          Un catedrático de Filosofía del Derecho cita a Ortega y Gasset para que decir que frecuentemente quienes quieren decidir lo que es bueno o malo para la civilización desconocen los propios fundamentos de la civilización.

-          Los  neurocientíficos  saben que el Yo individual es una creación del cerebro humano, y que el ser humano no es objetivamente libre, sino que su libertad es subjetiva y determinada por múltiples condicionantes biológicos y sociales. No hay razón para creer que la indeterminación cuántica que existe en la materia del Universo no exista también en la materia cerebral.

-          Un experto en Derecho Penal afirma que una pena no supone una condena moral, sino una condena social, con un componente de peligrosidad, y por tanto es irrelevante el grado de libertad de la persona, salvo en casos psiquiátricos reconocidos. Lo contrario cambiaría el concepto funcional de nuestro mundo.
De todo ello y de unas cuantas cosas más, se puede deducir que el saber y la sensatez no van ni siempre ni necesariamente unidos, y que es imperativa una visión sistémica, y no puramente experta, para decidir o simplemente opinar acerca de temas relevantes para el ser humano.
El concepto de evolución genética es claro, no así su sentido ni su reparto planetario, que hará necesaria una nueva generación de Derechos Humanos.
En cuanto a la modernidad, es un concepto tan rápidamente cambiante que no merece la pena hablar de ello. Los paradigmas científicos, tecnológicos, económicos y sociales la convierten en “humo” con sus cambios. Sobrevivir en la vida cotidiana con un mínimo de felicidad, o simplemente bienestar, no permite pensar demasiado, hay que adaptarse.
Pero evitar juicios de valor es una cosa, y evitar pensamientos críticos otra bien diferente. El pensamiento único no lleva sino al “pesebre” y a la adaptación mimética social y económica: es adaptación, no evolución. Evolucionar es otra cosa, la vida es combate, pero la cooperación es necesaria en ese combate. El individualismo no vale, y el gregarismo tampoco.
Todo esto es materia resbaladiza, porque implica temas de gran saber y mayor poder, es el futuro de la humanidad desde la biología hasta la ética, pasando por la técnica, la economía y el derecho.
El futuro humano individual acaba siempre en la muerte: “todos calvos”. El de la especie se juega durante esta época en estos campos:
-          Física de partículas y Cosmología.
-          Nanotecnología.
-          Neurociencia.
-          Genoma humano y Biotecnologías.
-          Aire, agua, alimentos y energías.
-          Educación y sanidad.
-          Sistemas sociales, económicos y financieros éticos y controlados democráticamente.
-          Culturas e ideologías, la gran batalla de nuestros tiempos.
-          Derechos Humanos y ética transcultural.
-          Globalización y gobernanza, humana y con alternativas.
-          Cooperación y desarrollo humano.
No es cuestión de antes, ahora y después. Sólo vivimos en el ahora. Y el combate vital, entendido como sentido de la vida, es imprescindible. Pero en la Historia ha sido frecuente confundir poder económico, cultura dominante y legalidad con la justicia y la bondad. Y eso es algo que cambia lentamente, cuando cambia. Todo esto son opiniones, ni más ni menos que las de otros, incluidos los expertos. Claro, “pasando” y sin “saber” se suele sufrir menos. Pero es cuestión de dignidad, porque sin ella sí que se está “muerto en vida”.
Se hace aún más necesario algo que siempre ha convenido: aprender antes de hablar. Y tras aprender, no engañar diciendo verdades a medias, ni únicamente lo que  conviene, como por ejemplo:
-          “Adáptate y sobrevivirás”.
-          “El libre mercado evita guerras y conflictos”.
-          “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.
-          “Internet favorece la democracia en el mundo”.
-          “La riqueza es cuestión de mérito”.
-          “No hay otra solución”.
-          “Creamos riqueza (o mejoras genéticas) para algunos, pero luego estarán al alcance de todos”.
-          “Hay que elegir entre libertad y seguridad”.
-          “La gente no puede entender, es mejor no explicar”.
-          “La mano invisible del mercado hace innecesarias las regulaciones”.
-          “Todos lo hacen”.
-          “El mundo libre del Occidente democrático”,
y tantos más.
Tarea probablemente imposible, o al menos muy difícil, pero no es cuestión de edad ni de economía, sino de las ideologías y de la naturaleza humana.  
Adaptarse es necesario, pero no suficiente: la dignidad exige más.