viernes, 20 de julio de 2012

Sobre dos amistades de Michel de Montaigne: Étienne de La Boétie y Marie de Gournay.


No es fácil situarse mentalmente en entornos materiales y vitales distintos a los nuestros, más aún cuando hay lejanía en el tiempo, en el espacio, y en la cultura. Pero hay que intentarlo, para poder calibrar la importancia de hechos, obras, y personas.

Michel Eyquem de Montaigne vivió en Francia en el siglo XVI (1533-1592).




En aquella época España era hegemónica, reinaba Felipe II, América había sido descubierta no hacía mucho, el Reino de Navarra había sido invadido y anexionado, salvo una pequeña parte al otro lado de los Pirineos, la llamada Merindad de Ultrapuertos, había guerra en Flandes, y en el Mediterráneo, etc...

Europa estaba inmersa en guerras de religión entre católicos y protestantes: la Reforma y la Contrarreforma. Francia estaba aún bastante diferenciada en sus regiones y variantes idiomáticas, sin dinastías reales muy predominantes, y también inmersa en sus guerras de religión entre católicos y protestantes, estos últimos llamados "hugonotes", en el caso francés.

Iñigo de Loyola vivía y fundaba la Compañia de Jesús. La imprenta era un invento relativamente "nuevo" que estaba cambiando el mundo conocido, se estudiaba en latín, las mujeres no tenían acceso a la formación intelectual, los reyes eran reyes, había señores y siervos, la vida era dura, la justicia cruel, las penas judiciales verdaderas carnicerías al aire libre, y así sucesivamente. La noción de Derechos Humanos era inexistente, salvo la ética natural y la caridad cristiana.

Como referencia, en 1545 se imprimió y editó en Burdeos el primer libro escrito en lengua vasca, en euskera, titulado "Lingua Vasconum Primitiae", cuyo autor fue Bernard Etxepare, y en 1571 se editó en La Rochelle, villa hugonote, la primera traducción protestante del Nuevo Testamento al euskera, realizada por Joanes Leizarraga, por encargo de Joana de Albret, reina de Navarra.

Sobre Michel de Montaigne no trataré aquí. Me remito a sus "Éssais", sus Ensayos, y al libro que Sarah Bakewell ha escrito acerca de su vida y obra, llamado: "Cómo vivir. Una vida con Montaigne.", editado en inglés en 2010, y traducido al castellano en 2011.

Digamos únicamente que Montaigne fue rico, terrateniente, noble, culto, magistrado, humanista, alcalde de Burdeos, buen diplomático y mediador, bastante escéptico, lúcido, reflexivo, y con enorme libertad intelectual y personal.

Es conocido como autor de sus famosos Ensayos, más de cien en 20 años, sobre todo tipo de temas, y desde una perspectiva nueva y original: sus sentimientos, vivencias, y opiniones personales. Todo un fenomenal "blog" vital, no una autobiografía. Magnífica obra, cuya lectura es una experiencia vital, y en la que el lector se pregunta cómo el autor podía conocer tan bien al ser humano, a uno mismo. Conjunto literario de ensayos llenos de psicología y sociología humanas, desde un punto de vista estrictamente personal. Magistrado, diplomático, alcalde, "amigo" de reyes, viajero, pero sobre todo defensor de su privacidad: leer sus Ensayos no sirve para saber más, sino para aprender a vivir.

Dicho esto, hay que mencionar las dos amistades más íntimas, relevantes, y trascendentes de su vida, familia aparte. Ninguna de ellas banal, precursores de temas no habituales en su tiempo, y aún en nuestros días debatidos en su aplicación, verdaderos caracteres. El primero influyó a Montaigne, la segunda fue influída por él. Se llamaban Étienne de La Boétie y Marie Le Jars de Gournay.

Étienne de La Boétie (1530-1563), era poco mayor que Montaigne.




La Boétie escribió a los 18 años un folleto llamado "Discurso de la servidumbre voluntaria". Montaigne lo leyó y deseaba conocer a su autor. Unos años después, siendo los dos magistrados, se conocieron, y fueron amigos hasta la muerte de La Boétie, el cual murió por causa de la peste, a los 32 años de edad. Montaigne estuvo con él en su agonía, que le marcó para siempre, y la reflejó por escrito, y originó su Ensayo sobre la Amistad.

La Boétie era también noble y rico, y es de sorprender que en aquella época escribiese su discurso sobre la "servidumbre voluntaria", tanto por su contenido como por su lucidez y osadía política e intelectual. El texto fue utilizado ya entonces por los hugonotes en Francia como argumento de rebeldía contra el rey. Posteriormente, ha sido considerado precursor de la desobediencia civil, de la resistencia pacífica, del anarquismo, de la psicología social, del neoliberalismo radical, y en resumen, de cualquier idea basada en la retirada de apoyo popular al Estado, en su forma tiránica o dictadura.

La amistad entre La Boétie y Montaigne fue una amistad de juventud, o primera madurez.

El caso de Marie Le Jars de Gournay (1565-1645) es algo diferente. Fue una amistad de "madurez" para Montaigne, y algo atípica para ambos, ya que se convirtieron en padre e hija adoptivos, a pesar de que Montaigne estaba casado, vivía su esposa y tenían una hija viva.



Marie de Gournay era hija de familia noble, pero sin muchos recursos. Huérfana de padre, y contra el deseo de su madre, aprendió latín ella sóla, a base de comparar libros clásicos con traducciones francesas.

A los 18 años leyó los Ensayos de Montaigne, quien los escribió en francés, y deseaba conocerle. A los 23 años escribió a Montaigne, y le invitó a visitarle en su casa,  lo que Montaigne aceptó, y a petición de ella, le admitió como hija adoptiva. Montaigne tenía entonces 55 años, casado y con una hija, y se convirtió en su mentor.

Cuando Montaigne murió, a los 59 años en 1592, a consecuencia de complicaciones por piedras en el riñón, la familia de Montaigne entregó a Marie de Gournay las últimas y diversas modificaciones de los Ensayos de Montaigne, y Marie se encargó de editar la 3ª revisión de dichos Ensayos, en 1595.

Posteriormente, la familia de Marie de Gournay tuvo que vender sus propiedades, Marie no quiso casarse, sino que se quedó soltera, y vivió como escritora, cosa inaudita para una mujer de su tiempo. Lo logró a duras penas, con escritos propios,  buscando mecenas, y reeditando los Ensayos de Montaigne. Tuvo que soportar críticas personales y literarias, como mujer que era, y lo hizo con una entereza de carácter y una fortaleza de ánimo extraordinaria.

Marie de Gournay murió mediado el siglo XVII, en 1645, a los 80 años de edad, ya en los tiempos de hegemonía francesa: cardenal Richelieu, batalla de Rocroi, reinado de Luis XIV, etc...aunque en pleno Siglo de Oro literario en España, que por cierto, había tenido seis bancarrotas en menos de cien años, a pesar del oro de América, por los esfuerzos bélicos descomunales desarrollados, y otras causas. Aunque con consecuencias muy diferentes de las que ahora nos está tocando vivir, por  la diferente relación de fuerzas entre política y finanzas,  con resultados terribles para la población en ambos casos.

En este período, en 1643, se editó en Burdeos la obra referente de la literatura vasca, en euskera, titulada "Gero", cuyo autor fue Pedro de Axular.

Hoy en día se reconoce a Marie de Gournay como precursora del feminismo: una de sus obras se titula "La igualdad  de hombres y mujeres", también tiene otras de contenido feminista, así como de poesía, filosofía, etc...además de editora de los Ensayos, e hija adoptiva de Montaigne.

En fin, en aquella época un "trío" precursor: La Boétie-Montaigne-Gournay, que ejercieron la libertad de pensamiento, expresión, y acción, en temas que aún hoy siguen vigentes, y nada fáciles en su aplicación, todo un ejemplo.




















No hay comentarios:

Publicar un comentario