lunes, 9 de septiembre de 2013

Realidad y entrelazamiento cuántico.




El entrelazamiento cuántico es una conexión íntima entre partículas cuánticas, de modo que, una vez que una pareja de partículas se entrelaza, un determinado cambio en una de ellas se refleja de forma instantánea en la otra, aunque se encuentren alejadas y separadas en el espacio. Este fenómeno cuántico es poco intuitivo. Einstein no aceptaba que los sucesos lejanos pudieran tener un efecto instantáneo, más rápido que la luz, en sucesos locales.

Sin embargo en 1964 el físico John Bell demostró teóricamente que la idea de que la realidad consiste en regiones separadas, unidas por vínculos locales, es incompatible con la teoría cuántica, y que el Universo es fundamentalmente un lugar interconectado, interdependiente e inseparable. Esto ha sido demostrado experimentalmente, desde 1980 a lo largo de dos décadas. En el llamado experimento de Ginebra del año 2000, se pudo comprobar su realidad en fotones “entrelazados” viajando por diferentes fibras ópticas y alejados más de 10 km.

La conclusión es que dos fotones, o electrones u otras partículas elementales, “gemelos y entrelazados” no son dos sistemas distintos portadores de dos copias idénticas de un mismo conjunto de parámetros. Un par de fotones entrelazados o vinculados debe ser considerado de hecho como un sistema único, imposible de descomponer en dos estados relacionados con cada uno de los dos fotones en cuestión. Las propiedades de la pareja de fotones no se derivan de la unión de propiedades de los dos fotones individualmente considerados.

La inseparabilidad cuántica se manifiesta incluso si los dos fotones están alejados uno del otro, de modo que ninguna interacción tenga tiempo de propagarse de uno a otro, salvo a una velocidad superior a la de la luz, lo cual está excluido por la relatividad. Sin embargo todo ocurre como si los dos fotones permaneciesen siempre en contacto, y el resultado de una medición efectuada en uno de ellos afectase instantáneamente al otro. Esto parece contradictorio con el principio de causalidad relativista que establece que ninguna interacción puede propagarse más rápido que la luz. Pero en realidad no existe ruptura del principio de causalidad en sentido estricto, ya que la pareja de fotones vinculados constituye un único sistema, y no puede utilizarse la inseparabilidad cuántica para transmitir más rápido que la luz una señal o una información utilizable.

Los físicos no pueden aún explicarse los inquietantes  problemas conceptuales que plantean los sistemas cuánticos entrelazados, vinculados e inseparables, no todavía de una forma resolutiva y consensuada. Pero dichos sistemas existen y en ellos todo ocurre conforme a las previsiones de los cálculos propios de la física cuántica, según se ha podido comprobar experimentalmente.

 
 
 


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