lunes, 27 de enero de 2014

Ciudades.





El espacio urbano no es el resultado de una determinada morfología predispuesta por el proyecto urbanístico; sino de una dialéctica ininterrumpidamente renovada y autoadministrada de miradas y exposiciones.

Ignorándolo casi siempre, los urbanistas trabajan a partir de la pretensión de que pueden determinar el sentido de la ciudad a través de dispositivos que dotan de coherencia a conjuntos espaciales altamente complejos.
La empresa que asume el proyectista es la de trabajar a partir de un espacio esencialmente representado, o más bien, concebido, que se opone a las otras formas de espacialidad que caracterizan la labor de la sociedad urbana sobre sí misma: espacio percibido, practicado, vivido, usado, ensoñado…
Su pretensión: mutar lo oscuro por algo más claro.
Delgado, M. Sociedades movedizas. Pasos hacia una antropología de las calles, 2007
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario