viernes, 23 de junio de 2017

Por ejemplo: la Banca Ética y la Economía Social.



En 2010, el G-20 encargó un informe al FMI para “estudiar distintas alternativas para que el sector financiero haga una justa contribución y pague la carga realizada por el sector público para reparar el propio sistema financiero”.

En abril de 2010 se reunieron en Madrid los ministros de Finanzas del G-20 para debatir las recomendaciones del FMI. Se debatió sobre una posible tasa Tobin para la banca y la posible instauración de Fondos de Rescate Bancario destinado a mitigar el riesgo sistémico del sistema financiero.

Pero nada ha cambiado, salvo el fortalecimiento del sistema de autorregulación financiero. Por tanto, nuevas crisis podrán ocurrir de igual manera.

Recientemente se ha visto cómo el B.Popular ha sido 'adquirido' por el B.Santander, por un euro.

El Banco de España ha comunicado que da ya por perdidos más de 60.000 millones de euros, 'irrecuperables' de la Banca rescatada. Al respecto, poco ha comentado la Prensa, y peor aún: nadie ha preguntado en el Congreso.

Cada vez menos bancos, pero más grandes y poderosos. Ya lo hacen, pero será peor: lo que les da la gana.
Hasta hacernos sus esclavos, o como De La Boétie lo llamaba ya en el siglo XVI: una servidumbre voluntaria.

El problema es sistémico.
Separados no podemos hacer nada, salvo volvernos más débiles y desesperanzados.

Hay que centrarse, unidos, en lo que esté a nuestro alcance, en nuestro ámbito vital y local, y ser conocedores y pragmáticos.

Para salvar la dignidad personal hay pocas opciones. Por ejemplo: la Banca Ética y la Economía Social.




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