martes, 14 de abril de 2015

La Industria 4.0, el Internet de las Cosas y Servicios, y la 4ª Revolución Industrial.





El Ministerio Federal para la Educación e Investigación de Alemania  encargó a  Acatech (Academia Nacional de Ciencia e Ingeniería) y a ForschungsUnion (Economía y Ciencia para la Estrategia de Alta Tecnología) la elaboración de un trabajo sobre cómo asegurar el futuro de la industria de fabricación alemana, cuyo informe  final fue presentado en abril de 2013 con las propuestas del correspondiente equipo de trabajo que recomendaba la implantación de la iniciativa estratégica llamada Industria 4.0.
Básicamente enfatizaban allí la necesidad de dar el paso en la industria desde las Tecnologías de la Información (IT) hasta la Industria 4.0, lo que supone la incorporación del Internet of Things and Services (IoT), el Networking vertical y horizontal (trabajo en red interconexionado a todos los niveles), y la Inteligencia Artificial (CPS, Cyber-Physical Systems).
Todo ello constituirá la 4ª Revolución Industrial, que al igual que las anteriores, supondrá cambios de paradigma con impactos sociales importantes. Las tres anteriores revoluciones industriales fueron consecuencia de la mecanización, la electricidad, y las tecnologías de información, respectivamente. O lo que es lo mismo pero “suena” más familiar: la máquina de vapor, la cadena de montaje, y la microelectrónica con PLCs en las fábricas. Esta 4ª Revolución será la de las máquinas y fábricas inteligentes.
Sin duda, enfatiza la investigación y la alta tecnología. Ya se habla mucho de Industria 4.0, mejor dicho, de sus ventajas, pero no tanto de sus inconvenientes. Como todo aquello vinculado con el “progreso global”, no es aparentemente cuestionable ni ofrece opciones. Opción única: si se puede, se hace y punto.
Se podrá diseñar, planificar, coordinar, fabricar y controlar con  trazabilidad a lo largo de todo el proceso productivo “de cabo a rabo”, es decir, de pedido a entrega y servicio. Igualmente el producto, incluido diseño y servicio, y toda la ingeniería de producción, cadena de suministro, ciclo de vida del producto…todo, o sea, todo. Por supuesto, se eliminará el trabajo repetitivo no cualificado, pesado, etc., y se mejorará la productividad, la eficacia, la eficiencia y el uso de los recursos materiales. Y se integrará al cliente y a los proveedores en el “networking”. En fin, todas las ventajas competitivas, habidas y por haber, para poder ser, o seguir siendo, competidor y líder global. Un “chollo”, vamos.
Pero todo tiene cara y cruz. Se alargará la “vida productiva” de ciertos trabajadores y se eliminará la de otros. La necesidad de formación y educación será continua, pero puede ser “mejor” contratar nuevas personas, nada ni nadie es para siempre, ya se sabe. La era de la informática y la matemática en pro de la rentabilidad. Las fábricas en el país, o eso dicen. En fin, “nosotros u otros”, es una guerra de “progreso y competencia globales”. La inteligencia al poder, pero en este caso, la de las máquinas, fábricas y sistemas.
Mas no es tan fácil. Hay que solapar lo actual y lo nuevo. Investigar, innovar, desarrollar e invertir mucho, muchísimo. Formar mucha, pero que mucha, gente. Cualquiera no lo podrá hacer. Bueno, mejor, así habrá más “barreras de entrada”…y puertas de salida. Oficialmente se le llama a eso "ajustarse a las tendencias demográficas". La jubilación de algunas personas se retrasará (el trabajo será "cómodo" y especializado), pero la de otros ni existirá, porque no tendrán trabajo: "Competición Global" es el nombre del "juego". ¿La inmigración? Para según quiénes. Al fin y al cabo, el que no pueda tener su propia Industria 4.0, siempre podrá ser proveedor de otro que sí puede, y entrar así en su “networking” (mientras al "dueño" le convenga). Y con el tiempo,...¿quizás también un "chip" para las personas?...¿se conformarán con las cosas?...las personas se “cosifican” fácil (al menos lo intentan, y muchas ni se dan cuenta).
Un pequeño detalle: la Industria 4.0 ya existe (pues sí, sorpresa!), y no precisamente en Alemania. Basta buscar en Internet: “Lights Out Manufacturing”, o sea, “Fabricación a Oscuras”. Sin gente, las máquinas no necesitan luz ni calefacción, les basta con la energía eléctrica para trabajar sin parar. Un par de personas para cargar material o recoger producto terminado, si es caso y como mucho. Y media docena de técnicos para controlar la calidad o realizar algún tipo de mantenimiento especial. El resto, a mejorar su vida personal, familiar, laboral, a formarse, o a la cola del paro (oficialmente llamado desempleo), o a vender hamburguesas, o a servir a turistas en bares y hoteles (oficialmente llamado servicios), o a Alemania si eres Ingeniero 4.0 . ¿La Industria 4.0 ofrece grandes oportunidades de nuevos puestos de trabajo cualificado? Puede que sí, dentro de unas generaciones, para diseñar y programar.
El viaje hacia la Industria 4.0 será largo y duro. Puede que inevitable. Requerirá de cantidades ingentes de investigación y desarrollo. Pero también de nuevas infraestructuras sociales  y nuevas organizaciones productivas, y en los puestos de trabajo.
Por lo que dicen los expertos, para realizar ese camino con éxito, hace falta una clara Política Industrial (corporativa y de país): #Política. #Economía política. #Ciencia y Tecnología. #Ingeniería. #HighTech. #Investigación. #Desarrollo. #Innovación. #Decisiones políticas. #Políticas Industriales y Sociales. #Ética. Lo demás, es engañarse, o peor aún, dejar que otros engañen.
El Nuevo Paradigma requiere preparación en muchas áreas, como por ejemplo:
-          Estandarización.
-          Gestión de sistemas complejos.
-          Infraestructura de banda ancha para toda la industria.
-          Seguridad.
-          Fiabilidad.
-          Capacidad financiera.
-          Política social.
-          Política educativa.
-          Organización del trabajo.
-          Diseño de producto.
-          Diseño industrial.
-          Formación y adiestramiento profesional de por vida.
-          Marcos legales, regulatorios y normativos.
-          Criterios de utilización de recursos naturales y materiales.
-          Criterios éticos.

Como dice el sociólogo Aitor Vallejo Lozano:

“El relato de este Nuevo Modo de Producción ya se narró en la película  Terminator 3, La Rebelión de las Máquinas, con la aparición de SkyNet y de las máquinas que se construyen a sí mismas y prescinden de los humanos.
Hay algunas cosas escritas en Sociología acerca de los relatos y narraciones, y su contribución a la construcción social de la realidad futura. O como dijo Asimov: “Casi todo lo que el humano es capaz de soñar puede llegar a convertirse en realidad”.   
Lo que se presenta ante nosotros es el Futuro que otros están construyendo y que, en consecuencia, liderarán.
Cuando se tiene la Visión, dar pasos para hacerla realidad es cuestión de convicción y de apuestas colectivas (de las élites políticas y económicas). Alemania lo han demostrado unas cuantas (y desgraciadas) veces en el último siglo y medio. Ahora, su  Visión es de “Dominación Económica” y puede ser la única que les esté saliendo bien.
A la vista de la Historia, ese Futuro dibuja un escenario bastante plausible, no sé si factible, en el que nuestros hijos, nuestra sociedad y nuestro país posiblemente van a vivir.
Si no “nos ponemos las pilas”, ese Futuro será de sometimiento a ese modelo tecnológico de industria, economía, y sociedad, “propiedad” de Alemania. Modelo que Alemania no soltará, ni compartirá, ya que le aportará ventajas sobre otras naciones.
Nos enfrentamos a un problema de Cambio en los Modos de Producción y de Propiedad de los nuevos Medios de Producción.
Que la Industria 4.0 apunta a cambios socioeconómicos parece claro, que se apunta a un nuevo Modo o Modelo de Producción también es claro, ¿quiénes son los propietarios de esos nuevos Medios de Producción que conforman el nuevo Modo de Producción?
Las cuestiones siempre son las mismas, y son políticas:

-          ¿Para qué lo quieren sus propietarios? ¿Para quién o quiénes lo quieren?
 
-          ¿Qué Visión o Relato de la Humanidad, de la sociedad, de las relaciones de poder, etc. están detrás?
 
-          ¿Qué mecanismos de solidaridad, inter& intra grupos sociales, construirá ese Nuevo Modo de Producción?
 
-          ¿Liberará al Ser Humano del trabajo? ¿O sólo a algunos?

-          ¿En qué plazo se producirá su implantación y expansión generalizada?
 
-          ¿En qué grado y  medida convivirán Modos de Producción históricos diferentes y los diferentes propietarios de esos Medios de Producción? (…)”

Interesante y vital asunto. Pero todavía no hay respuestas transparentes, completas, claras, diáfanas y abiertas. Habrá que preguntar a esos expertos que han recomendado el paso hacia la Industria 4.0 a su Gobierno, o a otros expertos, o a sus jefes. Quienes lleguen a verlo tendrán delante respuestas más evidentes, pero será ya tarde para tomar cualquier tipo de medida correctiva a favor o en contra.

Quien no hace la Historia la sufre, y una vez más todo serán hechos consumados, se oirá la conocida frase “No queda otro camino”: obediente, reactiva, tan poco proactiva, tan poco crítica, tan única en todos los sentidos.



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