sábado, 28 de julio de 2018

Fines de julio, vacaciones y promesas de verano.




Tras trabajar en el eterno
invierno,
llega el transpirar de
la canícula,
con alternativa algo
ridícula:
terracita a la sombra
o el averno.

Pues eso hay en la playa:
sol de infierno.
La luz no mitiga
su partícula,
(rigor de fotón, es
de película).
Crema, gafas, visera
y baño eterno.

Salvo el chiringuito
y el refresco,
con la arena no valen
las finuras,
porque pringa seguro, no hay
salida.

Compartid el calor con quien va
fresco,
suelen convenir horas
oscuras,
promesa en noche estival, nunca
cumplida.

@fga51



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