jueves, 21 de marzo de 2019

Una charla intrascendente.




En una ocasión alguien me mencionó, de modo amigable, utópico y a sabiendas, lo bueno que sería que desapareciesen, como por arte de magia, las clases sociales y el patriotismo.

Ambas cosas son imposibles de ser forzadas a desaparecer. Ese arte de magia no puede funcionar. Si fuese posible, sólo podrían desaparecer juntas.

Pero el Dinero une más que la Patria.
Los ricos son amigos de otros ricos, sean de donde sean, y no de los pobres de su pais. No son solidarios con su patria y muchos, en cuanto pueden, evaden sus impuestos. Pero son muy patrioteros. Esa pose les conviene.

En cambio, la gente corriente y moliente admite mejor a los ricos de su pais, e incluso los admira, que a los pobres de otros países, vengan o no al suyo. Aunque, por mucho que se diga, sobre todo si vienen al suyo.

De no ser así, no habría problemas con los migrantes, fuesen emigrantes o
inmigrantes, y evidentemente los hay.
La gente es muy patriota. Les han convencido de ello los poderosos, para que así defiendan sus intereses.

Alguien dijo que la guerra es una aberración, en la que se matan entre sí personas que no se conocen, defendiendo los intereses de gente que sí se conoce entre sí, muy bien además, y que, por supuesto, no se matan entre ellos.

Eso ha sucedido y sigue sucediendo.
Por patriotismo.



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