sábado, 27 de julio de 2013

Tour Eiffel y otros nombres.



 
 




Alexandre Gustave Eiffel (1832-1923), francés de origen alemán, fue ingeniero civil y arquitecto, así como empresario. Al contrario de lo que se suele creer, Eiffel no diseñó la torre que lleva su nombre, sino que la patrocinó, financió y construyó. Su gran mérito fue dar a conocer el proyecto a gobernantes y público en general, para poder construirla, y realizar lo que casi todos consideraban un “simple” desafío constructivo y técnico, así como un objeto puramente estético, o más bien antiestético para los cánones de entonces.

Iba a tener lugar la Exposición Universal de París en 1889, para conmemorar el primer centenario de la Revolución Francesa. En junio de 1884, dos ingenieros de la empresa de Eiffel, Maurice Koechlin y Émile Nouguier, jefe de la oficina de proyectos y jefe de la oficina de métodos, respectivamente, concibieron el proyecto de una torre metálica de 300 metros. Esperaban poder hacer de ella el centro de atención de la mencionada Exposición de 1889. El 6 de junio de 1884, Maurice Koechlin había realizado el primer croquis de la torre. El dibujo representaba una torre metálica de 300 metros de altura, en la cual las cuatro caras curvas estaban unidas por plataformas cada 50 metros. Eiffel dijo no estar interesado en el proyecto, pero concedió a los ingenieros diseñadores la autorización para proseguir con el mismo. Stephen Sauvestre, arquitecto jefe de la empresa de Eiffel, fue requerido para colaborar y redibujó la torre añadiendo una cimentación, uniendo la torre hasta el primer piso mediante arcos y reduciendo el número de plataformas de cinco a dos, entre otros cambios. Esta nueva versión del proyecto fue presentada de nuevo a Eiffel, quien en esta ocasión se mostró entusiasmado con el proyecto.

El 18 de septiembre de 1884 Eiffel presentó, en su propio nombre y los de Koechlin y Nouguier, una solicitud de patente de invención para “una nueva estructura que permita la construcción de torres de metal con una altura superior a 300 metros”. Poco tiempo después les compró los derechos de patente a Koechlin y Nouguier, para obtener los derechos exclusivos sobre la futura torre, que llevaría su nombre.

Así que, ni fueron todos los que están, ni están todos los que fueron, como suele ocurrir…








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