martes, 18 de marzo de 2014

Miradas.





Partiendo de las miradas que iluminan o ensombrecen un rostro, podemos captar y reconocer al otro en sus expectativas y en sus inquietudes, en su identidad y en su vulnerabilidad, en sus horizontes de sentido y en sus heridas, en sus ambivalencias y en su trascendencia. La experiencia y, en el fondo, el conocimiento del otro nos llegan, antes que de sus palabras, de sus miradas y de sus gestos. El conocimiento intuitivo del otro (…) son posibles a través de la percepción inmediata de las miradas y de los rostros, a través del lenguaje radical y metafórico que anima las miradas y los rostros, en los que se reflejan las luces y las sombras de las mil emociones y de las mil expectativas que están contenidas en cada uno de nosotros. (Eugenio Borgna)



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