martes, 15 de agosto de 2017

Desde mis ventanas.




Durante años,
si me asomaba 
desde las ventanas
de casa
veía un patio.
Luego
eso cambió
y
veía la calle,
menuda diferencia,
y he ido alternando
sitios,
           patios,
                     calles.
Una de las veces
se veía
un hipódromo.
Otra,
una avenida,
y a veces,
como ahora,
incluso
islas,
         litoral,
                  montes.
Cuestión de suerte,
(o de algunos euros).
Se llaman
'habitaciones con vistas'.
Se piden
y
se pagan:
en ese orden.

En París
no ponen cortinas
en las ventanas
que dan 
a la calle,
queda mejor,
y
al fin
y al cabo,
mirar dentro
es cuestión
de quien mira,
eso no le convierte en 
un 'voyeur',
esa palabra tiene una
connotación
      netamente
                 sexual,
y por esa misma
'regla de tres',
quienes 
no ponen cortinas
serían 'exhibicionistas',
y obviamente
no lo son.
No mezclemos
'peras y manzanas'
ni
'churras con merinas',
ni 
'busquemos tres pies al gato':
Lo de las cortinas
es cultural, 
cuestión de usos 
y costumbres.

Por estos lares
eso está mal
visto,
ser mirón
está
muy
feo.
Cuando
miro por la ventana
el paisaje 
o
la calle,
cuido para que
no
se equivoquen
conmigo,
y dejo 
posturalmente claro
que paso
de
interiores ajenos.
No soy ningún fisgón:
miro a las claras
y con las ventanas abiertas.
Pudiera ser que
me miren
a mí
y
vean mi interior,
por dentro,
a pesar
de mis
cortinas
¿o son visillos?
Si a alguien le intereso,
(cosa que no creo)
que le aproveche,
o
que me lo diga
acabamos antes.
Nadie imagine
lo que no digo,
(estoy felizmente
casado,
y
no soy nada
arrogante
sino
más bien
algo tímido).

Vacaciones. 
¿Ya ha pasado otro año?
Nuevas ventanas...,
quizá variadas.
Al asomarme,
las vistas varían:
sol o nubes ,
(calor o no tanto...)
peñas y montañas,
acantilados y mares,
y si hay suerte,
una calle
de ciudad,
      villa,
             pueblo,
                         o aldea,
con río, puente, iglesia, plaza
y
kiosko.
Porque yo siempre he preferido
las ciudades:
       soy
            un urbanita,
(a mucha honra).
¡Es tan cómodo tener todo a mano!
(o
   casi) :
            librerías,
                         farmacias,
hotel,
        monumentos,
            trenes, autobuses, aviones,
                taxis,
                        y guías turístic@s,
que te hacen andar y andar,
para luego no tener las piernas
inquietas,
                 a la noche,
                                    en la cama.

La hora del desayuno
marca...uff:
¡el inicio de jornada!

No me gusta la playa, porque la arena es pringosa, el sol me perjudica y la gente...depende.
Mejor una terraza.
(Ojo: no soy de secano, me gusta el mar, no la playa).
Eso en la costa.
En el interior, historia y 'piedras'.
Por lo llano,
de cuestas
tengo cubierta ya la cuota.

La comida no era problema...,
ahora
sí,
ni gluten
ni alcohol.
(Aburrido y autoinmune,
sano y sistémico,
de un día para otro,
qué cosas pasan...).
Resiliencia,
palabra de moda,
practicarla algo
nunca
           viene
                   mal,
pero sin abusar...

A descansar a casa o al hotel,
sin dormir la siesta, para dormir a la noche, además, la siesta me deja mal cuerpo, no tengo costumbre,
y
sin encender la televisión,
salvo
en el extranjero, para practicar idiomas,
porque
en vacaciones no se ven películas
y
por otro lado,
ya me desinformo
yo solo,
para eso
no necesito ayuda.

Paseos y monumentos, mezclado con la población local,
(no me tengo por un turista al uso,
he viajado por mucho mundo, sin viajes organizados ni grupos, salvo excepciones).

Cenar,
        fuera de casa, 
                               salsas...,
el estómago 
   no se deja
      maltratar así,
más que 
unos pocos días,
(salvo
si el hotel
tiene
'media pensión').

A la noche 
  leer
     hasta tarde
y
quien 
   manda más 
         apaga la luz.
La luna
se queda encendida,
como las farolas,
pero
en sus fases
lunáticas.

Camiseta y sábana, 
duermo bien.
(No soporto el calor porque me hace sudar, 
ni el frío porque es molesto, 
ni el aire acondicionado de noche, porque se cogen unas neumonías de espanto, si no que se lo pregunten a un concuñado mío...).

El wifi,
no está a mano,
Internet se me gasta
y se vuelve lento,
cosa de los megas
y los gigas
contratados con
la compañía
(tan amables...),
y
lo vuelve a 'agilizar'
vendiéndome otros
500 Megas
por 2,95 euros.
Hasta que
me vuelvo
a quedar
'colgado'.
Quiero...(como los niños):
Twitter, Whatsapp, Gmail, Google, Blogger,
(paso de Facebook).

Curiosamente,
el libro de turno
que suelo llevar
conmigo
no lo leo
casi nunca.
Voy comprando otros
que tampoco leo,
(salvo alguno),
y me creo
   un verdadero problema
      para llevarlos
         de vuelta a casa
            y guardarlos,
porque ya
   no tengo
      sitio,
   y
vivo 
   sufriendo...,
porque necesito
   más libros,
       más sitio,
            más tiempo,
                  más vida,
y no me dan 
   nada de eso,
                es más,
me increpan por ello,
   no consigo
      que me 'cuadren'
          libros, sitio, tiempo y vida...

El tiempo pasa,
pero que muy
rápido,
(o así lo percibo),
tanto que asusta,
bueno,
no el tiempo,
sino 
   la velocidad con que pasa,
porque
   el tiempo no pasa,
        pasamos nosotros.

Últimamente,
cuando me asomo,
contemplativo,
a la ventana
en vez de ver
el paisaje
veo 
mi vida en panorámica
y
no sé
si estoy
mirando
hacia fuera
o
hacia mi interior
(resulta un poco
incómodo).

No tengo Tiempo que perder,
(ya he perdido otras cosas),
y
aunque el tiempo no lo he perdido,
me queda
poco, 
no mucho.
Eso puede ser un problema
según
cómo te vaya
y/o
cómo te lo tomes,
pero hay que ser realista.
O no serlo.
Pero entonces
hay que asumir las consecuencias,
gusten o no:
la realidad es terca y dura
y
pasa de nosotros
como de...(elijan Uds. palabra, por favor, a su gusto).

Algún día miraré 
por mi ventana
y ya no sé qué veré,
porque 
¿qué quedará dentro?
y
¿qué podré ver
fuera?
Díganmelo,
si son tan amables,
porque seguro
que
lo saben.
Pero
no me lo dirán.
No se apuren,
yo también
lo sé,
a veces me lo digo
y a veces, no:
para no fastidiarme
ni fastidiar
a mis seres
queridos.
La familia bien,
gracias.

Me van Uds. a perdonar
pero
les tengo que dejar,
por ahora.
Me han llamado
y ando
           con
                 prisa,
aunque lo tengo prohibido,
(a la prisa me refiero: el médico me ha ordenado evitar el estrés
y huir de los disgustos, entre otras cosas).

Cierro las ventanas,
   corro las cortinas,
       bajo las persianas,
porque 
empieza a refrescar,
menuda birria de Agosto por aquí.
Hasta otra,
con más calma.

Que Uds.
lo pasen bien
y
que yo lo pueda
seguir viendo,
desde mis ventanas
de turno.

@fga51



A día de hoy, en Agosto de 2018, ésta ha sido la 'mejor ventana' del año en curso, aunque en realidad es un balcón, con vistas extraordinariamente buenas, ¡ha habido suerte...!


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