lunes, 3 de febrero de 2014

Bioética, salud e información.





La Bioética es una rama tierna, y sin fronteras precisas, de la ética. La Bioética se ocupa, por ejemplo, de la ecología, de la terapia génica, de los recursos sanitarios o de si los animales tienen o no derechos. Y la Bioética se ocupa de mil cuestiones más. Como se ve, sus fronteras son aún excesivamente laxas. La Bioética, eso sí, trata de los bienes que nos debe aportar la biomedicina y de los límites que la autonomía humana tiene en lo que atañe a la investigación y experimentación o a la construcción misma del sujeto humano. La Bioética, en parte, es un retorno a la mejor idea de la buena vida moral y que tiene como modelo irrenunciable el cuerpo. Existen dos posturas extremas que convendría evitar. La de aquellos que piensan que el saber bioético es inútil y sólo sirve para disimular la ineficacia de las instituciones. Y la de aquellos que, en un nuevo espiritualismo, airean su bandera pensando que la biociencia es el triunfo definitivo de la razón instrumental. Pues bien, dentro de la Bioética ha de incluirse el estudio y valoración moral sobre la información de la salud. ¿En qué manos está dicha información y a qué manos llega? Todo lo cual supone que el sujeto que informa es, antes de nada, un sujeto moral. O que su profesión se apoya en la ética subyacente de dicha profesión.
Sádaba, J. La vida en nuestras manos. La eterna disyuntiva entre ciencia y ética, 2000.
 
 

 

 

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