domingo, 23 de febrero de 2014

Comunales y Concejos.





En general en toda Europa, el siglo XIX vio cómo las tierras comunales pasaron a ser de provecho exclusivo. A partir de mediados del siglo XVIII en la mayoría de los países europeos las propiedades colectivas son el objeto de ataques cada vez más violentos en nombre de concepciones nuevas que se imponen. Hasta entonces, esas tierras eran mayoritariamente consagradas al pasto común, pudiendo ser objeto del litigio entre señores y habitantes, entre comunidades vecinas o en el seno de cada una de ellas, pues los individuos trataban de acapararse de su goce o de su propiedad. Los ataques asimismo resultaban de los problemas financieros de las colectividades, y la venta de sus tierras pudo servir para compensar deudas en períodos difíciles. Pero hacia 1750 la naturaleza de los ataques cambia radicalmente pues estos se basan en un fundamento ideológico al nacer el pensamiento económico liberal. (…)
De esta manera, resultaría imposible hacer marcha atrás. En la montaña vasca, se cerraba la página histórica del comunalismo. Este ya no subsistiría más que en ciertas prácticas concretas y parciales o en ciertos lugares, de manera residual o testimonial, e incluso estos resquicios han sido atacados.

(Santos, S y Madina, I. Comunidades sin Estado en la Montaña Vasca, 2012. Citando a Demélas, M.D. y Vivier, N. Les propriétés collectives face aux ataques libérales (1750-1914), Europe occidentale et Amérique latine.)

Lo mismo se puede decir de la minería. Las guerras carlistas y aboliciones forales del siglo XIX están relacionadas, entre otros factores, por los intereses ya citados.
Hoy día, corren peligro las Juntas Administrativas, Concejos y Concejos Abiertos, por los mismos motivos, además del intento de eliminación de la democracia directa. Para ello se argumenta en nombre de la racionalización administrativa del territorio. Pero es por lo ya citado por lo que se pretende eliminar los Concejos y similares, agrupándolos en Ayuntamientos y Municipios, regidos por los mismos partidos políticos que rigen las Diputaciones, a veces incluso forales, los gobiernos y los estados. Todo ello regulado por “adecuadas” leyes electorales y de partidos. O sea, votar cada 4 años,  democracia representativa, y privatizaciones.
Las propiedades Comunales y los Concejos, más aún si son abiertos, molestan desde el siglo XVIII, y vienen desapareciendo desde el siglo XIX. Pero los que quedan merecen ser defendidos, porque bajo las engañosas razones en su contra yacen las razones de siempre: dinero y poder.




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario