miércoles, 12 de julio de 2017

De eruditos a expertos: Reflexiones culturales de una época.



Voy directo al 'grano'.

•'Erudito' es el que sabe muchísimo de una materia. Esto, antes tenía un sentido loable, aunque con una cierta connotación de 'ratón de bibioteca'. Ahora apenas se usa, y a veces se usa con sentido burlesco o cínico-sarcástico, con retranca hacia lo antiguo, hacia el 'sabio'.
Estamos en una época de 'expertos'. Se valora la utilidad económico-pragmática, no tanto el saber.
Hoy en día se valora el ser 'experto' en algo que sirva para ganar dinero.

•En la escritura literaria (en sentido general, no estrictamente novelística):
- Estilo es la forma de escribir de cada uno: coloquial, formal, etc.
- La estructura se refiere a la obra escrita, a su tipo, y a su lógica interna: académica, periodística, lineal, cíclica, atípica, novelística, ensayo, narración corta, relato, memorias, biografías, tesis, etc.

•El fin último de la filosofía es la verdad, el fin o sentido de la vida.
La filosofía puede convencer, pero no es comprobable. Es conceptual y subjetiva, no demostrable.

•El fin último de la ciencia es el conocimiento objetivo, empírico y demostrable del funcionamiento de la naturaleza. A la naturaleza no se le puede convencer, solo conocer mediante el método científico.

•Las llamadas ciencias eclesiásticas lo son en una forma de hablar, por así decir. Más adecuado sería llamarlas 'religiones comparadas' o similar. Estudian el ámbito sociológico, psicológico, mitológico, etc. de las diferentes religiones.
Pertenecen al ámbito de las ciencias sociales y humanas, pero suelen estudiarse en universidades de la Iglesia, en el ámbito teológico.
La teología no sé lo que es: estudia al Supremo Hacedor y sus verdades reveladas, poco que ver con la ciencia o la razón.
Pero Él es incognoscible, así que...silencio.

•La moda: en estos tiempos a todo se le llama ingeniería y ciencia porque está bien visto y suena mejor.

•Las únicas filosofías que actualmente generan sentido son tres:
1. La lógica matemática.
2. La filosofía del lenguaje.
3. La filosofía moral: la Ética.

•El siglo XXI va a requerir de la humanidad nuevas 'éticas'.

•No hay dos culturas, sino una: ciencias y humanidades.

•Los cientificos suelen gustar de la filosofía, pero no de la filosofía de la ciencia. Prefieren la Historia de la Ciencia.

•Los filósofos tienen dos posturas:
-Rivalizar con la ciencia, (van listos).
-Seguir de cerca a la ciencia y a la realidad, (lo hacen algunos).

•No es lo mismo creer que saber o conocer.

•A la humanidad se le puede engañar (sofistas), a la naturaleza no (fraude científico).

•El ámbito académico puede llegar a ser asfixiante y cerrado, en vez de innovador y creativo:
- El erudito pertenece al ámbito académico.
- Para enseñar hay que saber mucho, ser humilde y tener empatía.

•Saber historia de la filosofía no es ser filósofo, para eso hay que crear un propio sentido de la vida que sirva a los demás.

•La tecnología genera progreso o desgracia. Es ciencia aplicada y tiene connotaciones ético-sociales. Se mueve en un 'terreno movedizo'.

•El lenguaje es la herramienta de los literatos y filósofos. Es creativo.

•La matemática es el lenguaje de la ciencia. Es demostrativo y exacto, cuando se aplica a la propia matemática. Aplicada a la ciencia, suele aplicarse a 'modelos' de la naturaleza o de la sociedad, y deja de garantizar exactitud, no por su 'culpa', sino por culpa del modelo.

• La economía no es una ciencia, ni natural ni exacta, sino ideología sociopolítica aplicada a la generación, reparto y disfrute de bienestar.
En ella, el uso de las matemáticas en modelos, paradigmas y algoritmos, no es sino un vano intento de darle un aura de exactitud científica e indiscutibilidad de las que carece.

•La matemática es una creación humana, no de la naturaleza.

•Las ciencias se pueden clasificar en:
-Ciencias exactas.
-Ciencias de la naturaleza. 
-Ciencias médicas o de la salud.
-Ciencias sociales.
-Ciencias humanas.

•Las pseudociencias no son ciencias, son saberes 'ocultos', esotéricos, o simples falsedades.

•Las humanidades, clásicas o no, como la filosofía, filología, literatura, historia, arqueología, etnología, antropología, mitología, etc, no son ciencias, ni falta que les hace. Como humanos que somos, tienen valor  por sí mismas.

•La teología trata de verdades reveladas. Cuestiones de fe. Constituye una moral, o morales. A no confundir con la filosofía moral, que es la ética, y se basa en la razón o razones.

•Los Derechos Humanos deben conformar una ética universal, pero aún no es así.

•La interpretación de los hechos relativos al microcosmos del mundo cuántico y al macrocosmos del universo dará este siglo mucho de qué hablar a filósofos, teólogos y científicos.

•Los avances de las biociencias, las biotecnologías, las neurociencias, la robótica, la inteligencia artificial, la realidad virtual y el cambio climático generarán problemas éticos inexistentes hasta el presente y de difícil arreglo, entre ciencia, tecnología, filosofía y teología, economía y política.
Intervendrán los gobiernos, asesorados por comités éticos compuestos por 'expertos' (no por 'eruditos').
Todo ello presenta un interesante pero serio panorama, y se apunta a que por ahí vaya el 'progreso' de la humanidad, pero creando más desigualdades. Y esta vez son de vida o muerte, literalmente hablando, para cada individuo según su nivel de renta.

•Insisto: solo una apuesta decidida  por los Derechos Humanos nos puede 'sacar' de este laberinto de progreso, poder y alta velocidad de cambio en que se encuentra la Humanidad (y las otras especies).

•Lo de irse de la Tierra a otros planetas se dice fácil, pero ¿cómo se trasladarían hasta no sé dónde 7.000 millones de personas? ¿quiénes si no, y con qué criterios?

•Seamos serios, y recordemos:

"Y fueme peor, pues no mejora su estado quien cambia solo de lugar y no de vida y costumbres."
(Francisco de Quevedo, final de 'El Buscón, 1626)

Pues eso: a la Humanidad le pasa igual, salvo a unos poquitos que manejan el 'cotarro'.

•Nuestra especie humana es única, pero poco recomendable y de poco fiar.

Y las reclamaciones, ya se sabe: al 'Maestro Armero'.


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