Valores y escrúpulos.

'¡Qué persona más buena!', se oye a veces,
dejando una impresión más que dudosa
tan elocuente frase generosa,
pues abundan, ambiguas, las sandeces.

¡Que de mí no lo digan!, hago preces,
porque 'persona buena' es una cosa
que por 'buena persona' tomar osa
cualquiera a quien nada te pareces.

La bondad es muy difícil de evaluar,
simular el hipócrita bien sabe,
muchos son quienes la quieren devaluar.

No precisa que le dé nadie jarabe,
la equiparan a 'tragar' sin molestar,
ser útil tonto hasta que todo acabe.

Esto es todo, que nadie más recabe,
los valores no aprecian al amable,
escrúpulos le sobran al culpable.